Las discusiones nunca son agradables. Especialmente no cuando las tenemos con nuestros seres queridos. Sin embargo, la mayoría de ellas suelen tener solución y las implicaciones, muy habitualmente, tienden a no ser negativas.
Por desgracia, hay otras discusiones que se complican. O bien porque no acaban bien o, simplemente, porque nunca acaban. Y es que, sin darnos cuenta, podemos encontrarnos a nosotras mismas discutiendo con alguien por el mismo motivo una y otra vez. ¿Qué podemos hacer para acabar con ese círculo vicioso?
Preguntarnos por qué es tan importante para nosotros
En ocasiones, llevamos tanto tiempo discutiendo sobre algo que ya ni recordamos por qué empezó todo, cuál es el transfondo ni si realmente se trata de un tema importante para nosotras o no.
Por ello, para romper el círculo, el primer paso es pararnos a pensar por qué el tema sobre el que discutimos es tan importante para nosotras. Es más, plantearnos si realmente es importante.
En ocasiones, el simple hecho de querer tener razón, de "ganar" la discusión o el enfado con la otra persona por tanto tiempo enrocados en esta pelea puede ser la causa de que sigamos discutiendo en vez de cerrarlo de una vez.
No intentes convencer a la otra persona
Algo muy habitual en las discusiones es que intentamos convencer a la otra persona de que nuestro punto de vista es el correcto y esperamos que cambien de opinión.
Por supuesto, si las dos personas enfrentamos el debate o discusión desde este punto de vista, podemos imaginar lo sencillo que será que nos atasquemos en una discusión infinita, cada uno en su esquina del ring, sin dar el brazo a torcer.
Lo más probable es que, en cualquier discusión, no consigamos convencer a la otra persona, y menos si llevamos ya mucho tiempo discutiendo, y no pasa nada por ello. Cada uno habremos expuesto nuestros argumentos y podemos intentar llegar a un acuerdo, pero si no se consigue no es un fracaso. Con suerte, la otra persona nos habrá dado un punto de vista diferente sobre el que reflexionar y solo podemos desear que nosotros hayamos hecho lo mismo con ella.
Es hora de tomar una decisión
Para terminar la discusión tenemos que tomar una decisión. Es la hora de decidir si podemos dejar el pasar el tema o situación que haya causado la discusión o si, por el contrario, es algo que no podemos olvidar.
Si podemos dejarlo pasar, es la hora de dar la discusión por terminada, y seguir nuestra relación con esta persona dando la discusión por cerrada. De hecho, es recomendable hablar con esa persona, indicarle que no os vais a poner nunca de acuerdo, pero que la aprecias y quieres aparcar ese tema y seguir adelante.
Sin embargo, si se trata de un tema que no puedes dejar pasar, que siempre va a ser algo que te haga estallar y va a afectar a largo plazo a tu relación con esa persona, quizás sea el momento de alejarte, aunque cueste y duela.
Te toca dejar ir
Tomes la decisión que tomes es la hora de dejar ir. Para ello lo único que puedes hacer es asegurarte de que tú ya has expuesto tus argumentos de la mejor manera posible y que has dicho todo lo que tenías que decir.
Una vez que lo hayas hecho y hayas tomado la decisión de mantener la relación con esa persona o terminarla, solo te queda darle carpetazo a esta discusión y darla por cerrada y archivada.
En las discusiones no tiene por qué haber ni ganadores ni perdedores. Es más, nunca suele haberlos. Y debemos seguir adelante con la paz mental de que hemos dicho todo lo que teníamos que decir y de que ser quién toma la decisión de finalizar la discusión no significa que hayamos dado nuestro brazo a torcer o que "perdamos" a discusión, sino que tenemos la madurez suficiente como cerrar un círculo negativo.
Imágenes |Jane the Virgin