Los trajes son una opción muy elegante para vestir en el trabajo. Depende de modas, tipo de trabajo y las reglas de vestir en el mismo, serán más o menos adecuados.
La tendencia boyfriend les ha recuperado con un gran acierto. La mujer se viste con líneas masculinas y adapta a su armario el estilo que se ha relacionado siempre con el hombre. De esta manera se crea un híbrido muy interesante y que a mí en particular me encanta.
Para ir al trabajo no es necesario vestir de traje pero siempre favorece la imagen dada hacia terceros porque es un conjunto formal. Genera una imagen hacia el otro de respeto porque da impresión de una mayor preocupación por el cuidado personal. Y eso siempre se agradece.
Aunque también está el lado contrario, que por culpa de llevar el traje caigamos en un error. No a todo el mundo le queda un traje bien y menos aún, a todo el mundo le queda bien todos los trajes. Cada persona tiene que buscar el más adecuado y preocuparse porque el traje se adapte su cuerpo, nada de llevarlo como un abrigo.
El color gris es uno de los más favorecedores en estos meses. Hay la opción de variar en tonalidad o apostar por verdes y marrones muy claros. Otra opción es el jaspeado, más de sport e informal. Muy apto para cualquier día de calle.
Pese a que el estilo boyfriend esté de moda y busque la estética masculina en la mujer, los trajes de tres piezas siguen quedando demasiado raros en el público femenino y más aún si llevamos una corbata tan gruesa como la de la imagen y el chaleco abrochado de mala manera.
¿Qué os parece a vosotras el traje?
Fotos | Elle
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