Vale que estemos enganchadas a Emily in Paris porque nos haga gracia que cualquier parecido con la vida real sea pura coincidencia pero, con el estreno de la tercera temporada en Netflix, muchos espectadores se están quejando de algunos problemas de guión que ya pasarían de castaño oscuro. Y es que atentarían contra las mismísimas normas de la física y la biología.
Sobra decir que, a partir de este párrafo, habrá spoilers a mansalva ya que resulta necesario desvelar detalles concretos de la trama de la tercera temporada de la serie para explicar el asunto. Así que, si todavía no las has visto, mejor guardate el artículo para luego. Los demás, seguidme que vamos al lío.
Sabemos que el tiempo en la ficción no pasa igual que en la vida real. De este modo, aunque la primera temporada de la serie se estrenara en octubre de 2020, entendemos que Emily Cooper lleva solo unos meses en París pero, ¿cuántos? Porque las fechas no cuadran con la lógica.
Para empezar, el motivo por el que envían al personaje de Lilly Collins por un año a la ciudad de la luz (y sin saber una palabra de francés) es porque su jefa estadounidense, Madeline Wheeler, descubre que está embarazada y esta decide quedarse en Chicago. No obstante, a finales de la segunda temporada, Wheeler se planta en París igualmente luciendo ya una barriga de embarazada.
Hasta aquí todo normal (todo lo normal posible en esta serie) pero la cosa se complica cuando, a principios de la tercera temporada, descubrimos que Madeline sigue embarazada y a punto de dar a luz. Además, parece incorporarse días después de parir al trabajo como si nada. Lo que nos ha llevado a muchos a hacernos una pregunta: What the fuck?
Si tomamos como guía temporal el embarazo de madeline, desde que Emily deja Chicago hasta el comienzo de la tercera temporada han pasado menos de nueve meses. Esto ya plantea el primer problema y es que en menos de un año a los personajes les ha dado tiempo a hacer demasiadas cosas. Piénsalo y te marearás.
Es este el motivo por el que muchos espetactadores habían dado por sentado que habría transucurrido mucho más tiempo y se han sorprendido al ver a Madeline tovaía embarazada después de tres entregas. Sin embargo, el hecho de que los conflictos no queden resueltos entre temporadas ya nos daba una pista de que las vidas de los personajes han de dar bandazos a diario más que evolucionar de una forma más natural.
Al respecto, Darren Star, creador de Emily in Paris, ha explicado en una entrevista con Glamour que: "Nuestras temporadas no duran nueve meses". No obstante, otro aspecto que nos ha generado confusión es que Sylvie Grateau, la jefa parisina de Emily Cooper, ha fechado la ficción en 2022 a pesar de que se grabara en 2019 y emitiera por primera vez en 2020.
Es decir, que habríamos estado presenciado todo este tiempo el futuro sin saberlo o los guionistas no se dieron cuenta del gazapo cuando, haciendo papeleos de su nueva empresa, Sylvie se encuentra revisando facturas de 2022.
Habrá que ver si, a partir de ahora, dejan la línea temporal más clara. Sobre todo, teniendo en cuenta que se viene nuevo embarazo... Y si le dan un apellido a Gabriel, que aparece en la lista de los Parisinos más influyentes solo con su nombre de pila, quedan ya de 10.
Fotos | Netflix
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