5 claves para desengancharse del trabajo antes de las vacaciones (y descansar de verdad)

No, el universo no se va a colapsar si te tomas unos días libres este próximo verano. Ni la empresa se va a ir al garete porque te vayas de vacaciones una semana o más.

Sabemos que tienes en tu interior un debate entre tus dos partes que ni Jack Nicholson en El Resplandor: por un lado tu parte workaholic y por el otro, tu parte de ser humano normal con debilidades.

Pero con estos sencillos consejos que hemos recopilado de varios profesionales podrás aprender a relajarte mejor, reequilibrar tu vida laboral y tu vida privada, y desconectar este verano.

1.- Convéncete a ti mismo de que las vacaciones son necesarias

Es un consejo de Arabella Ellis, directora en The Thinking Partnership, una consultoría especializada en liderazgo. En su opinión tenemos que considerar a las vacaciones como una cosa realmente importante en sí mismas, no simplemente como algo que no es trabajo. “Las vacaciones te ayudan a descomprimir, reparar, a recargar y a relajarte”.

2.- Empieza la desconexión unas semanas antes (y ve poco a poco)

Para Scott Edinger, fundador del Edinger Consulting Group, trabajar demasiado sin tomarse un respiro es igual que si hiciéramos trabajar mucho a un músculo sin darle ningún descanso: “comienza a fatigarse y al final se debilita”. Empeoras haciendo tu trabajo si no te das un respiro de vez en cuando.

También opina lo mismo Shaw Achor, el autor de The Happiness Advantage: “nuestros cerebros nunca tienen el suficiente ancho de banda para poder recargarse o rejuvenecerse”. De ahí la necesidad de tomarse un descanso cada cierto tiempo.

Pero también es poco realista pedirle a un cerebro que va a toda velocidad que se relaje en el mismo instante en el que siente la arena de la playa bajo sus pies. Según este experto, es mucho más fácil si practicas que te vas a ir de vacaciones un poco cada día.

Para Shaw Achor lo ideal es probar a apagar tu móvil durante una hora todas las tardes. O ponerse música relajante de camino al trabajo cada día: “unos momentos de tranquilidad y desconexión que pueden ayudar al cerebro a darse cuenta de que puede haber una separación y seguir siendo productivo y feliz”.

3.- Asegúrate de cerrar todo (y bien) antes de tus días libres

En el mismo momento en el que sepas cuándo te vas a ir puedes bloquear esas fechas, avisa a tus clientes o proveedores de que vas a estar “fuera de la oficina” o incluso ponte a escribir con tiempo una circular para que todo el mundo conozca tus planes. De esta manera te aseguras que sólo te llamarán de tu trabajo si ha ocurrido algo extraordinario, ya que el día a día seguirá su curso sin tu presencia. Y no pasará nada.

Eso sí, dejarlo todo cerrado no significa que no te vaya a costar desconectar tanto. La psicóloga Tamar Chansky recomienda tomarse un tiempo y no presionarse para acostumbrarse a la nueva situación. Tampoco es bueno esperar que el primer día sin trabajar sea la panacea a todos tus males de estrés. En opinión de esta experta, ese primer día puede ser incluso un infierno a la hora de adaptarte y puede que en tu caso necesites más para comenzar a disfrutar de las vacaciones plenamente. Que el ánimo no decaiga.

4.- Sácale máximo partido al momento

Tamar Chansky también nos da una serie de pautas para que desconectar sea más fácil y la ruptura no sea brusca ni haya consecuencias en forma de montañas de trabajo que supervisar a nuestra vuelta.

Si no puedes desconectar del todo y tu trabajo te exige que todos los días de tu vida estés pendiente hay un truco fácil y sencillo que te ayudará a supervisar pero sin perder la sensación de que estás de vacaciones: asignar una determinada hora cada día para chequear nuestro mail (o varias, si recibes toneladas de correo) e intentar no volver a mirarlo fuera de ese tiempo. De esta manera podrás organizar lo prioritario, archivar lo que puede esperar o eliminar lo que no importe.

Además, en opinión de esta experta es mucho más fácil desconectar tecnológicamente cuando viajas en grupo y todos hacéis el esfuerzo al mismo tiempo.

Y si eres de esas personas que no pueden parar quietas ni un segundo, utiliza tu capacidad de gestión, organización, etc. para investigar sobre qué sitios visitar, reservar en restaurantes, averiguar cuáles son los museos imperdibles...

5.- Planifica la vuelta

El final del verano, llegó y tú partirás… Y puede que sea justo en el preciso momento en el que has conseguido por fin desconectar al cien por cien. Para que la depresión no se haga un hueco en tu maleta junto a los numerosos souvenirs, Julie Morgenstern, especialista en productividad y autora de Never Check Email in The morning, considera que deberíamos planificar la vuelta de la misma manera que la ida. Y más importante aún: reservar tiempo para ponernos al día de la misma manera que reservaríamos tiempo para organizar una presentación importante: “no planifiques nada para el primer día de vuelta a la oficina, resérvate ese tiempo y márcalo como ocupado en tu calendario. Si la gente piensa que estás libre te asignarán cosas”.

Laura Vanderkam, autora de I know how she does it: how successful women make the most of their time recomienda no dejarse avasallar: “la tendencia es tratar de celebrar todas las reuniones que te has perdido, pero intenta retrasarlas al segundo día o a la tarde, para tener algo de tiempo".

Al final todos los expertos coinciden en que lo mejor es siempre planear por anticipado, asumir que es normal que te pierdas cosas cuando no estés en la oficina y, sobre todo, que hay que darle una importancia vital a las vacaciones. Porque seremos mucho más productivos a nuestra vuelta. Un tiempo bien invertido para nuestra vida personal y laboral.

Fotos| Pexels.com

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