Cuando quieres a alguien la vida es de color rosa. Pero esa claridad en las emociones no siempre es el titular de nuestra historia. Hay muchas ocasiones en que la persona que tenemos al lado no nos llena. Y entonces nos asaltan las dudas, pero también el miedo. Miedo a pegar el salto y decir que ya no queremos estar ahí. Así que nos atascamos, como hizo Chandler con Janice. ¿La buena noticia? Sabemos por qué nos ocurre y cómo aprender a dejar ir a pesar del miedo que da hacerlo.
Razón 1: la dependencia, objetiva y tangible
En muchos casos nos olvidamos de una de las razones con más peso para quedarse en una relación aunque no la tengamos clara: la dependencia objetiva. Marta Redondo, profesora de Psicología en la Universidad Camilo José Cela, se encarga de recordárnoslo: "hay personas que dependen demasiado de su pareja. Económicamente, en cuestión de vivienda...en esos casos el motivo de atascarse es funcional y lógico."
Razón 2: mejor malo conocido que…el miedo a la incertidumbre
Las relaciones son puntos de equilibrio muy fuertes en nuestras vidas. Y cortarlos nos deja expuestos a la intemperie. Javier Jiménez, psicólogo y profesor asociado en la Universidad Central de Cataluña, hace la metáfora perfecta para explicar este miedo: "somos como tiendas de campaña en mitad del bosque. Si cortan una de nuestras cuerdas perdemos la estabilidad y el viento nos arrastra. Las relaciones son una cuerda muy importante y que aporta mucha estabilidad." Perder ese punto de apoyo puede dar mucho miedo.
"Tenemos miedo a lo que pueda venir después, a equivocarnos, a arrepentirnos después de haber tomado la decisión. Pero también tenemos miedo a hacer daño a la otra persona sin estar absolutamente seguros. Las cosas que nos resultan familiares provocan una sensación de tranquilidad y comodidad. Lo nuevo es emocionante, pero también asusta." - Iria Reguera, psicóloga y editora de Trendencias.
El miedo es la principal razón que nos hace atascarnos y nos impide tomar decisiones difíciles. Porque como bien dice nuestro título, "no lo tenemos claro". Y ese no saber nos paraliza, mientras esperamos un escenario con 100% de certeza y 0% de riesgo. Algo que nos dé luz verde para romper. Un escenario que la propia doctora Marta Redondo, directora del Área de Salud del IPES, afirma ser utópico.
"Somos tan intolerantes a las emociones negativas, como el miedo o la incertidumbre, que buscamos una opción segura, con 100% de certeza y 0% de riesgo. Y ese escenario no existe en la vida. Al final hay que saltar con el miedo en la mochila."
No es actuar sin miedo, si no a pesar del miedo
"Olvídate de pensar en no tener miedo a tomar esa decisión. Porque eso no va a ocurrir. Las emociones malas son como el respirar, no nos las podemos quitar" nos dice la psicóloga Marta Redondo. "Por eso hay que aprender a mirarlo, reconocer por qué está ahí para tolerarlo y vivir con él."
Razón 3: enganchados a la emoción, no a las personas
Otra razón para quedarse atascado en una relación es la de estar totalmente enganchado a lo que nos ofrece esa persona. A ese sube y baja de emociones que nos proporciona, a pesar de que no sintamos amor, compatibilidad o tengamos futuro juntos. Porque estamos hablando de adicción a lo que nos da.
Esto ocurre en relaciones disfuncionales, de esas que van y vienen. Porque cuando una relación es estable nos habituamos a la pasión del principio, pasando después a construir algo juntos. Pero cuando falla esa estabilidad la pasión se vuelve adictiva.
"El enganche ocurre cuando la relación se presenta como una montaña rusa, con un refuerzo positivo y negativo intermitente que no sabemos cuándo volveremos a recibir. Si ese estímulo es muy potente nos atrapa como una máquina tragaperras y nos hace quedarnos por si nos vuelve a tocar." - Marta Redondo, directora del Área de Salud del IPES.
Razón 4: no queremos estar solos
"Nos gusta que nos quieran. Nos gusta tener a alguien que nos dé cariño, nos acostumbramos a eso y cuesta abandonarlo. - Iria Reguera, experta psicóloga y editora de Trendencias.
La experta psicóloga y editora de Trendencias señala que una de las razones de que nos cueste dejar ir a nuestra pareja aunque no lo tengamos claro es el estigma del soltero. "La vida parece estar preparada para vivirla en pareja. Todo el mundo parece estar buscando a su compañero de vida y por eso algunas personas no dejan una relación que no tienen clara hasta que no conocen a otra persona."
En estos casos hay que plantearse por qué estamos en una relación, saber si es por alejarnos de la soledad o entrar en los cánones sociales, tener lo que todo el mundo tiene. Y aprender a vivir con el miedo a la soledad y la incertidumbre, porque si no sabemos estar solos es fácil que tengamos relaciones por motivos equivocados, recomienda Iria Reguera.
¿Cómo romper un patrón como este?
El primer paso es reconocer que sentimientos negativos te hacen seguir volviendo a por más. "¿Tienes mono cuando estás triste o ansioso? ¿Qué es lo que sientes cuando sales en busca de esa emoción que la persona te genera?" Identifica por qué tienes dependencia emocional y sustituye ese estímulo por otro más funcional, como hacer deporte o rodearte de gente que te hace bien.
Otra fórmula que nos propone el psicólogo Javier Jiménez, psicólogo y profesor asociado en la Universidad Central de Cataluña, es la de tratar de definir que nos importa de verdad. "Intentar abandonar todos los hábitos que no nos conducen a eso que nos importa o que queremos ser. Y decidir en base a eso."
Fotos | Friends, Gossip Girl, The OC, One Tree Hill, Les doy un año, Blue Valentine.
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