El ASMR, esos vídeos en los que el sonido es el protagonista y que inundan YouTube con el objetivo de despertar sensaciones agradables y relajar a los espectadores, tiene su evolución en un fenómeno que, aunque no es exactamente nuevo, disparó su popularidad durante la cuarentena y no deja de crecer. "Estudia conmigo" o "Study with me", en inglés, consiste en grabar una sesión de estudio. Lo que es lo mismo que decir que, durante horas, lo único que se escucha, además del silencio, son elementos como el teclado, las hojas al pasarse o los subrayadores sobre el papel.
En qué consiste Estudia conmigo
El objetivo es acompañar a otras personas en sus horas de estudio (aunque también puede servir para trabajar), una necesidad que se ha convertido en masiva con la pandemia, el telestudio y el teletrabajo. Hace unos meses os hablábamos de I Miss the Office, un generador de ruido de oficina con todos los sonidos tradicionales del espacio de trabajo que nos devuelve un poco de normalidad y nos acerca a esas personas a las que veíamos a diario hace un año. No obstante, los vídeos de Estudia conmigo añaden a este factor de ruido blanco, que ayuda relajarse y a concentrarse, el que estudiar con alguien que esté muy concentrado pueda animarte a ti también a estarlo.
El efecto que generan sería parecido al que se produce (o producía) en una biblioteca. Aunque bien es cierto que, en un espacio así, no cabrían los casi siete millones de visitas (6,9 millones para ser más exactos) que acumula una sesión de estudio de dos horas y media con música de TheStrive Studies y su gato. Aunque no es la única que supera la barrera de los tres dígitos. La usuaria Elloitsangela está a punto de llegar a los dos millones y Kharma Medic ya los supera con un vídeo de, nada más y nada menos, que de 10 horas.
Más que un fenómeno, una comunidad
Estos números de reproducciones nos hablan de la amplia comunidad de personas buscando este tipo de contenido en todo el mundo. Sobre todo, ahora que juntarse con los compañeros en la universidad o la oficina ha sido sustituido por la virtualidad y la aislamiento del hogar.
Entre los comentarios es fácil encontrar testimonios de personas a los que les ha ayudado a dejar de procrastinar y centrarse. Queen Jeon cuenta en uno cómo, siendo una persona que se distrae con facilidad, consiguió terminar en una hora el mismo trabajo que sin Estudia Conmigo le habría llevado toda la noche acabar: "A veces, exageramos las cosas y hacemos que parezcan mucho más difíciles de lo que son", remata en su explicación.
Por otro lado, Martina ha contado a Trendencias que es consciente de que si no echa mano de este recurso, acabara poniéndose algo en Netflix, entrando en las redes sociales, a hacer shopping en webs de moda y acabará despistándose. Por lo que esta le parece "una buena fórmula para marcar tiempos de estudio y no ocupar la pantalla con cosas que te hagan procrastinar".
A esta estudiante madrileña de 15 años le gusta mucho cómo lo hace la estadounidense elloitsangela porque se interesa por la gente que ve sus sesiones y entra a la sección de comentarios a comentar con sus suscriptores cómo les va el estudio.
Además, nos comenta que tiene la sensación de que estimula su cerebro igual que si viera de fondo una serie pero sin quitarle concentración de estudio. Una necesidad, la de tener que disponer siempre un estímulo extra a lo que se está haciendo, que podría venir del multitasking al que nos está acostumbrando la sobreexposición a las pantallas.
Propiciar la concentración por el simple hecho de ver a otros dando el callo es lo que persigue este fenómeno aunque puede no funcionar entre aquellos que tiendan a distraerse fácilmente ya que, al ser una grabación, a la persona grabada no puede molestarle realmente que se decida romper el silencio o pasar del estudio tal y como sucedería en una biblioteca.
Tampoco es de gran ayuda si eres una persona a la que ya le es fácil concentrarse de forma natural. Por ejemplo, Lucía de 18 años, empezó a usar este sistema pero se dio cuenta de que le resultaba innecesario y nos confiesa que dejó de usarlo.
Paola Flores, tal y como ha plasmado en un comentario en el canal de Kharma Medic, famoso por hacer sesiones muy intensas, se pregunta cómo hay gente capaz de pasar tanto tiempo estudiando en silencio. "Yo hablo todo el rato y grito cosas como '¿qué narices es esto?' o '¡Guuuauu!, cuando por fin entiendo algo".
No obstante, para quienes necesitan sentirse acompañados de otras personas en su misma situación, tener en la pantalla estos vídeos sí que puede marcar la diferencia en la productividad. Además del apoyo que proporciona no sentirnos solos ante el peligro.
Un fenómeno mundial
Esta comunidad nació en Asia bajo el nombre de "gongbang", "retransmisión de estudio" en coreano, y "benkyou douga" en japonés. Rápidamente salto a Estados Unidos, donde se convirtió en "study with me" y desde donde extendió por todo el mundo. No obstante, no empezó a popularizarse en España hasta el confinamiento durante el estado de alarma, al inicio de la pandemia, debido a que se produjo próximo al periodo de exámenes y de pruebas de acceso a la universidad.
En el ámbito internacional, lo petan los canales de Thomas Frank, con más de dos millones de seguidores; Ruby Granger, superando el medio millón o Unjaded Jade y TheStrive Studies, subiendo de los 300 mil suscriptores. Aunque, si preferimos que las sesiones sean en español, el mayor referente en nuestro país es Diario de un MIR. También podemos encontrar este tipo de contenido en los canales de Ana Blanca, Angela Walters y Marta Torné (no, no es la actriz de El internado).
Solo tenemos que escribir en el buscador "estudia conmigo" para obtener cientos de vídeos distintos de youtubers españoles y latinoamericanos. Algunos incluso añaden música o sonido artificial de lluvia y sonidos ASMR intencionados. También los hay quienes organizan sesiones de estudios en directo, donde han llegado a reunirse hasta 500 personas para estudiar juntas de forma virtual.
La técnica pomodoro
Sin embargo, no todo es sentirse acompañado a través del sonido de otra persona hincando codos e incentivar la productividad mediante el ejemplo. Muchos de los estudiantes de este movimiento, también conocido como studytube, utilizan la técnica Pomodoro, que consiste en alternar el tiempo de trabajo dividiéndolo en bloques de 25 minutos en los que se trabaja a la máxima concentración, con otros bloques de 5 minutos, donde se descansa y está permitido desconectar.
Además, cada cuatro pomodoros, se debe tomar una pausa más larga, de 20 minutos. De este modo se evita caer en distracciones como consultar las redes sociales o levantarse a mirar qué hay en el frigorífico porque ya lo habremos hecho en ese tiempo de descanso (o podemos esperar a hacerlo en el próximo).
Esta técnica nace en al año 1980 y, además de la división del tiempo, le concede mucha importancia a dedicarle cada bloque a una sola actividad. Estas tareas pueden predeterminarse de antemano en una lista. Como cualquier técnica de concentración, no funciona para todo el mundo pero, gracias a las redes, cada vez tiene más adeptos. Lo único que necesitamos es un temporizador o abrir YouTube.
Fotos | YouTube de Marta Torné.
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