Emprender, montar tu propio negocio, está de moda. Es una de las opciones de salida laboral por la que cada vez se apuesta más. Vivimos un verdadero cambio de tendencia en nuestro país: frente al trabajo para toda la vida de generaciones anteriores, cada vez son más las personas que deciden montárselo por su cuenta.
Además, el emprendimiento tecnológico y la creación de start-ups viven una época dorada, tanto a nivel mundial como nacional. Son muchas y variadas las historias de éxito que se ponen como ejemplo. Sin embargo, en la mayoría de ellas encontramos un mismo patrón: la ausencia de mujeres, al menos de manera visible.
El emprendimiento también tiene nombre de mujer
Las mujeres somos mayoritarias en la población y también a la hora de cursar carreras universitarias (739.343 mujeres matriculadas en este curso frente a 621.997 hombres), según el Ministerio de Educación. Sin embargo, según los datos de la Federación de Autónomos (ATA) del mes de agosto, la mayoría de quienes están inscritos en este régimen de la Seguridad Social son hombres (el 65 por ciento de 3,16 millones de autónomos). Según el estudio realizado por Spain Startup, quienes se lanzan a crear su propio negocio son, mayoritariamente, hombres (83%), con estudios universitarios o de postgrado (90%) y cada vez más jóvenes. De hecho, el porcentaje de mujeres emprendedoras no sólo continúa siguiendo muy bajo sino que en este último año se ha reducido dos puntos, pasando del 19% al 17%.
¿Por qué hay tan pocas start-ups lideradas por mujeres? María Benjumea, Fundadora de Spain Startup, prefiere ser positiva y destaca que el número de startups finalistas en South Summit lideradas por mujeres este año se ha multiplicado por tres. "Poco a poco las mujeres están iniciándose en este apasionante mundo del emprendimiento. Y seguiremos apoyándolas para que cada año sean más las que den el gran paso de convertirse en emprendedoras. Llevo una vida dedicada a un mundo de hombres, pero veo cada día a más mujeres creer y pelear por sus propias ideas. El emprendimiento no debe ser una cuestión de sexos".
Sin embargo, los propios números de South Summit son contundentes: 9 de cada 10 emprendedores son hombres. Pilar Ortiz y Mercedes Pérez, cofundadoras de Quitatedelios.com, creen que las mujeres suelen soportar muchas obligaciones familiares y económicas. "Al implicarte más emocionalmente en los problemas personales o familiares, te queda menos sitio para problemas profesionales, con lo cual, lo más fácil para no comerte la cabeza es seguir con un trabajo, una rutina y tus horarios encajados, no saltarlo todo". No en vano, lanzarse a la aventura de montar un propio negocio conlleva mucha incertidumbre y tener que hacer uso de tener dinero ahorrado u otra fuente de ingresos. "Supongo que somos más miedosas e inseguras", señalan.
Otro estudio de finales del año pasado realizado por RedEmprendia asegura que el perfil de las mujeres emprendedoras en España es en un 49% menor de 24 años y más del 50% tiene educación superior o profesional.
Apoyo moral y social
La ASEME (Asociación Española de Mujeres Empresarias de Madrid), representante de las mujeres emprendedoras y directivas en CEIM y CEOE, ha elaborado un listado de propuestas dirigido a todos los partidos políticos en el que se exponen las demandas, que desde esta asociación, se reclaman para el desarrollo empresarial de la mujer.
El documento parte de las necesidades comunes de todas las mujeres con un proyecto empresarial, tales como, reconocimiento social, formación, apoyo desde las instituciones públicas, desarrollo de herramientas de gestión y realización de estudios sectoriales a fin de obtener información pertinente. Entre los aspectos que precisan las mujeres emprendedoras, según esta asociación, cabe destacar los espacios públicos que ayudan a desarrollar proyectos (que aporten visibilidad y viveros de empresas), apoyo económico y fiscal, información relevante y actualizada, así como asesoramiento en la puesta en marcha de un negocio.
Pero, además de este apoyo social, también es necesario un apoyo moral. "Dejemos de pensar que el hombre es el emprendedor", relata María Benjumea. "Debemos levantarnos y luchar por nuestras propias ideas. Somos capaces, sólo necesitamos confiar en nosotras mismas. Conozco muchos casos de mujeres emprendedoras y, sinceramente, no se nos da nada mal emprender. No sólo somos capaces de llevar a cabo una buena idea, sino que somos capaces de destacar con ella y triunfar".
