Tomar la decisión de independizarte para vivir tu vida en tu propia casa y bajo tus propias reglas, es una decisión muy complicada. Puede ser reconfortante y una de las mejores decisiones de tu vida o también puede ser una experiencia negativa. Hablamos con varias mujeres de más de 30 años que llevan 10 años o más viviendo solas. Ellas nos cuentan sus razones, consejos, y como todo tiene sus ventajas y desventajas. Sólo tienes que estar preparada para asumir el reto.
Consejos para vivir sola
Para tomar la decisión final de irse a vivir sola hay que tener en cuenta varios factores. Estar psicológicamente preparada, la organización en tu día a día y por supuesto la situación económica. Diferentes testimonios nos cuentan su experiencia.
Cristina Torres, Directora de Relaciones Públicas de 36 años tomó esta decisión por evolución y edad. "Creo que todo el mundo debe tener la experiencia de vivir solo alguna vez, te da madurez, te ayuda a saber gestionar tu dinero, a ser independiente y autosuficiente". Cristina nos cuenta que antes de dar este paso hay que tener en cuenta muchos factores: "hay que crearse un presupuesto y ceñirse a él para evitar sorpresas. Mi consejo también es valorar la situación personal de cada uno para evitar sentirse agobiado al estar solo en casa y sobre todo crear un espacio agradable en casa y hacerlo propio".
Creo que todo el mundo debe tener la experiencia de vivir solo alguna vez, te da madurez, te ayuda a saber gestionar tu dinero, a ser independiente y autosuficiente
Aranzazu Nieto, Odontóloga, lleva más de 10 años viviendo sola. Nos cuenta que vivir sola a los 38 no es una decisión de la que haya sido muy consciente. "Simplemente las cosas se han ido dando así. Tenía muy claro (de las pocas cosas que he tenido claras en mi vida) que a los 30 me iba a independizar, tuviera o no pareja. Los 30 llegaron y así lo hice. Y en ese momento te vienen muchas emociones, euforia, nervios, miedo a no ser capaz de poder con todo."
Los gastos se hacen un escollo enorme cuando los tiene que afrontar una persona sola
Y añade que los consejos que le han servido a ella para afrontar esta forma de vida, por el lado materialista es no meterse nunca en nada por encima de las posibilidades de cada uno: "los gastos se hacen un escollo enorme cuando los tiene que afrontar una persona sola". Y en el lado emocional: "disfrutar de la familia, los amigos, es básico para no acabar sintiendo soledad. Además, intento convivir siempre en vacaciones, es muy sano pasar quince días en una habitación triple, se te quitan las manías", añade.
Desventajas: la soledad y la economía es lo más duro
A la hora de vivir sola hay que asumir las dificultades que se te presentan y ser consciente de ellas desde el primer día, o mejor, desde antes de afrontar la nueva situación. La soledad y la economía son las principales, según estos testimonios.
Cristina nos dice que: "las desventajas son básicamente el reverso de las ventajas. Puedes elegir todo pero tienes que cubrir sola los gastos y no tienes ayuda para las tareas de la casa a no ser que contrates a alguien. Además no tienes a nadie con quien hablar cuando lo necesitas y a veces te sientes un poco sola o aburrida".
Aranzazu coincide con Cristina y dice que "el principal problema de vivir sola son esos momentos en que todo se te cae encima y no tienes a nadie con quién compartirlo. Para qué negarlo, hay momentos que te dan ganas de volver al nido".
Aranzazu también añade que es muy fácil caer en el egoísmo: "te acostumbras a hacerlo todo a tu manera y hay que dejar un espacio a la tolerancia, esa capacidad de ceder que lleva consigo la convivencia".
Hablamos también con Natalia Martínez, Controller Financiero de 34 años, independizada desde los 24 años. Primero para compartir piso con dos amigas, con la idea de que ya había llegado el momento de “salir del cascarón” y ser independiente, su principal razón. "Quería saber lo que era no tener a mamá detrás organizando mi ropa, haciéndome la comida/cena, planchandome... En definitiva, saber lo que era la independencia y poder valerme por mí misma. Tras varios años compartiendo piso me aventuré a la idea de hacerlo sola con 30, algo que da vértigo, pero que ahora no cambio por nada, salvo que encuentre pareja," nos explica.
