Muchas y muchos de nosotros, cuando nos enfrentamos a las tareas diarias, nos encontramos procrastinando, alargando el tiempo antes de enfrentarnos a esa tarea y dedicándonos durante casi demasiado tiempo a no hacer realmente nada.
Sin embargo, en el lado opuesto, se encuentran las personas que no tienen ni un minuto de tiempo libre. Gente cuya agenda está llena de arriba a abajo y que, cada vez que tienen media hora sin una actividad se las ingenian para pensar en algo nuevo que hacer.
Hace unas semanas, Miley Cyrus confesaba en una entrevista con Elle cómo, durante mucho tiempo, había odiado estar aburrida porque sentía que eso significaba que no estaba haciendo suficiente o que estaba siendo vaga. La cantante contaba que ahora sabe que cuando estamos "aburridos" es cuando nuestra imaginación tiene una oportunidad real de ser libre y ya no se preocupa por llenar su tiempo con cosas sin significado.
Sin embargo, muchas personas se enfrentan todavía a esta necesidad de llenar cada minuto de su tiempo. Y la pregunta es por qué tienen ese deseo constante y qué motiva ese miedo a estar aburridos o a no hacer nada.
El miedo a no hacer nada
Para algunas personas, el hecho de tener tiempo libre, en el que no estén ocupados haciendo algo, enfocándose en una actividad concreta y bien concentrados en lo que están haciendo, supone una fuente de estrés e incluso de ansiedad.
En ocasiones, puede deberse a la sensación de necesitar llegar a todo en un mundo en el que cada vez vamos con más prisas, y donde estamos siempre conectados. Para algunas personas, especialmente aquellas con rasgos muy perfeccionistas, llenar su tiempo constantemente y no tener un minuto libre puede ser el elemento que les aporte la sensación de estar cumpliendo con las expectativas que los demás y ellos mismos tienen sobre su persona.
Sin embargo, en otros casos, esta necesidad de llenar nuestro tiempo y este miedo a no hacer nada, puede ser una señal que indica que estamos evitando estar a solas con nuestros pensamientos. Y es que, cuando nos mantenemos ocupadas con tareas, no tenemos tiempo para pararnos a escuchar nuestros pensamientos. Además, la tecnología actual y la concepción de persona exitosa que se tiene actualmente, hace mucho más sencillo que no paremos.
Pero cuando paramos, y nos encontramos solas con nosotras mismas, en silencio y sin tener un objetivo en el que enfocar nuestra atención, nuestros pensamientos son más libres y no es tan fácil controlarlos.
Una técnica poco adaptativa para lidiar con nuestras emociones
La realidad es que todo el mundo tiene emociones, pensamientos, miedos y angustias que nos hacen sentir mal, nos preocupan y nos agobian. Por desgracia, no siempre se nos enseña a lidiar bien con ellos y cada uno de nosotros desarrollamos diferentes técnicas.
En muchos casos, estas técnicas no son del todo adaptativas: la necesidad excesiva de control, la pasivo-agresividad, la negación o la represión son algunas de ellas. En el caso de las personas que llenan su tiempo constantemente, la evitación es la técnica que estarían utilizando.
El problema es que las emociones siempre acaban saliendo a flote y si las intentamos tapar de manera poco adaptativa, es más que probable que cuando aparezcan sea de una manera que no podamos controlar, como en forma de ansiedad, por ejemplo.
Perder el miedo a parar
Para algunas personas, esta necesidad de estar constantemente ocupado puede acabar suponiendo un problema de salud. En parte, porque nuestro cuerpo tiene una gran resistencia, pero acaba cansándose y cayendo enfermo.
En parte, también, porque intentar tapar nuestros pensamientos y miedos no va a hacer que desaparezcan. Por ello, la única solución real que tenemos es parar. Y es que, en ocasiones, ser capaces de parar a tiempo y dedicarnos un rato a nosotras mismas es nuestra gran victoria.
Es importante que nos demos el tiempo de escuchar esos pensamientos que tanto miedo nos dan y de aprender a conocernos y a saber qué es eso que estamos queriendo evitar y tapar. En ocasiones podremos hacerlo solas y, en otras, necesitaremos la ayuda de un profesional que nos ofrezca herramientas más adaptativas para tratar con todas nuestras emociones: las consideradas buenas y las consideradas malas.
Si nuestra necesidad de llenar nuestro tiempo con infinidad de actividades se debe en parte a la concepción del éxito que tenemos, quizás necesitamos revisar nuestras prioridades. Y es que el éxito profesional y el reconocimiento de otras personas puede estar muy alto en nuestra escala de valores, pero sin salud es posible que no compense.
Y es que, como decía Miley en su entrevista, en ocasiones, dedicar tiempo a acercarnos a nuestros seres queridos, o a ver una película en el sofá con nuestra pareja o nuestros amigos, sin nada más que hacer, puede ser el mayor de los éxitos. Además, cuando damos tiempo y espacio a nuestra mente, no solo le damos espacio para enfrentarnos a los pensamientos que nos dan miedo, sino también para imaginar, para tener ideas y, quizás, para ser más creativa que nunca.
Imágenes | Gilmore Girls, Giphy
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