Se hace camino al andar
Lo que hay que tener claro es que, además de no ser una cuestión de sexo, el emprendimiento nada tiene que ver con la formación universitaria. El emprendedor se hace. "Y se hace a base de probar ideas. Es cierto que según nuestro perfil del emprendedor elaborado en el Mapa de Emprendimiento, el 90% de los emprendedores tiene estudios universitarios. Sin embargo, creo firmemente que no es necesario poseer una titulación para poner en marcha una idea innovadora. Sí es necesaria una formación mínima. En los tiempos que vivimos son imprescindibles conocimientos de marketing, de finanzas… que serán útiles para poner en marcha el proyecto y conseguir que sea fructífera", aclara la Fundadora de Spain Startup.
Aunque cuesta encontrar ejemplos de mujeres emprendedoras y más de start-up en España, y más que quiera aparecer en medios, lo cierto es que hay claros signos de que se está produciendo un cambio. Por ejemplo, en South Summit se ha pasado de una participación femenina del 13% el pasado año a casi un 40% de startups finalistas lideradas por mujeres en esta edición. "Los tiempos están cambiando y cada día más mujeres se unen al ecosistema emprendedor", refrenda Benjumea.
¿Qué le diría esta empresaria a las mujeres para que se animen a emprender en general, y en las start-ups en particular? "Confianza y estar abiertas a los cambios. Como decía antes, nadie nace siendo emprendedor, pero todos podemos convertirnos en él. Ni hombres ni mujeres. Debemos ser conscientes de que recibiremos muchos “no” de los interlocutores y en esos momentos debemos ser perseverantes, confiar en nuestro proyecto y lo más importante creérnoslo y rodearnos de un equipo que también crea y confíe en el proyecto".
La pelota, pues, está en tu tejado.
Consejos de expertas
Emprender es una aventura trepidante y, como tal, tiene momentos muy gratificantes, pero otros sinsabores.
Lo mejor, según Pilar Ortiz y Mercedes Pérez de Quítatedelíos, es que es emocionante. "Tienes ilusión con tu idea, te parece buenísima. Eres tu propio jefe, puedes compaginar tu tiempo de trabajo con otras necesidades, conoces otros emprendedores y le das más valor al trabajo: te das cuenta de lo difícil que es ganar dinero y que no cae todos los meses por decreto". Pero hay que estar preparado para "hacer más burocracia de la que crees y no siempre las personas que te atienden en la administración son amables o te ayudan (hay que decir que también hay alguna encantadora que tiene empatía), tienes muchas dudas a resolver, muchas veces no contestan a los teléfonos, los que lo cogen no saben, al final consultas foros, internet". Y, sobre todo, estar preparada porque se emplea mucho tiempo y energías en una idea que puede que no funcione porque la gente no lo demanda.
Por eso, estas emprendedoras recomiendan testear primero la idea con el menor coste posible entre el público objetivo del proyecto. "Si la respuesta no es positiva, hay que cambiarla hasta encontrar lo que su público demanda".
Además, recuerdan que el concepto de start-up no es lo mismo que empresa. "Una start-up, según la aceleradora de proyectos, es una persona o varias asociadas temporalmente para crear un nuevo producto o servicio innovador bajo condiciones de incertidumbre extrema. Es decir, por ejemplo: una simple plantilla de wordpress sin infraestructura por debajo: ni obreros, ni consultores, ni productos. Cuando los clientes ya son numerosos y piden muchos productos se monta la empresa de verdad".
Start-ups de moda
Como decíamos al inicio, montar una start-up está de moda. Y las que están relacionadas con el mundo de la moda, más.
En la reciente edición de The South Summit, se ha llevado a cabo el Premio Glamour, con el objetivo de incentivar el emprendimiento en el sector de la moda y la belleza. Las tres finalistas de esta edición tienen en común el utilizar las nuevas tecnologías en beneficio de la moda. Una de ellas es Style Sage, que se vale del Big Data para que las tiendas minoristas y las marcas de ropa puedan tomar decisiones críticas acerca de su negocio. Esta plataforma puede analizar datos públicos de más de 1.000 minoristas, 53.000 marcas y 80.000 millones de productos a nivel global y cada día. Con los resultados que obtienen, realizan informes útiles para los minoristas sobre su competencia o estudios de merchandising.
SamyRoad facilita que usuarios e invitados de la plataforma compartan sus intereses en diferentes campos como moda, viajes o arte, sin llegar a crear una revista online. Mientras, la tercera finalista es Bucmi, que permite descubrir y reservar cita en más de 1.000 centros de belleza y bienestar. Disponible desde navegador o smartphone, pretende ofrecer ventajas tanto al usuario como a los centros de belleza.
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