La soledad pesa. La televisión o Spotify ayudan en esos días en los que las paredes de casa ves que se te caen encima
Cuando te planteas vivir solo no eres consciente de la cantidad de cosas que hay detrás, nos sigue explicando Natalia: "hacer la compra, algo que para tu madre es tan sencillo y que hace de manera tan rápida, para una no lo es. Ese primer día que te plantas en la sección de droguería y tienes que elegir algo tan sencillo como detergente y suavizante, por no hablar de la sal (fina, yodada, gorda, escamada)… nunca pensé que tardaría tanto en hacer algo tan sencillo como la primera compra en el supermercado. Y entonces piensas lo fácil que es llenar la cesta de la compra de Zara y lo difícil que es hacerlo en un carro de supermercado".
Coincidiendo con los anteriores testimonios, Natalia también opina que la soledad es una de las desventajas principales: "la soledad pesa. La televisión o Spotify ayudan en esos días en los que las paredes de casa ves que se te caen encima, en mi caso suelen ser los domingos lluviosos de invierno. Bueno, y no nos engañemos, una tarrina de helado también ayuda, y mucho, tributo a Bridget Jones."
María González es Periodista, y difiere con los anteriores testimonios por su vida profesional. María, de 36 años, está meses fuera de su casa por trabajo así que cuando lo está no se siente sola. "Habrá quien sienta que está sola pero yo no lo veo así. Con una vida itinerante, en realidad, es mi hogar dulce hogar de vuelta a Madrid. Donde tengo mi espacio y todo eso que no me puedo llevar del armario y los recuerdos de viajes y experiencias maravillosas me esperan allí. Es mi lugar para estar conmigo misma que es muy necesario. Por trabajo comparto muchas horas con mucha gente, convivencia casi 24 horas y volver a casa también es tener mi tiempo. Vivir sola es una elección", nos explica.
Y por supuesto la economía. Afrontar gastos sola no es tarea fácil. Aprender a distribuirte el dinero podría ser una ventaja, pero como sentencia Natalia: "la independencia, con los sueldos que hay y el nivel que están alcanzando los alquileres, es una carrera de fondo".
Madurar, la principal ventaja de vivir sola
Como ocurre en todas las situaciones, el vivir solo tiene sus ventajas, en ocasiones vivir acompaña puede llegar hasta sobrevalorado. Llegar a casa y no dar explicaciones a nadie, ser la dueña del sofá, del mando y de la cama, y lo más importante, ser la dueña de tu tiempo y de tu espacio.
Cristina, que lleva 10 años viviendo sola, dice que la posibilidad de elegir absolutamente todo es maravilloso. "Decoración de la casa, programación de la tv, temperatura de la casa, compra, qué comer y a qué hora comer, así como no dar explicaciones de nada de lo que haces y que solo se entere quien tú quieres de donde vas o con quién. No me puedo olvidar de compartir baño, y fundamental, que nadie mueva mis cosas. Tener tu orden o tu desorden es muy importante". Para Noemí, "llegar a casa y es tu casa, no das explicaciones y poder poner la cosmética donde quieras y ocupar el 95% del armario sin problema".
Saber estar sola y vivir sola no es fácil y aprender a hacerlo, no sólo es necesario, es de lo más gratificante
Vivir sola es madurar, aprender a valerte por ti misma y disfrutar de pequeñas cosas. Natalia también comparte que uno de los grandes beneficios es saber que el sofá y el mando de la tele están a tu disposición, al igual que la ducha y el poder invitar a quien quieras cuando quieras. "Cuando haces balance de todo, ese momento vale mucho la pena, y cualquier esfuerzo, ha merecido la pena. Saber estar sola y vivir sola no es fácil y aprender a hacerlo, no sólo es necesario, es de lo más gratificante".
Fotos | Giphy, Pexels
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