A tan sólo unos días de que arranquen oficialmente las rebajas de verano 2009 (y es que en muchas tiendas hace tiempo que los descuentos o saldos encubiertos están a la orden del día, sin ir más lejos, en Bimba & Lola las “rebajas rebajas” comenzaban el viernes pasado), y hay que empezar a pensar en cómo invertir bien nuestro dinero.
Tras declaraciones de la renta negativas, preparativos de vacaciones y un año marcada por la crisis y sin vistas a recuperaciones próximas, no hay lugar para derroches tontos o tendencias pasajeras que nos jueguen malas pasadas: hay que comprar inteligentemente (si es que gasto e inteligencia pueden ir de la mano realmente).
Lo primero que hay que hacer es inventario de nuestro armario:
- Qué tenemos
y
-Qué necesitamos.
Para aquellas que tengan cubiertos todos los básicos, no hace falta tirar de este improvisado manual. Hay que lanzarse a comprar todas aquellas cosas que una no se compraría nunca a precio original. Esos zapatos imposibles, ese vestido de un día o esos petos, pantalones harem, blazers de mangas picudas, etc, con los que no nos atrevemos el resto del año y que en forma de ganga nos deshiniben.
El resto es mejor que se ciña a cosas necesarias, que no tienen nunca porqué estar reñidas con las tendencias y la moda.
Volverse loca en Zara en rebajas no es absurdo pero casi, digamos que no es el mejor lugar para dar rienda suelta al desenfreno consumista acumulado durante todo el año, porque al final uno acaba comprando de manera desordenada y llevándose a casa cosas que no se va a poner nunca.
Lo mejor es tener las ideas claras y empezar por “lo gordo”: es decir, cubrir necesidades. Vamos, que si tienes una boda, pues nada mejor que ir la primera a por ese vestido que tenías fichado en la típica tienda que no te puedes permitir de normal o esperar a la última rebaja de todas porque es en el último momento cuando uno se hace con grandes chollos.
Y esta regla vale lo mismo por si necesitas unoz zapatos, un traje, un bolso, una americana, unos buenos jeans, o un little black dress, es decir cosas de fondo de armario.
Si uno no necesita nada en concreto, lo mejor es ajustarse a lo lógico y hacer inversiones a largo plazo: comprar cosas que no caduquen, es decir, prendas atemporales, o cosas que la temporada siguiente o entrante sepamos que "se van a llevar".
Y a nivel logístico, ya sabes: ponte lo más cómoda posible.
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