Si de algo sabe el vasto equipo “creativo” al frente de Zara (y espero que me permitan el entrecomillado), es de tendencias. Esas mismas que toman prestadas y pasan por el filtro del low cost para ponerlas al alcance de nuestra mano (y de nuestro bolsillo).
No entraremos a debatir las políticas de deslocalización a países en vías de desarrollo, maniobra que les permite vender a precios más razonables de lo normal, nos ceñiremos a la parte positiva, y porque no, a su obra social, que eso de que los diseños de creadores de alta gama se democraticen, no es más que una buena obra. Y lo digo de verdad.
Y no es que alabe el plagio, que yo no lo llamo copiar, sino inspirarse, pero es una verdadera proeza lo que ha hecho ese señor casi anónimo de nombre Amancio Ortega: él fue el primero, y otros tantos, han venido detrás.
Ya nos lo contaba Montag, el secretismo y la ausencia de publicidad son dos de las bazas principales del grupo Inditex: no hay catálogo, no hay vallas, no hay anuncios en la tele ni en revistas, no hay nada más allá de lo que se puede encontrar en su web oficial. Y la información, es escasa. Hace poco la han modificado y aunque en pequeñas dosis, hay más documentación gráfica.
Entre las nuevas secciones, a parte de la dedicada a la inspiración, llama la atención la de tendencias, un apartado en el que los estilistas de la casa nos dan pistas acerca de cómo combinar sus prenda con gracia. Detalle que no deja de ser un buen guiño, y que veremos si en breve se abre camino sobre el terreno, como ya ha pasado en H&M, en cuyas tiendas ya cuentan con un espacio reservado a personal shoppers.
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