No es una moda del siglo XXI. En realidad, ha sido nuestro sueño desde hace miles de años y a lo largo de la historia tenemos ejemplos para aburrir: .
Paralizar los signos del tiempo. Retrasar el envejecimiento y ser jóvenes… si no siempre, al menos, alargarlo todo lo que sea posible. Y con ello, la esperanza de vida.
Y en esta búsqueda de la inmortalidad, la figura de la bióloga molecular Cynthia Kenyon es una de las voces del momento. Una científica que ha revolucionado a la comunidad de genetistas afirmando que la vejez es un proceso genéticamente programado en nuestros cuerpos y que, por lo tanto, se puede desprogramar.
Google la ha nombrado vicepresidenta de Calico, la empresa biotecnológica especializada contra el envejecimiento, pero sobre todo es una de las científicas a las que no queremos perderle la pista, porque está contribuyendo a cambiar el mundo que nos rodea con el descubrimiento de un gen llamado “la muerte” y el principal factor de envejecimiento. Su lucha para intentar inhibir la actuación de este gen aplicado a los humanos puede conseguir alargar la vida de nuestra especie años y años, todo ello sin perder el estado de nuestras facultades.
Más allá de las cremas milagrosas, de la cirugía estética, de la alimentación más sana... el milagro de la eternidad puede estar esperándonos en nuestras células y el objetivo más inmediato de Cynthia Kenyon es crear moléculas y medicamentos que puedan ralentizar o incluso detener el proceso de envejecimiento en estas. Un proyecto muy ambicioso el que lidera esta científica, quizá el más ambicioso para tratar de prolongar nuestra vida más allá de la esperanza de vida actual.
El primer paso que dio el equipo liderado por la doctora Kenyson fue identificar los genes de envejecimiento, partiendo del hecho de que todos los seres vivos envejecen, pero hay diferencias notables de unas especies a otras. Empieza su memorable charla TED haciendo hincapié en la necesidad de identificar este gen para a partir de ahí estudiar las posibilidades de mutación de dicho gen. Gracias a un intenso trabajo de investigación su equipo ha sido capaz de localizar el gen de un determinado tipo de gusano, tan pequeño como una coma, denominado C.elegans, y descubrir que una mutación puede incrementar hasta un 65% la vida de este especimen sin perjudicar las condiciones de vida. Y eso se debe tan solo al cambio de un gen en un total de 20.000.
Cynthia Kenyon es graduada en Química y Bioquímica en la Universidad de Georgia y consiguió su doctorado en el MIT donde se convierte en la primera en estudiar los genes sobre la base de sus perfiles de actividad, además de descubrir que los agentes destructores del ADN activan una batería de genes de reparación de ADN en E.coli. También ha realizado estudios de postdoctorado con el premio Nobel Sydney Brenner, el momento que entró en contacto con el desarrollo del gusano C. elegans y descubrió que la mutación de un solo gen (el Daf-2) podía doblar la duración de su vida.
La labor de Calico, la compañía de biotecnología que fundó Google en 2013 por iniciativa de Larry Page, director general del grupo de Mountain View, tiene la asombrosa inquietud de superar los límites de nuestra esperanza de vida y descubrir todo lo relativo al proceso de envejecimiento para conseguir frenarlo, así como todas las enfermedades relacionadas con la edad.
Para conseguir estos ambiciosos objetivos, Calico no solo cuenta con el trabajo de la doctora Kenyon, sino también con un grupo de investigación universitario de élite, ha establecido asociaciones con universidades e institutos de investigación y cuenta entre sus filas con otros genios de campos como la inteligencia artificial, como es Daphe Koller.
La idea de que el envejecimiento no es obligatoria sino un proceso que podemos evitar es muy atractiva, sin lugar a duda y ha conseguido poner en el punto de mira a esta genetista
Fotos| Unsplash.com, Wikipedia
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