Analizamos el bonito vestuario de la nueva película de Mary Poppins y su efecto 'wow'

Quedan pocos días para el estreno de la película de esta Navidad: El Regreso de Mary Poppins. Disney apuesta por un musical totalmente nuevo donde Mary Poppins vuelve para ayudar a la siguiente generación de la familia Banks, ayudarles a encontrar la alegría y la magia que faltan en sus vidas tras una trágica pérdida. La película está dirigida por Rob Marshall (Chicago, Nine, Into the Woods) a partir de un guion de David Magee y una historia adaptada de Magee & Rob Marshall & John DeLuca, basada en las Historias de Mary Poppins de PL Travers. El fantástico vestuario es responsabilidad de la oscarizada Sandy Powell.

Emily Blunt es la protagonista de la cinta como Mary Poppins. Junto a ella completan el reparto Lin-Manuel Miranda como Jack; Ben Whishaw es Michael Banks; Emily Mortimer interpreta a Jane Banks; Julie Walters como Ellen; Pixie Davies, Nathanael Saleh y Joel Dawson como los niños de los Banks; Colin Firth como William Weatherall Wilkins; y Meryl Streep como la prima Topsy.

La película está ambientada en el Londres de la era de la Depresión. Es la década de 1930, y la ciudad está sumida en la "Gran Depresión", así que hay poco dinero, la gente lo pasa mal y el futuro es incierto. Un musical con canciones originales completamente nuevas, con música de Marc Shaiman y letras de Scott Wittman y Shaiman, así como una banda sonora original de Shaiman.

El magnífico vestuario

Sandy Powell (Cenicienta, La reina Victoria) formó un equipo para diseñar y elaborar los trajes, que incluía artistas textiles (estampadores y pintores), sombrereros, joyeros, zapateros, modistas, limpiadores, administradores, supervisores y miembros del equipo que proporcionaron elementos de atrezzo y supervisaron todo.

La diseñadora de vestuario comenzó a trabajar en la película en septiembre de 2016, estudiando y buscando información en fotografías antiguas de la ciudad y anuncios de moda. Creó 448 trajes originales en los nueve meses siguientes. “No hay nadie como Sandy Powell", dice el productor Marc Platt. “Entiende al personaje, entiende la narrativa, tiene una intuición fantástica para los colores además de una imaginación desbordante. Y cuando combinas todo esto, el resultado son unos trajes muy originales e irrepetibles”.

Rob Marshall quería que el mundo representado en la pantalla reflejara la época de la Gran Depresión. Un ambiente que pareciera realmente invernal, oscuro, gris y con niebla, es decir, tal y como es Londres en invierno. El director de fotografía Dion Beebe quería iluminar los sets interiores con tonos cálidos y los exteriores con colores fríos y muchos azules, así que Powell diseñó una paleta de colores con colores oscuros para casi toda la cinta. Hacia el final de la historia, cuando llega la primavera, la paleta de colores se amplía con tonalidades pastel y más frescas.

El look de Mary Poppins

La diseñadora intenta desde el inicio asociar colores y siluetas concretas a los personajes principales, para que sean fácilmente reconocibles. Por supuesto mención especial merece el icónico look de Mary Poppins. Cuando llega en la primera película, Powell explica: “recuerdo muy bien su silueta con el sombrero y el abrigo ajustado que le llegaba justo por encima de los tobillos y que dejaba ver sus pequeños pies”.

Ese look, que a su vez se inspiró en las ilustraciones de Mary Shepard, en los libros originales de PL Travers, era el estilo de vestir de las niñeras en aquella época. En "El Regreso de Mary Poppins", Powell deseaba diseñar algo similar, pero que se ajustara más a los años 30. Quería que la niñera tuviera un look más moderno pero sin perder la esencia del personaje en la primera película.

Mary Poppins es una institutriz y, aunque es bastante estricta, tiene un gran corazón. Su manera de vestir roza la perfección, así que Powell quería que pareciera elegante y sofisticada pero nada frívola. Los colores suaves y florales no concuerdan con el personaje, "así que elegí formas y patrones bastante fuertes, audaces y geométricos con telas con muchos zig zags, galones y lunares, que estaban de moda en la época. El outfit que tiene cuando llega es el traje más importante de toda la película porque es el que recordará todo el mundo”.

Blunt hace su entrada como Mary Poppins con una blusa blanca de algodón con lunares, una pajarita roja, una falda de lana azul y un abrigo de lana en el mismo tono con cintura estrecha y capa. El estilo y la forma del abrigo no son tan diferentes del estilo eduardiano del abrigo que llevaba en la primera película, pero tiene un dobladillo más largo y lleva botones del estilo de los años 1930 creados especialmente para el atuendo.

Powell le dio al abrigo algunas texturas especiales y, aunque inicialmente tenía una pequeña capa, lo cambió por una capa doble para crear más movimiento, realzar su silueta y acentuar su cintura estrecha. “La forma ha quedado muy bonita. Como sabía que su silueta se vería muy a menudo, quise que quedara perfecta. El abrigo y la falda son de un azul más brillante que tiene más profundidad y fuerza", añade la diseñadora.

