Este ha sido un año de muchos cambios en nuestras vidas y en las de todos. Desde febrero y, sin previo aviso, lo que habíamos conocido siempre como normal se alteró un poco, dejando lugar a esta "nueva normalidad" a la que todavía no nos hemos acostumbrado. Y es que en muy poco tiempo hemos tenido que incorporar a nuestra rutina y vivir situaciones nunca esperadas: un confinamiento de casi dos meses, la imposibilidad de ver a los seres queridos con los que no convivíamos, teletrabajo, restricciones en nuestro ocio, aplazamientos de celebraciones, uso de mascarilla y evitación del contacto físico, entre otras cosas.
No es raro que a muchos de nosotros esto nos haya causado problemas de ansiedad. Pero es que, por encima de todo esto, la causa de este cambio es una pandemia mundial, con un virus todavía muy desconocido, un número muy alto de fallecidos y una gran incertidumbre para todos. Y los seres humanos no somos especialmente buenos manejando la incertidumbre - en muchos casos porque no nos han enseñado -.
Doomscrolling: una técnica para intentar reducir la incertidumbre, pero muy poco adaptativa
De ahí que, como técnica de adaptación y supervivencia, muchas personas hayan adoptado lo que ahora se conoce como doomscrolling. Se trata de un término que se refiere a la necesidad que muchos hemos desarrollado de pasar horas y horas informándonos sobre la situación de la pandemia, en muchos casos en busca de información que nos ayude a reducir la incertidumbre y tomar decisiones. En algunos casos lo hacemos, incluso, buscando aliviar el miedo.
Sin embargo, parece que no es la opción más adaptativa o saludable y que, en vez de ayudarnos, puede estar perjudicándonos todavía más e influyendo en estos niveles de ansiedad.
Este término fue incluido recientemente al diccionario Merriam-Webster, uno de los diccionarios online más importantes en inglés. Básicamente, explica esto: "en épocas de incertidumbre y crisis, muchas personas prestan más atención a las noticias buscando respuestas". El problema es que muchas de las cosas que encontramos y de las noticias son negativas y esto afecta todavía más a nuestro estado de ánimo. Sin embargo, como se trata de una técnica que nos aporta la sensación - irreal - de tener cierto control sobre la situación, nos cuesta parar, aunque nos esté afectando.
Qué recomiendan los expertos para alejarnos del doomscrolling
La verdad es que se trata de un término bastante nuevo, y no hay recomendaciones oficiales al respecto. Pero desde que se inició la crisis del coronavirus, algunas de las comunidades y asociaciones de psicólogos más importantes y prestigiosas del mundo han lanzado documentos y recomendaciones sobre el uso y manejo de la información.
Informarnos únicamente en canales oficiales
Desde la American Psychological Association recomiendan que elijamos bien por qué canales nos informamos. Para ello, indican: "elegir una o dos fuentes fiables ( el Centro Europeo para el Control de la Enfermedades, el CDC de Estados Unidos o la Organización Mundial de la salud) y limitar la exposición repetitiva a las historias de los medios y tener cuidado con los informes en las redes sociales cuya veracidad no puede garantizarse".
Elegir uno o dos momentos al día para informarnos
Desde el Center of Disease Control and Prevention recomiendan que nos tomemos descansos de la búsqueda de información. Esto es más fácil decirlo que hacerlo, por lo que puede ser buena idea elegir uno o dos momentos al día en el que nos permitiremos buscar información. Para ello delimitaremos el tiempo utilizado. Además, desde el CDC señalan que es importante cambiar el tiempo que utilizábamos en buscar información tiempo utilizado en algo más agradable: "trata de hacer actividades agradables y vuelva a la vida normal tanto como sea posible".
Desinstalarnos algunas aplicaciones
Desde el Consejo General de la Psicología de España recomiendan, en la misma línea, cuidar el consumo que hacemos de nuestras redes sociales: "existen numerosas noticias falsas e informaciones inútiles que afianzan el temor y nos alejan de la tranquilidad". Esto no siempre es sencillo de hacer cuando tenemos todas las redes sociales instaladas en nuestro teléfono móvil, por ello, puede ser buena idea desinstalar temporalmente algunas de estas aplicaciones.
Silenciar algunas palabras
Si desinstalarlas es demasiado para nosotros, muchas de estas aplicaciones permiten silenciar palabras que resulten conflictivas y evitar leer más información de la necesaria. Una de las ventajas que tiene esta opción es que, como seguiremos leyendo todo los demás, no notaremos tanto la ausencia de lo que hemos silenciado.
Buscar ayuda profesional
Si nada de lo anterior funciona, es recomendable que busquemos ayuda profesional. Un psicólogo puede ayudarnos a encontrar una técnica más saludable y adaptativa para lidiar con la situación provocada por el coronavirus.
Imágenes |Unsplash
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