Hermès Otoño-Invierno 2012/2013: demasiado recuerdo, poca evolución

Christophe Lemaire llegó a Hermès en 2011, sustituyendo a Jean Paul Gaultier después de siete años de vinculación con la firma francesa, por lo que la colección Otoño-Invierno 2012/2013 presentada en la Semana de la Moda de París es su tercera entrega precedida de dos buenos aciertos iniciales que hoy no hallan continuación.

El minimalismo que tan bién le resultó a Christophe Lemaire para renovar a una Lacoste estancada encalla en una revisión que recuerda demasiado a los años 90 de Martin Margiela en Hermès y recordar está bien, claro, hay que tener un hilo y seguir cierto criterio de la firma pero el buen recuerdo consiste en dar una vuelta más para continuar ofreciendo ideas interesantes.

Lemaire no lleva a más tal propuesta andrógina, de formas amplias y de gusto minimalista. Frente al buen hacer del actual verano 2012 y la visión africana del invierno que despedimos la pasarela de París se le quedó grande. Vuelta a ver la inspiración argentina con sus gauchos lo mismo que la festividad geométrica de la parte asiática de Rusia y el gusto oriental que logra el mejor resultado de la colección.

La mezcla de estampados y colores también repite presencia en Hermès. Lo mismo que el recurso de las pieles, el gusto por el cuero, esos toqueteos peligrosos con el chándal en algunos pantalones, la geometría de los complementos, con carteras cual cofres o maletines o unos elegantes sombreros que proponen de mayor tamaño y ladeados.