Un día después de que se celebrase el desfile Couture de Chanel, la firma italiana Fendi de la que también es diseñador Karl Lagerfeld participó, por primera vez, en la Paris Fashion Week Haute Couture a las 19,30 h de la tarde. Lo más increíble de todo es que la fecha coincide con los cincuenta años que el Káiser lleva diseñando para esta firma fundada en Roma.
Para describir este desfile que se corresponde con la colección Haute Couture para el otoño-invierno 2015-2015 y al que han llamado "Silver Moon" resulta imprescindible recordar que son ya 5 las décadas las que Karl Lagerfeld ha estado al frente del timón creativo de Fendi. Medio siglo, qué se dice pronto, y que ha coincidido también con un evento igualmente importante para la marca como supone presentar su primera coleccion Couture durante la semana de la moda en París.
Así que a nadie extrañará que la firma haya decidido echar la casa por la ventana presentando una colección que no han querido vincular a ningún tema o inspiración en particular, sino a la exploración e investigación del diseño a través de las más suntuosas pieles que quepa imaginar.
El Teatro de los Campos Elíseos fue la localización elegida para tan magna ocasión. Allí acudieron numerosos amigos no sólo de Fendi sino también del grupo LVMH. Nadie quería perderse este evento tan importante. La colección no puede ser más espectacular.
De un tiempo a esta parte, desde que se ha ido demostrando el peligro de las pieles sintéticas, y que la fabricación de fibras artificiales no sólo genera un impacto mediambiental negativo sino problemas de alergia a muchas personas ya que impiden la transpiración corporal y la absorción de humedad, las pieles, poco a poco, han ido haciendo acto de presencia. Tímidamente, dicho sea de paso, porque la presión externa de los grupos de lobby ecologistas durante la década de los 90 a punto estuvo de dar al traste con esta industria.
Por ejemplo, es una auténtica pena que en España – que tenía fama mundial por ser uno de los países que mejor sabían curtir y trabajar la piel, sobre todo la de mouton -, se haya perdido una profesión que daba trabajo a muchísimas familias (peleteros, cortadores, maquinistas, forradoras, vendedores especializados).
Aunque Fendi supo reinventarse, no hemos de olvidar que cuando fue fundada en 1925 era fundamentalmente una empresa familiar que se dedicaba a la marroquinería y a la peletería. Famoso fue aquel desfile en el que las modelos sacaron de un bolso un abrigo de piel demostrando que la piel no era pesada ni rígida, y que se podía curtir mucho mejor y trabajar sin entretelar para que resultase mucho más flexible.
Por eso este desfile es tan especial porque a los diseños de Karl Lagerfeld se ha unido el expertise de los cortadores y maquinistas de la vieja escuela dando vida a prendas que difícilmente podremos volver a ver en ningún otro desfile por muy Haute Couture que sea.
Pájaros de fantasía, plumas, bordados y, por supuesto, pieles se combinan en formas inesperadas y sorprendentes. Los trazos lineales dejan paso a las ondas, con un impresionante efecto óptico y geométrico presente tanto en las pieles como en las cuissardes de mosquetero que refuerza el vínculo con la Ciudad Eterna y los orígenes de la firma.
La técnica empleada para trabajar estos visones despinzados emplumándolos con cuero para crear un efecto moiré, las largas estolas de zorro teñido en diferentes colores para recrear un efecto empolvado remata el conjunto con una flor XXL realizada en piel.
Espectaculares los abrigos de visón con el largo hasta el tobillo, y cortados al bies con mangas midi. Vuelven las grandes solapas. Tambien se vieron looks declinados en una versión recta, slim fit, o incluso reinterpretando el New Look de Dior con cuello camisero, ajustado a la cintura y con la falda en corola por encima de las rodillas.
Me faltan las palabras para describir el abrigo de astrakan con cuello de marta bordado con flores blancas con efecto sfumattura. ¡Una auténtica obra de arte!
Y, ¿qué me decís del abrigo Op Art bicolor en blanco y negro de visón rasado con tiras que se van ensanchando al llegar al cuello, y que recorren en zig zag los costados y la parte trasera de la mangas en trozos de visón negro sin alargar. Si os fijais bien veréis que el trabajo de las mangas es en vertical mientras que el del cuerpo y el del cuello es en horizontal con una tira que le recorre en diagonal con una frecuencia completamente distinta. ¡En mi vida he visto nada igual!
La tradición de la artesanía peletera de Fendi se sublima aún más si cabe con los bordados elaborados a mano más sofisticados, una obra de talleres parisinos de alta costura como Lemarié y Hurel, mediante un proceso de osmosis que da lugar a un enriquecimiento artesanal mutuo siguiendo la inspiración y los bocetos de Karl Lagerfeld.
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