Cómo tener tiempo libre y disfrutarlo te puede hacer mejor trabajador

La vida va muy deprisa y esto es algo que todas nosotras sabemos ya a estas alturas. Pasamos muchas horas trabajando, cumpliendo con nuestras obligaciones y pensando en ellas. Que levante la mano quien no se haya pasado gran parte de su tiempo libre pensando en lo que tiene que hacer al día siguiente cuando llegue al trabajo o, incluso más allá, quedándose en el trabajo fuera de horario para acabar cosas.

Por supuesto, todas queremos ser lo más productivas posibles y cuánto más nos gusta nuestro trabajo o más responsabilidad sentimos con respecto al mismo, más ocurre esto. El problema es que, en ocasiones, no permitirnos tener tiempo en el que no pensemos en el trabajo, que conseguimos justo lo contrario de lo que buscábamos: no ser capaces de rendir del todo.

No tomarnos descansos puede afectar a nuestro rendimiento

Desconectar es difícil. Parar cuando sabes que tienes trabajo pendiente parece casi imposible, en parte porque te sientes culpable y no dejas de pensar en todas las cosas que tienes que hacer. Parece mejor idea seguir tirando y tirando hasta que terminemos.

El problema es que, cuando nos damos cuenta, resulta que nunca terminamos. Porque después de una tarea viene otra. Lo que sí es posible que notes es que cada vez eres menos productivo, rindes menos y estás más estresada.

Tomarnos descansos ayuda a nuestro rendimiento, primero, porque hay un límite de horas de trabajo a la semana en la que podemos ser productivos. Estas rondarían las 54 horas semanales, según algunas investigaciones, pero aunque nuestra jornada laboral sea de 40 horas, si nos quedamos más tiempo después, si llegamos a casa y seguimos trabajando, o si no dejamos de pensar todo el rato en nuestro trabajo, estaremos alcanzando y sobre pasando esas horas.

Segundo, porque según las investigaciones, descansar y tener tiempo libre es bueno para nuestra atención. Al diversificar la atención, nuestro cerebro es capaz de analizar más información, conectar unas ideas con otras, y aumentar la imaginación y los recursos que tenemos.

Aprende la importancia de parar y cómo hacerlo

Una cosa es saberse la teoría y ser conscientes de que parar y tener tiempo libre es importante y otra cosa muy diferente es saber hacerlo. Por eso es importante que intentemos reconocer y diferenciar los momentos que son de trabajo y los que son de trabajo.

Para empezar, no se puede descansar en el sitio de trabajo ni con objetos del mismo cerca. Todo lo que corresponda al trabajo se queda allí: móvil del trabajo, agenda de tareas, el ordenador si es uno diferente al de casa, etc.

Si teletrabajamos, lo ideal es que lo hagamos en un espacio diferente al que usamos para descansar o disfrutar de nuestro tiempo libre. El lunes serás mucho más productiva y estarás menos quemada y cansada si el fin de semana no te lo has pasado entero trabajando o pendiente del trabajo.

Si no sabes cómo tener tiempo libre, planéalo

A veces miramos la agenda y no vemos ni un solo hueco en el que podamos tomarnos un descanso, relajarnos, hacer algo diferente o simplemente no hacer nada. Si en la agenda no está es probable que, realmente, en las horas reales tampoco haya hueco.

Por eso, y aunque al principio pueda ser raro, programa tu tiempo libre en tu agenda. Decide cuándo vas a tomarte un descanso, de cuánto rato, cómo, qué vas a hacer con él, y apúntalo en la agenda. Pero un descanso real, no vale tomarse tiempo libre para ir a hacer la compra, para recoger a los niños del colegio o para limpiar la casa.

Es posible que en el futuro ya no necesites apuntar tus tiempos libres y seas capaz de tomártelos porque sí, pero hasta que ese momento llegue, no dudes en planificarlo.

No basta con tener tiempo libre, también hay que disfrutarlo

Vale, ya has aprendido la importancia de tomarte tiempo libre y has aceptado que tienes que hacerlo. Incluso has cogido tu agenda y has apuntados los días y momentos en los que vas a descansar este mes. ¿Y ahora qué?

Porque, efectivamente, la tentación cuando tenemos un hueco libre - sin obligaciones del trabajo - es dedicarlo a hacer otras tareas del día a día para las que no sueles tener tanto tiempo libre: esos azulejos de la cocina que llevas meses queriendo limpiar, el desván que está manga por hombro y hay que ordenarlo, o ir por fin a comprar eso que tanto necesitas.

La realidad es que eso no es disfrutar del tiempo libre, sino rellenarlo con otras tareas distintas. Este es el momento para realizar actividades placenteras, que te apetezcan hacer, que te gusten, te relajen y disfrutes. Estar descansada y feliz posiblemente ayude a que estés más motivada en tu trabajo o, al menos, menos distraída.

Imágenes | El diablo viste de Prada

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