Como complementos no lleva joyas pero en aquella época una dama siempre llevaba sombrero, guantes y zapatos a juego. El director se quería centrar mucho más en el sombrero, que fuera más excéntrico que el original con esas margaritas tan graciosas que se ven en la primera película.

Sandy creó un sombrero tradicional de paja propio de los años 30, teñido de rojo, que combinara con los zapatos. Y lo adornó con un pequeño petirrojo (otro homenaje, esta vez al pájaro animatrónico de la primera película). El petirrojo, que se talló en corcho y tenía un ojo de cuentas y plumas bordadas hechas de hilo de seda, se agarra con un alfiler de sombrero para poder quitarlo y usarlo con otros sombreros (de hecho, Mary Poppins lo usa de una manera diferente en otra parte de la película). Este adorno resultó ser el trabajo más complicado que tuvo que hacer el departamento de vestuario.

El atuendo que Emily Blunt usa durante casi toda la película, así como el número de baile "Trip a Little Light Fantastic" es rojo con un sombrero azul. No es un abrigo aunque lo parezca, es un dos piezas de lana roja con una falda hecha especialmente para bailar. Blunt lleva el traje con una blusa de algodón, un lazo de seda, un sombrero de paja azul, zapatos de baile azules y guantes azules.

El look de las escenas animadas

Cuando llegó el momento de vestir a los personajes de acción real en las secuencias de fantasía del tazón Royal Doulton, Powell decidió pintar los trajes, de forma que los personajes de acción real parecieran personajes en el mundo animado dibujado a mano en 2D. La dificultad estaba en que había que conseguir que los actores encajaran en ese mundo dibujado a mano y no parecieran fuera de lugar al interactuar con los personajes animados.

Powell experimentó durante meses, en la etapa de preproducción, con diferentes materiales, texturas y pinturas para determinar qué superficies funcionaban mejor con la pintura y qué pinturas funcionaban mejor en esas superficies. Pudo reproducir la moda del siglo XIX en un lienzo (de la misma forma que los personajes pintados en el tazón Royal Doulton). Contó con ocho artistas textiles que pintaron las telas de forma que, aunque eran planos, se veían tridimensionales en la pantalla.

Para la escena del Royal Doulton Music Hall en la que Mary Poppins y Jack interpretan "A Cover is Not the Book" en el escenario, ambos van vestidos con trajes pintados de color rosa y morado con un corte y estilo ligeramente masculinos. Blunt lleva chaqueta y corbata de estilo masculino con una falda larga y varias capas de enaguas. Ambos llevan sombreros de bombín a juego y también bastones.

Meryl Streep es la excéntrica prima de Mary Poppins

Topsy, la excéntrica prima de Mary Poppins, interpretada por la estupenda Meryl Streep, trabaja en una desordenada y caótica tienda donde se arreglan cosas (y que pone boca abajo el "Segundo Miércoles" de cada mes). Powell quería que su vestuario hablara de su trabajo y de su extravagante tienda y hacerlo lo más colorido, divertido y estiloso posible: “como referencia, vi fotografías de damas excéntricas de cierta edad. Mujeres británicas como Edith Sitwell y Nancy Cunard y mujeres estadounidenses como Iris Apfel y otras señoras que se vestían de forma muy colorida y audaz con toneladas de maquillaje y una filosofía de 'Me da igual lo que digan'”.

La creadora basó su look en un pijama art deco de los años 20 y creó un top de corte oriental con pantalones holgados hechos de terciopelo de seda y crêpe de seda. El departamento de vestuario tardó muchísimo tiempo en elaborarlo. Ocho personas pasaron cinco semanas realizando los estampados y pintando a mano el patrón en la tela antes de crear seis versiones idénticas.

En lo que se refiere a los accesorios, Topsy es el polo opuesto de Mary Poppins. Lleva 12 pulseras compuestas de relojes y esferas de relojes y un collar hecho con artículos que tendría en su tienda, como lápices, pinceles y bobinas para máquinas de coser. Turbantes, baratijas y joyas raras.

La imagen de los protagonistas masculinos

Los faroleros de la década de 1930 no llevaban ningún tipo de uniforme ni otro tipo de ropa de trabajo, sólo llevaban sus trajes y sus sombreros viejos. Powell y su equipo diseñaron y elaboraron atuendos originales desde cero para cada farolero, y sus dobles, 120 en total.

En el caso de Jack, la diseñadora necesitaba que el personaje de Lin-Manuel Miranda sobresaliera del mar de faroleros. Su look inconfundible, el atuendo que usa en las escenas anteriormente mencionadas con Blunt, es un chaleco de lana roja y un pañuelo con una camiseta azul a rayas debajo de la camisa. “Él consiguió dar vida a la ropa que le di", afirma Powell.

Tráiler

Un vestuario fantástico que se convierte en el mejor aliado de esta estupenda producción, una de las más emblemáticas y queridas de los estudios Disney. Una película perfecta para disfrutar de una tarde de cine con toda la familia a partir del 21 de diciembre.

Fotos | Disney

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