Se conoce como free flow instinct (flujo libre instintivo en castellano) y es un método importado de Estados Unidos que estamos empezando a ver cada vez más, incluso en las redes sociales.
Un sistema que practican algunas mujeres y que consiste en controlar de tal manera los músculos de la pelvis que pueden conseguir menstruar solo cuando ellas lo decidan y así evitar el uso de compresas, tampones u otras soluciones higiénicas.
Analizamos de la mano de profesionales expertos en ginecología y menstruación este novedoso sistema, en qué consiste y si tiene contraindicaciones.
El flujo instintivo: en qué consiste
Como nos cuenta María Ruiz, profesional de la Ginecología y experta en este área, este método de controlar la menstruación con los músculos de nuestro cuerpo es uno de los más empleados por las mujeres que deciden hacer del free bleeding su manera de afrontar la menstruación, pero también quieren evitar las manchas en la ropa.
“Efectivamente, consiste en la contracción de los músculos del suelo pélvico de manera que puede contenerse la sangre menstrual en la vagina hasta que la mujer decide expulsarla. Requiere de un entrenamiento duro, que puede llegar a durar años y del que puede beneficiarse el uso de las famosas bolas chinas o el cono vaginal”.
Erika Irusta es "pedagoga de la menstruación" y se dedica a la divulgación de estudios científicos relacionados con este tema (por ejemplo, a través de la web El camino rubí.
Para ella, el flujo instintivo también forma parte de lo que se considera el método free bleeding, el sangrado libre, aunque con una particularidad: "Consiste en no utilizar ningún dispositivo, pero sí hacer un trabajo de suelo pélvico, y tener claro cómo identificar las contracciones uterinas que dan lugar a las descargas menstruales para ir al baño o, por ejemplo, recoger la menstruación, como hacen algunas compañeras, en botes y así analizar su salud menstrual".
Estamos hablando de un tipo de free bleeding que no implica que haya que menstruar sobre la ropa sino que la mujer hace un trabajo previo para conocer cómo funciona su cuerpo: "Tu útero, tu suelo pélvico y tienes un control de la zona tan grande que sabes cuando las contracciones uterinas avisan de una descarga menstrual", explica Erika con más detalle.
"Algunas compañeras empiezan a practicar con bragas de menstruación y/o compresas de tela y así va aprendiendo. Se hace al principio en entornos cómodos y cuando notas que va a haber una descarga, vas al cuarto de baño", nos cuenta Erika.
Para Erika este sistema es genial: "Sobre todo, para poder comenzar a tener conciencia de nuestro propio cuerpo y considerar otras maneras de trabajar con él y tener en cuenta un tema que hasta el momento era considerado tabú".
No es lo mismo (exactamente) que el free bleeding
Como comentábamos, el free bleeding es lo que se conoce como sangrado libre. Una opción muy cómoda para aquellas mujeres que no le dan importancia a algo tan natural como la sangre menstrual o a lavar las manchas que implica no usar productos como compresas o tampones.
La experta María Ruíz nos reconoce que conoce el free bleeding por su curiosidad personal más que por su experiencia profesional “ya que es un tema que ni siquiera se roza en la profesión médica, concretamente en la Ginecología. Pocas veces se habla en consulta sobre las opciones en cuanto a higiene personal con la regla”.
Desde su punto de vista profesional y por tanto sanitario, se trata de una práctica que carece a priori de perjuicios: "Libera a las mujeres del uso de productos de higiene que en un alto porcentaje de casos están compuestos de materiales poco amigables con la piel y los genitales. Estos compuestos son causantes en gran medida de alergias e irritaciones que no solo son molestas, si no que pueden llegar a empeorar la calidad de vida de las mujeres en su vida social y sus relaciones íntimas”.
Para María Ruiz debe ser una opción a ofrecer en la profesión médica cuando concurren estas circunstancias, algo que no ocurre habitualmente sobretodo por el desconocimiento de los profesionales sanitarios.
Erika Irusta considera realmente importante, antes de comenzar a hablar de free bleeding tener un conocimiento del contexto dentro de nuestra cultura occidental: “Podemos hablar de ello como parte del activismo menstrual, incluso activismo feminista y por otra parte puede ser una práctica individual, que una mujer decide hacer en la gestión de su propio periodo.
La diferencia es que el activismo menstrual pretende visibilizar que la menstruación no es algo que debamos rechazar o que produzca sentimientos de asco. "Acabar con el tabú menstrual, qué supone, qué reacciones provoca menstruar sin utilizar ningún producto higiénico”, aclara Erika.
Como nos cuenta Erika, este tipo de free bleeding es un acto de reivindicación: “Una cosa que caracteriza a este tipo de free bleeding es dejarse la ropa coloreada por esta menstruación. Puedes estar con unos pantalones y que se vea la mancha. Muchas veces es como una performance para que se vea lo que se supone que es de verdad la menstruación. Que es justamente todo lo contrario a lo que nos dicen: que no se debe notar, no debe oler, etc. Es una manera de poner en jaque cómo se relaciona nuestra cultura con este tema”.
Erika también nos explica que en otros lugares el free bleeding no es una reivindicación sino una obligación, porque hay lugares en el mundo en los que las mujeres no pueden acceder fácilmente a productos como compresas o tampones y que incluso en nuestro país estos productos están tasados como artículos de lujo. "Las mujeres sin techo no tienen acceso a compresas y tampones… o las mujeres refugiadas, por poner unos ejemplos", cuenta.
Como ocurrió con la corredora Kiran Gandhi, cuando corrió en Londres con la ropa manchada de sangre y que hizo para denunciar que en India el free bleeding no es una opción sino una imposición.
