"Psicología y Buena Vida" es el nombre de la clase más con más alumnos, desde 2018, de la Universidad de Yale. No es de extrañar, siendo la búsqueda de la felicidad uno de los objetivos más perseguidos por el ser humano. Además, según la ciencia que la estudia, esta no solo es alcanzable sino que se puede aprender. Solo el año de su lanzamiento registró un número de casi 1.200 estudiantes matriculados y es que se basa en acciones que todos podemos poner en práctica.
Laurie Santos, científica cognitiva y profesora de psicóloga de 47 años, es la encargada de impartir esta asignatura que empezó a gestarse en su experiencia como tutora, cuando se percató del gran numero de casos de depresión y ansiedad que había entre sus estudiantes. Se zambulló entonces en el estudio de papers científicos sobre el tema.
Así descubrió estudios que habían demostrado que los estudiantes que más alegres eran a los 18 años tenían mejores trabajos a los 27. También una comparativa entre grupos de control donde se comprobaba que la gente optimista se contagiaba menos por el virus del catarro común. Sin embargo, por mucha ciencia que se le meta, la felicidad no deja de ser un concepto abstracto.
Lo que nos lleva al siguiente paso y a la asignatura de Santos, que logra someter la felicidad al molde del proceso científico, que en las sociedades occidentales es el canon para sacar a la luz el conocimiento e interpretar el significado de los descubrimientos. Eso sí, no tiene nada que ver con sonreír más y eso que muchos coaches y libros de autoayuda predican.
El enfoque, generalizando, tira más por cómo tener una actitud alegre afecta de forma directa a nuestro futuro y a nuestra salud. Y, en lo concreto, puede resumirse en esto siete puntos:
Relaciones sociales
La lógica nos dice que las personas más felices pasan tiempo con familia y amigos. Sin embargo, en un mundo 2.0 como el nuestro, ¿este ha de ser exclusivamente físico o el virtual también cuenta? Santos lo tiene claro: un contacto en tiempo real, como una videollamada, sí. Las redes sociales, no. Tampoco contribuye a un buen estado de ánimo chatear por mensaje.
Cuidar de los demás
Un estudio científico realizado en 2008 por la psicóloga social canadiense Elizabeth Dunn en la Universidad de Columbia Británica, concluyó que los participantes se habían sentido más felices al gastar 20 dólares en comprar un detalle para otra persona que para sí mismos. Y es que la evidencia científica desarrollada por su propio departamento también demuestra que el beneficio en los niveles de alegría cuando se ayuda de una forma sistemática son mucho mayores. Aunque, lo mejor, claro, es combinarlo con cuidarnos a nosotros mismos.
La importancia de ser agredecidos
Ser agradecidos no solamente es de bien nacidos, también de personas felices. Los estudios respaldan que, cuando damos las gracias, no solo le provocamos alegría a nuestro interlocutor, es que además también se ha demostrado que supone un beneficio para el que emite el agradecimiento.
Estar presentes
Resulta que estar en el momento presente y controlar la divagación del pensamiento, que ocupa normalmente la mitad de nuestro tiempo, es clave. Así lo demostró un estudio, por lo que aprender estrategias para controlar esas distracciones y prestar atención al momento presente es fundamental. Aunque de primeras pueda parecer dificil, podemos empezar a trabajarlo con algo tan sencillo como la respiración
Aceptar los sentimientos negativos
El punto anterior también aplica para los sentimientos que la sociedad considera negativos. Por ejemplo, en un momento difícil, en vez de huir de la pena o la tristeza, debemos transitarla para poder superarla, sin reprimirla.
El tiempo da más felicidad que el dinero
El dinero, según Santos, es muy importante para cubrir las necesidades básicas pero, más allá de eso, el bien que mayor felicidad da es el tiempo. Sobre todo, para poder utilizarlo en lo que, o con quien, queramos. La profesora, propone aprender a usar lo que llama el "confeti del tiempo". Es decir, esos minutos muertos en una sala de espera o mientras que todo el mundo se sienta en una reunión... En vez de divagar, ya sea con el móvil o en nuestra cabeza, recomienda aprovecharlos para acciones concretas y definidas. Por ejemplo: felicitar a un amigo, hacer una gestión...
Los pies en la tierra pero sin rendirse
Aunque la industria de la felicidad nos bombardea con mensajes más propios del pensamiento mágico, que afirman que si sueña lo que quieres, ya habrás hecho un 50% y similares, hay que ser más realistas. Sobre todo si no queremos caer en la frustración. En resúmen, el primer paso de todos es una cuestión de actitud.
No obstante, si te has quedado con ganas de saber más pero Connecticut te pilla un poco lejos, Santos creó el curso The Science of Well-Being, en la plataforma de educación virtual, Coursera. En él se estudian los conceptos erróneos sobre la felicidad, por qué tener ciertas expectativas no es bueno, cómo superar prejuicios y lo que realmente nos hace felices. Es gratuito y tú marcas el ritmo de aprendizaje. Solo si quieres el certificado, tendrás que pagar 49 dólares.
Fotos | Happy Go Lucky y Unsplash
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