Al igual que las mujeres incursionaron en inventos para productos masculinos, ellos también hicieron mucho por ellas
Anteriormente les habíamos comentado la historia de una mujer polifacética que no sólo se convirtió en la primera gran estrella de Hollywood, sino que también, fue una inventora que dejó un gran legado en el mundo del automovilismo. Sin embargo, la historia de hoy es a la inversa, ya que te contaremos cómo es que un hombre, importante en la literatura mundial, también dotó de comodidad a la moda con una invención que hoy consideramos un elemento clave en la ropa femenina: el broche ajustable de los sujetadores.
Mark Twain es conocido por su ingenio y sus novelas clásicas como 'Las aventuras de Tom Sawyer' y 'Las aventuras de Huckleberry Finn', pero pocos saben que también incursionó en la invención. Entre sus muchas patentes, la más curiosa e intrigante, está la de "una correa elástica ajustable y desmontable" para diversas prendas de vestir, porque incluso él, siendo hombre, los tirantes le resultaban sumamente incómodos.
En 1871, el escritor, cuyo nombre real era Samuel Clemens, patentó una "Mejora en las tiras ajustables para la ropa". Aunque este invento no estaba directamente destinado a los sujetadores como los conocemos hoy, su propósito era similar: ofrecer una manera de ajustar las prendas de vestir para que se adaptaran mejor al cuerpo, algo que las mujeres modernas pueden agradecer cuando buscan comodidad y soporte en su ropa interior.
Esta mejora en las correas permitía a la prenda ajustarse mejor al cuerpo de la persona, proporcionando una mezcla de comodidad y ajuste personalizado. Sin embargo, aunque la finalidad del invento de Twain era integrarse a prendas meramente masculinas, terminó siendo la base para el sujetador o brasier como lo conocemos ahora.
Con el tiempo, el sujetador tal como lo conocemos hoy se desarrolló a principios del siglo XX, cuando inventoras como Mary Phelps Jacob, quien patentó el primer sostén moderno en 1914, tomaron prestadas ideas similares a las de Twain, haciendo de la integración de broches y correas ajustables una mejora drástica en la usabilidad de la prenda, lo que revolucionó la industria de la moda íntima.
"Este ingenioso invento sólo tuvo éxito para una prenda ajustada: el sujetador", escribió Rebecca Greenfield en The Atlantic, asegurando que "para quienes tienen poca experiencia en sujetadores, un broche es todo lo que asegura esa banda elástica que sostiene los pechos de las mujeres. Así que, damas y caballeros no tan diestros, pueden agradecerle eso a Mark Twain".
Foto de Jon Ly en Unsplash | Whizzpast
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