A Steven Meisel ya lo queremos de sobra, aunque nunca es poco. Con Lanvin se encuentra en racha. Convirtiendo una vez más la publicidad en arte, en algo más allá de un simple anuncio aspiracionalista, como suelen hacer la mayoría de marcas de lujo, y volviendo a juntar humor y moda, algo no tan sencillo aunque lo parezca a primera vista.
La pasada temporada Steven Meisel puso a bailar a modelos como Raquel Zimmermann y Karen Elson a ritmo de Pitbull. En un movimiento arriesgadísimo de juntar la cultura popular más masiva y hasta mal vista con una firma protegida por la gran industria de la moda. El propio ALber Elbaz también se animaba a dar unos pasitos.
En esta ocasión, para la campaña Otoño-Invierno 2012, el stop motion es la técnica a la que recurre para presentarnos distintos testimonios de personas anónimas que nos van hablando ante la cámara con sus historias.
De nuevo Lanvin se presenta de forma cercana sin lujo alguno, "celebrando la individualidad" según ellos mismos. Bien por Meisel y por la dirección creativa tras la que se encuentran House y Holme, Ronnie Newhouse y Stephen Wolstenholme.
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