Llegan las rebajas de invierno y con estas las mil recomendaciones de qué tienes que hacer para comprar con cabeza. "Comprar con cabeza", ja, ¿eso es posible? La típica cantinela recomendada desde la OCU de turno. Compra con cabeza, disfruta de la fiesta con moderación y levántate los domingos pronto para aprovechar el día. Todos nos sabemos muy bien el cuento, la realidad es bien distinta. El primer truco que (no) sirve para las rebajas: nadie habla de ellas.
La lista de la compra: huevos, filetes...
Antes de salir de casa haz tu lista de la compra para saber qué necesitas comprarte. El truco está en quedarte fuera de la tienda y llamar educadamente al primer dependiente que pase por ahí y pedir al estilo McAuto. "Verá: me va a poner unos pantalones capri en beige talla S, un top blanco... y se lo cobra de aquí. Gracias. Tenga un buen día". Cualquier otra opción de entrar a la tienda hará que olvides la lista en el bolsillo.
Mi presupuesto es de 200 euros
Fíjate un presupuesto de lo que te vayas a gastar. ¿Pero gastar en el primer minuto, en el primer día o en todas las rebajas? Como cualquier obra empiezas con un presupuesto de 200 y acabas con uno de 400. ¿Para qué te vas a molestar en poner una cifra que luego ignorarás? Si total, solo son 20 euros más del presupuesto...
La tarjeta se queda en casa
Abandonada, solitaria y hasta hambrienta por no recibir el cálido pase por la banda magnética de su tienda favorita. Recuerda: ella no lo haría. Total, vas a ver lo que quieres de forma irremediable pero no tendrás suficiente dinero en metálico porque te lo has gastado todo (adiós presupuesto) en otras cosas fuera de la lista que has olvidado que hiciste y al regresar mañana con la tarjeta esa prenda ya no estará disponible.
Solo compro menos
Ahora sí, sin compañía es cuando compro mejor. Eso comentas al salir de casa pero una vez en el probador, a la quinta pregunta a la dependienta de si esto te sienta bien o si mejor una talla más, después de haber recibido un educado: perdone, pero estoy trabajando, no soy su personal shopper, lo mismo sí echas de menos a una de tus amigas.
Esto pega con ese pantalón
¿Cuándo empieza el bucle? ¿Y con qué? Siempre hay una prenda que llega al ropero sin haber sido invitada. Quizá de un regalo, quizá de alguien que sólo quería hacernos la vida imposible sabiendo que no teníamos nada que combinase con eso y claro, nos fuerza a ir a buscar algo que pegue. Pero nunca somos nosotros quienes compramos algo porque sí, sin que combine con algo previo, nunca, siempre son los padres.
Sólo voy a dar una vuelta
Abrigo cómodo, prendas fáciles de quitar por si me tengo que probar algo y zapato sin cordones, que es muy aburrido tener que estar quita y pon, abrocha y desabrocha. ¡Pero sólo voy a dar una vuelta! ¿Esa bolsa con 10 compras? Ya que estaba pues aproveché, total, así no voy mañana (mañana la misma historia).
Ya tengo de todo
Abrigos: 7, camisas: 16, pantalones: 13, vestidos: 14, faldas: 12, zapatos: 21, bolsos: 11. Aunque ese estampado de flores es muy distinto a los otros 7 que tengo en el ropero: lo necesito.
Pero ese color me falta
Es una buena compra, tengo 13 pantalones, 7 de ellos en distintos tonos de azul, pero ese azul de Prusia me falta. ¿Quién puede vivir sin un pantalón azul de Prusia?
Este año no compraré nada
Después de años y años de compras impulsivas, de compras innecesarias y de un ropero que pide a gritos busca un nuevo piso en Idealista este año no habrá ninguna compra, aguantaré íntegro hasta el final. Claro que sí. 28 de febrero, gasto en caja: 300 euros. Casi, al año que viene habrá más suerte.
Me lo pruebo pero no me lo compraré
Esa camisa es idónea pero he dicho que no me voy a comprar nada. Me la probaré solo para ver lo perfecta que es y lo bien que me sienta, luego la volveré a dejar en la... ¿qué hago en caja pagando?
Un básico indispensable
¿Cómo he podido pasar toda mi vida sin ese básico en mi armario? ¿Cómo? Sabía yo que me faltaba algo, me iba a dormir intranquilo, no conciliaba el sueño pensando que esa cazadora verde botella aún no era mía. Un básico indispensable como ese tenía que ser mío. A medida que el armario aumenta esta excusa transforma las prendas más raras en básicos de siempre.
El capricho de las rebajas
Un capricho y me voy. Venga, la última y a casa. Solo una, que mañana madrugo y como tengo de todo... El capricho que rompe el presupuesto o el capricho que está al margen del presupuesto. Hay que cuidarse bien, sino ¿quién te va a cuidar?
¡Es que tiene un 70% de descuento!
En mi vida me lo compraría pero con ese 70% hasta las prendas más feas acaban siendo apetecibles a según qué ojos. La ecuación mejora si tienen una etiqueta con ciertas marcas detrás y alcanzan su culmen si esas marcas con un estatus exclusivo acaban estampado su logo para que se vea. La prenda puede ser un horror, pero tiene un 70%. Un horror barato.
¡Me he ahorrado 257 euros!
Llega el último día de las rebajas, todos los trucos anteriores no han servido para nada pero queda el momento más placentero y que acalla al sentimiento de culpa: ¿y lo que me he ahorrado qué? No falla: calculadora en mano, se suman los precios originales de todas las compras y se resta lo pagado. Esa diferencia acaba siendo un canto de sirenas que ríete de Ulises.
¿Cuáles son tus trucos infalibles para (no) comprar en rebajas?
Rebajas 2015 en Trendencias
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