Algún día se escribirá la historia de la generación millennial ilustrada con aguacates. O quizá no. Pero la obsesión que tenemos con esta fruta está dando mucho que hablar: su precio está disparado en plena 'burbuja del aguacate', nos lo estampamos en la ropa, los rellenamos de café, se abren restaurantes que solo sirven aguacate e Instagram está lleno de ellos por todas partes. Tan por todas partes que precisamente en esta red social nos hemos encontrado una tendencia que no esperábamos: las propuestas de matrimonio con el anillo dentro de un aguacate.
Suena a locura (y probablemente lo es), pero está ocurriendo. Existe incluso un hashtag para etiquetar las imágenes de estas peticiones, #avocadoproposal. Parece que el pionero en esta tendencia fue Taylor Selby, a finales de 2016, pero no ha sido hasta ahora cuando la idea se ha popularizado. Porque el mundo está lleno de aguacates y, aparentemente, de novios románticos que consideran que no hay mejor lugar para mostrar el anillo que el interior verdoso de esta fruta.
Incluso hay ya supermercados en el Reino Unido, la cadena Asda, en concreto, que etiqueta algunas de las piezas como «aguacates perfectos para proposiciones». En serio. Nos hemos vuelto locos del todo, ¿verdad?
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sakurahime
Según un estudio publicado por el Instituto Nacional de Investigación Forestal, Agropecuaria y de Pesca de México, la obsesión de los consumidores europeos y de EEUU por el aguacate está causando la deforestación del Estado de Michoacán, el mayor productor mundial de este fruto, al que los terratenientes están dedicando también tierras hasta ahora destinadas al cultivo de alimentos imprescindibles para los michoacanos con pocos recursos que no pueden acceder a los costosos alimentos de importación. La deforestación pone también en peligro a la mariposa Monarca, que tiene un santuario en los bosques de Michoacán. Las millennials, tan preocupadas por las catástrofes ambientales, el cambio climático y la destrucción de los hábitats de los animales y las plantas deberían saberlo, y cuando hagan una propuesta de matrimonio a su chico deberán colocar el anillo de compromiso dentro de un aguacate de la comarca malagueña de la Axarquía, cuyo cultivo es ecológico y no controlado por grandes terratenientes ni por multinacionales de la agroindustria. Y que no se olviden de frotarlo bien con zumo de limón para su aguacate no tenga tan mal aspecto como el de Taylor Selby.
Ahora que lo pienso, la tradición patriarcal dicta que el millennial es el que tiene que hacer la propuesta a la millennial y el que tiene que comprarle el anillo que ella se apresurará a exhibir en las redes sociales.
Vanitatis
Si son milenial como mucho tendrán 18 años, ya se están pidiendo matrimonio los unos a los otros?