Este septiembre por partida doble para quienes, además de volver de vacaciones, regresan también a la oficina después de un año y medio de pandemia. Dejar atrás el teletrabajo y reincorporarse al trabajo presencial de toda la vida supone tener que adaptarse de nuevo a otros horarios, transporte, conciliación familiar, etc. Esto hará que pasemos por un proceso de adaptación que dependerá de cómo sea nuestro trabajo y de los cambios a nivel vital y emocional que suponga, pero que no debería durar mas de un par de semanas. Con ayuda de los expertos en materia, te damos algunos trucos para aplacar la ansiedad y que sea más llevadero.
Tal y como explica Adrià Roda Llorente, psicólogo general sanitario colegiado en la Comunidad Valenciana: "la ansiedad no es siempre mala, de hecho, es un mecanismo de defensa que tiene nuestro cuerpo". Además, añade que "en dosis adecuadas es la que nos ayuda a ocuparnos de aquello que tenemos que resolver". Sin embargo, puntualiza: "el problema es cuando se experimenta de forma crónica y a niveles más elevados de lo que necesitamos, o cuando aparece en situaciones que no son una amenaza real".
Interpretar como una amenaza una situación totalmente normal, como puede suceder en el trabajo, "lo único que provoca son situaciones de malestar", explica Adrià.
En el contexto actual, algo que nos genera cierta ansiedad o miedo es la idea de recuperar nuestras antiguas actividades habituales. Algunos sondeos, como los hechos por la Universidad Europea de Madrid, el Área de Enfermería Respiratoria de SEPAR y la Asociación Internacional de Enfermería (INN) encontraron que alrededor del 50% de la población española podría sufrir ansiedad ante la idea de salir de casa. Se trata de una respuesta completamente normal, pero que, ahora que tenemos que volver a trasladar el despacho de casa a la oficina, podemos mejorar.
Sincroniza tus relojes
Y no nos referimos al del despertador y al del móvil sino a lo internos. Con la vuelta al trabajo presencia es muy probable que también tengas que modificar horarios, ya que el tiempo que necesitamos para ducharnos, vestirnos e ir a la oficina se altera con respecto al que necesitamos para prepararnos cuando trabajamos desde casa.
Al modificar las horas en las que comemos y en que nos vamos a dormir, nuestros relojes internos pueden verse alterados. Para solucionarlo, ve a dormir una hora antes si es que necesitas esa hora extra por las mañanas. Estar descansado nos ayuda enormemente en nuestro día a día y a controlar nuestro estado emocional.
Cuida lo que comes
Del mismo modo, cuidar de la alimentación también es muy importante a la hora de marcar la diferencia. Una alimentación rica en verduras y frutas nos ayuda a controlar el estrés y la ansiedad cuando pasamos una etapa como esta.
Nuestro sistema necesita micronutrientes (todas las vitaminas y los minerales contenidos en los alimentos) y macronutrientes (la proteína, la grasa y los hidratos de carbono que necesitamos como energía) para funcionar. Todo suma y elegir los mejores alimentos que nos los aporten será un gran aliado en nuestra vuelta al trabajo presencial. Por el contrario, los alimentos poco saludables, como los ultraprocesados, contribuyen a aumentar el malestar.
Medita a diario
A la vuelta al bullicio normal de una oficina, se le suma enfrentarnos otra vez al tráfico o al transporte en hora punta. Nuestro día cambia así por completo con respecto a la burbuja de silencio y aislamiento que era, en comparación, nuestra jornada en casa. Para que las prisas y los ruidos no alteren por completo nuestra paz mental, es importante reservarse al menos media hora al día para meditar, estar en silencio y dejar todo lo demás de lado un rato.
La importancia de la actividad física
En Trendencias hemos hablado largo y tendido de todos los beneficios que tiene la actividad física para prevenir y tratar muchas enfermedades. Para atenuar algunas alteraciones emocionales leves como la ansiedad, el estrés y la depresión, la actividad física realizada en cualquier momento del día nos va a ayudar fisiológicamente a controlar mejor esa adaptación del teletrabajo a la rutina de oficina.
Y es que la ciencia ha demostrado que hacer ejercicio físico ayuda a liberar endorfinas y a que nuestro cuerpo se relaje más fácilmente. Sobre todo, después de dicho ejercicio. Además, al reforzar y trabajar la musculatura también ganamos control sobre ella, de manera que nos resulta más sencillo reconocer cuándo estamos tensos y cuando relajados. Por otro lado, hacer deporte obliga a aprender a respirar mejor, mejorando así nuestra capacidad pulmonar y el control que tenemos sobre nuestra propia respiración. Por no hablar de sus beneficios a la hora de ayudarnos a dormir.
Evita estímulos negativos
Nuestro cerebro absorbe toda la información que le llega: la buena y la mala. Así que, en nuestra mano está alimentarlo con la primera y evitar la segunda en la medida de lo posible. Algo tan simple como o evitar las noticias de camino al trabajo y poner música en su lugar puede modificar totalmente el estado de ánimo de tu día.
Y no solo por las mañanas, intenta hacer lo mismo a medio día, por la noche también y en cualquier momento que puedas optar por elegir una película, un libro o cualquier cosa que te estimule para bien.
Valora recuperar el contacto social
Ahora más que nunca sabemos lo importante que es el contacto social. Volver a ver en persona a nuestros compañeros de trabajo, incluso si todavía no podemos abrazarlos ni besarlos, va a ser una gran baza en este cambio de rutina. El contacto social no es solo el contacto físico, es poder hablar con nuestros seres queridos, reírnos con ellos, hacer juntos actividades que nos gustan, mirarnos a los ojos y, simplemente poder vernos.
Valora buscar ayuda profesional
Si tu empresa lo permite, opta por el modelo mixto para empezar (es decir, trabajar unos días desde la oficina y otros desde casa). Los seres humanos tenemos una gran capacidad de adaptación, pero solemos necesitar cierto tiempo. Intenta que la vuelta a tus obligaciones prepandemia sea lo más paulatina posible. Eso sí, si nada de lo anterior sirve y la idea de volver al trabajo presencial y recuperar la rutina habitual te genera una ansiedad que no puedes regular o que interfiere en tu vida, puede ser buena idea buscar ayuda profesional.
Fotos | Netflix
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