Esther Holgado es científica pero sobre todo, es médica. En su laboratorio como jefa del programa de Inmunooncología del hospital Ramón Caja, se dedica a investigar cómo vencer al cáncer y a la vez reducir los efectos secundarios que los tratamientos y los medicamentos producen.
Por su trabajo como investigadora, Esther Holgado forma parte de la campaña #SMARTGirl de Samsung. Pero en su vertiente clínica, como médico que atiende a pacientes, se las ve cara a cara con las personas que sufren el cáncer, escucha sus síntomas, sus dolores, sus miedos y su preocupación. Asegura que la primera parte de su trabajo no tendría sentido sin la segunda, porque son las pacientes las que hacen que el esfuerzo investigador tenga su razón de ser.
¿Qué es la inmunooncología?
La inmunooncología es una rama de la investigación contra el cáncer en la que impulsamos al propio sistema inmunológico del cuerpo a luchar contra el tumor.
El sistema inmunológico es el que nos defiende de los microbios cuando tenemos una infección, y gracias a eso generalmente no morimos de una gripe o de un catarro, por ejemplo. Así que hace mucho tiempo que los oncólogos nos preguntamos por qué ese sistema no ataca también a los tumores, si son un agentes externos al cuerpo.
La respuesta es que no lo hace porque existen unos mecanismos que llamamos de escape por los que el tumor y las células tumorales se hacen invisibles al sistema inmune, que como no los detecta, no los ataca. Así que estamos investigando para descubrir esos mecanismos de escape y revertirlos.
Como diríamos los fans de Harry Potter, le estáis quitando la capa de invisibilidad a los tumores.
Exactamente. Y estamos teniendo mucho éxito: ya se han aprobado distintos fármacos que actúan así en el cáncer de pulmón, en el melanoma, en el cáncer de cuello y cabeza y en el del vejiga.
¿Qué ventajas tienen estos tratamientos respecto a los tradicionales que se llevan aplicando más tiempo?
Frente a otros tratamientos, como la quimioterapia, estos fármacos han demostrado tener menos efectos secundarios: son menos frecuentes, más leves, y están relacionados con el propio sistema inmune. Esto es importante porque nuestro objetivo no es solo curar la enfermedad, sino también aumentar la calidad de vida de los pacientes.
Solemos pensar en el cáncer como una sola enfermedad, y por eso nos sorprende cuando los fármacos curan un tipo de tumor, pero no otros. En este caso, ¿por qué hay fármacos para el cáncer de pulmón, pero no el de mama, por ejemplo?
Cuando comenzó a investigarse esta vía, se observó que solamente los cánceres con muchas mutaciones (como el de pulmón, normalmente provocado por el tabaco, o el melanoma, normalmente causado por la exposición a rayos UVA) tenían la capacidad de estimular al sistema inmune, es decir, que decir a nuestras defensas: "Eh, aquí hay algo que no debería estar". Mientras que se creía que el cáncer de mama era poco inmunógeno, es decir, que tenía poca capacidad de estimular al sistema nervioso.
Ahora estamos viendo que esto no es así, y que hay algunos tipos de cáncer de mama que también tienen muchas mutaciones y para los que se pueden utilizar este tipo de fármacos. Yo creo que en un par de años tendremos alguno.
Tú estás en la avanzadilla de la lucha contra el cáncer, ¿cuál crees que será el siguiente paso?
El cáncer es una enfermedad compleja y es difícil saber qué vendrá después.
Antes estudiábamos la célula tumoral, ahora estudiamos cada componente, cada enzima y proteína de esa célula. El futuro será la medicina hiperpersonalizada, en el que a cada persona se la trate según sus particularidades genéticas concretas.
Leíamos hace unos días una noticia que decía que la supervivencia al cáncer ha aumentado en todo el mundo, pero que lo ha hecho más en los países ricos que en los pobres. ¿Crees que estas diferencias desaparecerán algún día como ya ha ocurrido por ejemplo con las vacunas en la mayoría del mundo?
Tristemente, mi opinión es que no. Los tratamientos oncológicos son tremendamente caros, y además hace falta acceso a instalaciones hospitalarias, lo que los encarece aun más. Piensa que además la supervivencia al cáncer aumenta y eso quiere decir que más pacientes necesitan más tratamiento durante más tiempo... todo eso sube los costes. Ojalá mi respuesta fuese otra, pero me parece difícil que la barrera económica desaparezca.
En tu caso, ¿por qué decidiste hacerte oncóloga?
Mi padre es oncólogo, y eso habrá influido de alguna forma, pero en realidad fue por dos motivos.
Por un lado, la oncología es una especialidad médica donde la investigación científica es interminable, siempre hay algo que queda por descubrir y eso es un reto apasionante.
Por otro lado, la relación que desarrollas con tus pacientes es distinta que la que tienen otros especialistas. Piensa que cuando le dices a alguien que padece un cáncer, el mundo se le viene encima. Tú estás ahí para apoyarle, tratarle y acompañarle, a veces durante años.
Si tuvieses que elegir entre la parte científica y la parte clínica de tu trabajo, ¿con cuál te quedarías?
Con la clínica, sin duda. La investigación es apasionante, pero sin los pacientes nada de todo esto tiene sentido.
Imagina una mujer a la que acaban de diagnosticar cáncer de mama. Como tú dices, el mundo se le ha caído encima. ¿Qué le dirías?
Le diría que arriba el ánimo. Actualmente 1 de cada 3 mujeres padecerá cáncer de mama en su vida, ¡pero es que más del 90% de ellas se curan! Así que le diría que es verdad que el tratamiento puede ser duro, pero merece la pena porque van a vivir.
Foto principal | Samsung
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