Tras Nueva York, se solapan Madrid (que atención, ahora se llama Cibeles Madrid Fashion Week, del tirón) y Londres, aunque sobra decir cual de ellas tiene más repercusión internacional a pesar de los esfuerzos de los diseñadores españoles, y tras ellas, Milán, y París, respectivamente; tal y como nos adelantaba hace unos meses Chloe; y vuelta a empezar. Las Semanas no tan semanas de la Moda; gracias, en parte, a duendes como Anna Wintour a la que se le hacía soporífera Milán e hizo que la acortaran, pero que bebe los vintos por una interminable y banal Nueva York, craso error a mi entender, pero claro, yo no soy la editora jefe de Vogue; se suceden sin darnos apenas tiempo para asimilar lo que acabamos de ver.
Por la London Fashion Week, que arrancaba ayer Domingo día 14 y se prolongará hasta el viernes 19, pasarán mitos y casas eminentemente británicas como Paul Smith, la renacida Ossie Clark, Aquacustum, o la gran Vivienne Westwood y su red label, viejos conocidos como Julien McDonald, o jóvenes talentos como Luella, Marios Schwab, Duro Olowu, Christopher Kane o Eley Kishimoto. También veremos qué nos propone Markus Lupfer para la renovada casa española Armand Basi, y que en su estreno el año pasado, se metió a la crítica en el bolsillo.
De momento, os traigo el desfile de la línea superior de una firma de consumo rápido: Topshop, y es que Topshop Unique es una de las múltiples colecciones que se vende en la Boutique de la cadena inglesa, junto a líneas como las de diseñadores consolidados y que también desfilan en la Semana de la Moda de Londres entre los que destacan Emma Cook o Nathan Jenden.
Como no podía ser menos en la capital británica, la fiebre de Amy Winehouse ataca de nuevo, o eso parece al ver a las primeras modelos salir a la pasarela con pañuelos anudados a la cabeza, pero no, falsa alarma, la musa de Lagerfeld no vuelve a atacar el verano que viene, los que sí lo hacen y lo venimos diciendo desde Nueva York, son los ochenta. Y además en estado puro pero retomando clásico anteriores que hacían furor en esa época. Porque ¿qué me decís, por ejemplo, de este look? Mono de jeans deslavados con camiseta remangada debajo. Parece que hemos retrocedido veinte años en el tiempo.
El jean clarito es protagonista indiscutible, y en solitario,
pero los cómodos vestidos de algodón siguen siendo una constante en un repertorio de propuestas muy jóvenes y coloristas, a base de rosas y verdes, y con mucha figura geométrica, en la que tienen cabida los monos mínimos, los leggins estampados, los maxi blazers, en versión más seria o directamente de corazones, las camisas vestidos, los trajes de chaqueta a base de minifaldas, y los jerseys oversized.
En definitiva, nos han dado lo que hemos pedido, esto, y no más, es lo que espera el potencial público de una cadena de tiendas mass market que con más o menos gracia ha sabido eleaborar una serie de prendas clave y combinaciones que sabe que se van a vender "como churros", y de eso es de lo que se trata. No de impresionar, innovar, o hacer uso de materiales nobles. Lo barato puede resultar aparente, y lo barato, es al final, lo que vende más.
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