Si hablamos de interpretación de los sueños inmediatamente uno se imagina en el diván de un psicoanalista intentando averiguar por qué soñó con una cabra verde que tocaba el ukelele. Los sueños, su contenido y significado, siempre ha causado curiosidad. ¿Por qué soñamos? Es más, ¿por qué soñamos con lo que soñamos?
En lo que a teorías sobre los sueños se refiere podemos decir que existen tres grandes grupos: los que entienden que los contenidos de los sueños tienen un significado inherente y fijo (Si sueñas con el mar significa que…), las corrientes relacionadas con el Psicoanálisis, y las teorías que han surgido a raíz del avance de la investigación científica desde disciplinas como la Medicina o la Psicología.
Si sueño con un cofre que no puedo abrir significa que…
Existe una corriente para la que el contenido de los sueños, como decía, tiene un significado fijo, es decir, siempre que soñemos con macetas significará que… (rellenar a gusto del consumidor).
Desde esta perspectiva, asociada al misticismo, se han editado innumerables libros, más concretamente “diccionarios sobre el significado de los sueños”. Prueba a poner en Google “Diccionario de sueños” y verás la cantidad de webs, “profesionales”, libros, etc. que aparecen.
Freud y el Psicoanálisis
Imposible hablar de sueños y de su interpretación sin mencionar al señor Freud. En 1900 el padre del Psicoanálisis publicó “La interpretación de los sueños”, obra clave en su trayectoria. La importancia que le otorgó Freud tanto a los sueños como a su contenido perdura en nuestros días. Pero, ¿qué decía exactamente este señor sobre el tema?
Freud postulaba que nuestro inconsciente está constantemente en pugna por cumplir sus/nuestros deseos y al mismo tiempo resolver los conflictos que ello nos genera. Pero no existe acceso directo al inconsciente, de manera que no resulta fácil llegar al fondo de los asuntos de cada persona, objetivo clave, entre otros, de esta teoría.
¿Y por qué eran tan importantes los sueños para el Psicoanálisis? Porque, de nuevo según Freud, los sueños suponen la puerta directa a ese esquivo inconsciente, ya que se elaboran sin filtros ni (auto)censura. Así, la interpretación y el análisis de los sueños se convierte en pieza angular y herramienta para este paradigma.
La ciencia actual dice que...
Por muy simpáticas, convenientes, bien elaboradas o precisas que nos parezcan las teorías anteriores la realidad es que no cuentan con respaldo científico. Es más, los avances en Medicina, Neurología, Psicología, etc. en materia de sueño (y sueños) han refutado los postulados psicoanalíticos, ni que decir tiene las otras teorías que comentaba al principio.
¿Por qué soñamos?
Las teorías actuales, basadas en la evidencia científica, señalan que los sueños son, dicho de manera sencilla, una especie de sobreactividad del cerebro, como relámpagos que se producen porque hay mucha “energía suelta”.
A lo largo del día el cerebro hace mil cosas: hablamos, vemos, andamos, respiramos, leemos, escuchamos… es mucha la información que procesa. De hecho es tanta cantidad, que de alguna forma necesita de vez en cuando “ordenar la casa” y "sacar la basura". Y esto básicamente vendrían a ser los sueños.
Soñar es absolutamente necesario para el ser humano: de hecho la recomendación de dormir ocho horas se basa, entre otras cosas, a que en este periodo de sueño tendríamos los picos de REM (o MOR: movimientos oculares rápidos) y de sueño No REM -etapas ambas en las que se sueña- necesarios para un correcto funcionamiento mental.
El déficit de sueño se relaciona con ansiedad, depresión, falta de concentración (y por lo tanto problemas de memoria, atención, etc.)… lo que a su vez provoca alteraciones en el sueño, entrando así en un círculo vicioso. Y si hablamos de privaciones extremas de sueño podrían aparecer paranoia, alucinaciones e incluso úlceras… Nada divertido.
¿Por qué soñamos con lo que soñamos?
Como decía antes, a lo largo del día son millones de cosas las que nuestro cerebro percibe, a lo que hay que sumarle nuestras emociones, sensaciones…
No todos esos contenidos son procesados de manera consciente, es decir, se perciben pero no “nos damos cuenta”. Por ejemplo, no somos capaces de procesar conscientemente todo lo que vemos mientras andamos por la calle, porque nos volveríamos locos. Piénsalo: una hoja, la acera, una mancha, el aire, el roce de la ropa, un señor, el cielo gris, te pica un codo, suena un coche, suena otro…
El cerebro lo que hace es coger todas esas cosas que percibimos pero no elaboramos y las guarda en una especie de almacén por defecto. Por otro lado tenemos nuestras emociones, pensamientos, todo aquello que nos ha sucedido en el día que también se guardan en un almacén. Es mucha información. El contenido de los sueños es precisamente esa información que hayamos manejado en el cerebro en las últimas 48 horas.
Pero, ¿por qué sueño con mi compañero de pupitre del cole si hace quince años que no le veo? Lo más probable es que en los dos últimos días hayas visto, olido o pensado algo que esté relacionado con el cole. Eso ha hecho que tu cerebro abra la caja "colegio" y por tanto tenga información a mano. Tú ni te habrás percatado de esa asociación, porque son procesos no conscientes.
De esta forma, por este mismo proceso, cuando algo nos preocupa inevitablemente pensamos más en ello, por lo que lo tenemos más fresco en la memoria y más accesible a la hora de soñar.
Si tenemos pesadillas será indicativo de que estamos nerviosos o de que algo nos preocupa, pero no necesariamente el contenido del sueño ha de ser indicativo ni pista, ni nada, de lo que nos sucede. No hay claves mágicas, no hay puertas: si estoy preocupado lo que hay que hacer es resolverlo, relajarnos (con técnicas de relajación por ejemplo) y procurar tener una buena higiene del sueño.
Esto va por fases
En la fase REM los sueños suelen ser más movidos y muy emocionales. Por su parte en la fase de sueño NREM (no REM) los sueños son más de pensamientos, con contenidos relacionados con las preocupaciones del día a día. Y por último, en la fase de sueño de ondas lentas son muy típicos los sueños de “Me persiguen y no puedo moverme del sitio”
Para recordar los sueños es preciso despertarse en una de estas etapas en las que soñamos. Y claro, dependiendo de la etapa en la que nos despertemos, el sueño será de un contenido o de otro.
Lo curioso de muchos sueños, las reacciones que nos provocan o su sorprendente contenido, siempre nos ha llamado la atención. Pero los sueños no dejan de ser una respuesta fisiológica y necesaria para el bienestar físico y mental del ser humano, eso sí, con un envoltorio fascinante. Felices sueños.
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