Y, por supuesto, para esta experta, el free bleeding no solo es una elección para mujeres que quieren reivindicar, también incluye a las mujeres que quieren tomar más control sobre su cuerpo y da lugar a métodos como el flujo instintivo.
El riesgo a sufrir el síndrome del shock tóxico o contraindicaciones
Para María Ruiz el flujo instintivo no solo no tiene contraindicaciones, si no que de por sí es un excelente ejercicio que evita el desarrollo de patologías asociadas a la degeneración de los tejidos con la edad: evita o reduce la gravedad de la incontinencia urinaria, así como la aparición de prolapso de los órganos pélvicos.
Como nos comenta, no existe ningún peligro en poner en práctica este método: “La retención de la sangre en la vagina durante horas per se no tiene ningún inconveniente; no existe ningún objeto introducido en la vagina que a su vez pueda ser vehículo de infecciones o erosiones, de manera que se convierte en el mejor complemento para el free bleeding cuando preocupa manchar o sentirse mojada”, nos explica.
Algo que tampoco se diferencia mucho de las consecuencias de practicar el free bleeding: “Desde el punto de vista médico, el free bleeding carece de efectos secundarios. Esta práctica puede ser incómoda, sobretodo para mujeres a las que les preocupe manchar la ropa y no sepan cómo evitarlo. Más allá de estas molestias, no puede haber método más natural de sobrellevar la regla que dejándola pasar”.
¿Y qué sucede con el síndrome del shock tóxico del que ya te hemos hablado en artículos como este?
María nos quiere aclarar que el síndrome del shock tóxico es una complicación solo descrita con el uso de tampones, con una incidencia muy baja, “aunque de consecuencias graves, a veces letales. Existen formas de alejar todavía más las posibilidades de padecerlo con un uso responsable de los tampones, y está claro que en el caso del free bleeding no concurre ningún factor de riesgo que pueda explicar la aparición de este cuadro”, termina.
"Hasta donde yo he podido encontrar no hay ninguna contraindicación", nos explica Erika sobre prácticas como estas. "Pero en absoluto relacionado, hasta lo que yo he leído -y estaría genial hablar con otros profesionales de otras ramas para contrastarlo-, con el síndrome del shock tóxico".
Y esta experta hace hincapié también en que no hay peligro de sufrir este síndrome: "Especialmente porque sucede en las mucosas, vagina y faringe, a través de dos bacterias y eso significa que suceden en el interior. Digamos que estas bacterias acontecen dentro de la vagina. Con lo que más se ha relacionado con el uso de los tampones, que se introducen en la vagina", explica.
De todas formas, Erika hace hincapié en que a pesar de que ella considera que no existe ninguna contraindicación grave, sería maravilloso que se realizasen estudios, en coordinación de las mujeres que lo practican y científicos especializados en este campo, sobre esta práctica para analizar más en profundidad el método".
Erika considera que "necesitamos estudios veraces sobre las experiencias reales que estamos teniendo y estamos generando. Por cierto, llevamos más años practicando estos métodos que utilizando dispositivos higiénicos femeninos".
Menstruación y medio ambiente ¿pueden ser compatibles?
Muchas veces la decisión de practicar el flujo libre instintivo o el free bleeding está relacionado con nuestro interés por cuidar el medio ambiente y por no contaminar más con productos desechables como las compresas o los tampones.
Como profesional, si queremos utilizar métodos más respetuosos con el medio ambiente y no abusar tanto de compresas y tampones, María Ruiz nos reconoce que hay numerosas alternativas: “En general hemos de pensar en el empleo de aquellos productos que nos permitan su uso repetido, sin la generación descontrolada de residuos, y que además estén fabricados de materiales ecológicos e hipoalergénicos. Entre estas opciones se encuentran las compresas de tela, las braguitas absorbentes menstruales o la copa menstrual", nos pone como ejemplos.
Para María hay muchas ventajas: "Tanto las compresas como las braguitas menstruales son económicas, lavables y están fabricadas habitualmente con materiales naturales como el algodón que además respetan los genitales de la mujer. Son fáciles de encontrar y duraderas. En cuanto a la copa menstrual, permite un resultado similar a los tampones pero están fabricadas con látex, silicona y similares, lo que las hace reutilizables e inocuas. Pueden llegar a durar años bien empleadas y existen de diferentes capacidad y diámetro".
Erika recomendaría por una parte la copa menstrual, "aunque no es para todos los cuerpos: hay personas que les va peor y personas que les va mejor. Y eso no significa que sean unas fracasadas o no; son diferentes maneras de acoplarse al cuerpo".
Lo que sí considera esta experta es que hay que desarrollar más sistemas en este campo porque hay poca innovación: "Si no no nos ponemos nosotras, no se pone nadie. Yo también hablaría de métodos como los circos menstruales, que se colocan en el cérvix, porque especialmente nos ayudan a leer nuestra menstruación", aconseja esta experta.
"Por ejemplo, desde la Asociación de Ginecólogos y Obstretas de Estados Unidos, después de mucho trabajo de activistas menstruales y de especialistas en este área, se ha reconocido que la menstruación es el quinto signo vital junto con la temperatura, peso, tensión, etc. para saber si las mujeres estamos bien. Es decir, que necesitamos ver cómo es nuestra menstruación para saber qué tal estamos de salud. Estamos hablando de hormonas y eso significa que estamos hablando de la salud integral de nuestro cuerpo. Gracias a este tipo de dispositivos podemos ver mejor cómo es nuestra menstruación".
Fotos| Unsplash.com, Billie, Bodyform
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