Tal y cómo nos adelantaba Montag hace unos días, este año las rebajas vienen muy revueltas por culpa de la crisis, y es que no ha hecho falta esperar al 7 de enero para encontrar descuentos en las tiendas: todas, o casi todas, llevan meses ofreciendo precios más bajos en lo que se podría considerar una maniobra encubierta para vender más, porque si el año pasado la excusa es que no hacía frío, en 2008, la gente no ha comprado, porque no tiene dinero.
En tres comunidades autónomas se han adelantado a los Reyes Magos, en Topshop, los descuentos son del 50% hace más de una semana, y si en Zara y Mango siempre hay corners de prendas con descuentos, este año, se han multiplicado por dos y ha sido casi más difícil encontrar una pieza a precio normal que a precio rebajado. La pregunta que lanzaba mi compañero está en el aire ¿cómo van a ser entonces las rebajas oficiales que empiezan hoy? Y concuerdo con él: un verdadero chollo para el que va a hacer falta estar preparado.
Porque si cada año gastamos inútilmente en cosas innecesarias cautivados por el efecto “ganga”, este año va a ser mucho peor, por lo que nos tenemos que organizar antes de pasar al ataque.
Lo primero que hay que hacer es salir de casa con la ruta hecha y las ideas muy claras: si vas a por un abrigo, no vuelvas con tres pares de zapatos. Al menos, el primer día. Los chollos inesperados solamente cobran sentido a última hora, cuando ya te has hecho con todo lo que tenías previsto y te topas con ellos por casualidad.
La táctica ideal es la de la previsualización, es decir, que el día antes traces un mapa mental por los establecimientos que vas a pisar: que sepas dónda está exactamente cada cosa, es la clave de tu éxito. Ganarás tiempo y ahorrrarás paciencia, y sobra decir que no puede uno perder el tiempo en probaturas: esos deberes los que tienes que llevar hechos con antelación.
Si no te hace falta nada, vamos, si te has ido comprando ya los pertinentes abrigos, pantalones, y jerseys para lo que queda de temporada invernal, intenta comprar prendas atemporales, de las que vayas a ponerte próximamente, porque menuda pereza si te gastas tus ahorros en piezas que ya casi no vas a amortizar, y más, cuando las colecciones de verano ya inundan los escaparates, y ya se sabe, los colores y las texturas cambian y aunque aún queden meses de inclemencias y frío, ya tenemos la cabeza puesta en el calor.
Insisto, a menos que te hagan verdadera falta y quieras hacerte el armario del invierno que viene. Entonces sí, aprovecha y haz compras abrigadas. Eso sí, intenta hacerte con cosas que no tengan fecha de caducidad, me explico, prendas demasiado tendenciosas que el año que viene puedas ver desfasadas.
Y sobre todo, y los más importante: intenta ir sola, y ponte cómoda.