Las hay que no sabemos vivir si el pelo recogido, y la coleta es casi el único accesorio intrínseco sin el que no podríamos vivir. No importa si lo tienes largo, luces media melena o corte bob, la coleta es un peinado sencillo, práctico, infinitamente femenino y perfecto para cualquier ocasión. De hecho, ha sobrevivido a todas las décadas y se ha convertido en un clásico.
Lo mismo te la plantas en cuánto te levantas, que resulta ideal para ir trabajar, salir de fiesta o ir de boda: todo depende de cómo la hagas. Más versátil imposible, y más fácil, no puede ser.
Lo ideal es tener el pelo largo, liso y carecer de flequillo o escalados muy marcados para que te quede impecable en un simple gesto. ¿Mi preferida? La mítica cola de caballo.
Si no tienes el pelo suficientemente largo y no se te acaba de pegar del todo, el mejor truco para conseguir un efecto totalmente despejado es añadirle una diadema y evitar las horquillas.
Otra opción muy favorecedora para el pelo extra largo y liso es la cola baja y con raya al lado.
El pelo ondulado también la admite a la perfección, y si no te gusta nada eso del pelo totalmente estirado porque piensas que no te queda bien, basta dejar caer estratégicamente algunos mechones en plan efecto despeinado.
Me encanta esta versión desenfadada de Kate Hudson.
El flequillo es uno de los mejores aliados de la coleta, da un air muy cincuenta y es ideal para las que no busquen un rotro tan limpio.
Y cuanto más rebelde, mejor…
El pelo corto desde luego no es ningún impediemento para atarse el pelo.
Basta hacerse una cola baja. El resultado es de lo más sofisticado.
Para las que no sepáis que hacer con vuestra melena en una ocasión especial y queráis ir cómodas y no pasar mucho calor, lo mejor es una coleta con volumen.
Al estilo sesentero de Drew Barrymore.
Fotos | Instyle
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