El otro día os contamos que según el Informe Mundial de la Felicidad publicado por la ONU, Noruega es el país más feliz del mundo.
Uno de los parámetros que analizaba este informe es el de la salud, no sólo porque cuentan con un sistema de salud envidiable sino también porque los noruegos tienen gran esperanza de vida al nacer: 82 años. De hecho, un informe de la Unesco ha declarado a Noruega como uno de los países más sanos del mundo, teniendo en cuenta estos factores y alguno más, que nos ha interesado muchísimo, como qué comen exactamente.
Pescado, pescado y más pescado
No es ningún secreto que Noruega es uno de los países del mundo en los que se consume más pescado y productos del mar. Y además, en vez de cocinarlo o freírlo en aceite, lo hierven, ahuman o lo secan. Por ejemplo, en el litoral de la parte norte del país se lleva colgando al bacalao desde tiempos inmemoriales para que se seque al aire libre.
Su situación geográfica privilegiada y sus 101.000 kilómetros de costa lo convierten en un paraíso para la pesca y para degustar mariscos de todo tipo, una fuente de proteínas saludable que no tienen ningún problema en saborear a la hora del desayuno, de la comida o de la cena.
Las bayas
En el clima noruego las frutas y las bayas necesitan más tiempo para madurar, pero en contrapartida su sabor es más sabroso. Además, como hace menos calor, hay menos insectos, lo que implica que sólo hay que la fumigación se puede reducir a un mínimo.
Estas bayas son muy apreciadas en el país por su fino sabor. Y por sus increíbles cualidades, por supuesto. Tal y como nos cuentan nuestros compañeros de Vitónica, consumir frutos rojos nos aporta grandísimos beneficios para nuestra salud: nos ayudan a reducir el colesterol, benefician nuestra salud cardiovascular y nos aportan nutrientes importantísimos, entre otros beneficios.
Una de las bayas más apreciadas se conoce como monte o mora de los pantanos y es una rara variedad salvaje muy apreciada entre los noruegos. Tan apreciada que si encuentran un arbusto en el que crezca, guardarán el secreto de su localización hasta el final de sus días. Un tentempié riquísimo y tremendamente saludable.
Su desayuno no parece un desayuno
Las proteínas están muy presentes en el desayuno de los noruegos, bien sean en forma de jamón y queso o de numerosas variedades de pescado como salmón o arenques ahumados, algo realmente importante pues son el nutriente de un gran número de funciones biológicas, como nos comentan nuestros compañeros de Vitónica.
Y, por supuesto, todo ello va acompañado de sus panes más típicos, Flatbröd por ejemplo, y verduras como el pepino.
Como nos cuentan nuestros compañeros de El diario del viajero, los noruegos también desayunan geitost, un queso marrón y cremoso elaborado con suero de leche de cabra con un sabor dulce. Y también son frecuentes los panes dulces como el kaffebrød.
Mejor que el pan lembas de El Hobbit
El clima de Noruega ha sido determinante para que las gentes de este país apuesten por alimentos que perduren en el tiempo y aguanten meses y meses en sus alacenas. El pan lefse es un buen ejemplo de ello, un pan muy ligero realizado a base de patata, leche o crema y levadura y que sustituye a los más contundentes bollos en numerosos platos.
Como también nos cuentan nuestros compañeros de El diario del viajero, un perrito caliente se sirve en un lefse de patata en vez de un bollito de pan.
Saben darse un capricho dulce
Noruega es el segundo país del mundo en el que más se consume café y para acompañarlo no hay nada como un gofre o un pedazo de Kvæfjordkake. Porque la vida no sólo son restricciones, los noruegos saben equilibrar la alimentación sana con un dulce.
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Fotos| Directo al Paladar, Pexels.com.
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