¡La colección de Roberto Cavalli para H&M agotada en 10 minutos!

¿En 10 minutos? ¡Pero qué locura es ésta! Ayer, salía yo tan contenta de mi trabajo (a las 15h) y me dirigía a la tienda de H&M más cercana, ajena a la noticia del día que publicaban todos los periódicos online: la colección de Roberto Cavalli para H&M se había vendido en cuestión de minutos. Os podéis imaginar mi decepción al llegar a la tienda y ver en el escaparate unas grandes letras rojas que formaban la palabra “AGOTADO”. Una vez en casa y recuperada del shock (y la decepción), empecé a meditar sobre el tema. He aquí mis impresiones.

En primer lugar, ¿os habéis fijado bien en la foto? ¡Son yayas! No tengo nada en contra de las personas mayores, está claro pero, por favor, ¿yayas con ropa de H&M? ¡No! No, claro que no. Es para las nietas, las nietas espabiladas que han mandado sin pudor a sus abuelas a una guerra de codazos que dejará heridas de por vida. Heridas a la gente decente que no ha enviado a nadie, sino que ha ido ella misma a intentar capturar una prenda de Cavalli ó 5 porque, viendo la foto, aquí agarraban lo que podían, no lo que querían (si es que siquiera querían algo). En cuestión de rebajas y demás, las yayas son unas combatientes veteranas y sin escrúpulos. Fuera bromas, yo ya dije que me daba la sensación de que el lanzamiento de esta colección sería una locura como la de Kate Moss para TopShop, pero ahora que ha sucedido me parece que ya no tiene tanta gracia. No porque me haya quedado sin mi vestido de Roberto Cavalli, sino porque jamás haré cola delante de un establecimiento durante horas ni me pegaré por coger un vestido.

Así que un cero para H&M. Llevan meses enredándonos con la promesa de Cavalli, Cavalli bonito y barato para todos pero, a la hora de la verdad, nada. Estaba todo previsto, querían que la colección se agotara, para seguir creando expectación y un deseo irrefrenable hacia su marca. ¿Teoría de la conspiración? No, y la prueba es evidente: tenían las letras para escribir “agotado” preparadas. Me pregunto si ya abrieron con ellas puestas en el escaparate o si tuvieron la decencia de esperar 10 minutos para hacerlo. Me parece una estrategia muy indecente, no me gusta que me manipulen de ese modo ni que jueguen con mis sentimientos, pero ¿ha funcionado? ¡Por supuesto! Yo sigo queriendo mi vestido de Cavalli y como alguien se interponga en mi camino, verá lo que es bueno. Quedáis avisados, jeje.

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