Dos horas de film con 100 millones de presupuesto. Esa fue la ambiciosa propuesta de Sam Mendes para 1917, una película del género bélico que me impactó muchísimo la primera vez que la vi y que a pesar de lo dura que resulta, disfruto cada vez que me dispongo a hacer lo mismo. Sí, la he visto más de una vez, en efecto. Y sí, han sido tres. Por cierto, la tienes en Netflix bajo suscripción.
Antes de pasar a contarte de qué va la historia, aunque por el título ya al menos la puedes ubicar en un punto del siglo XX, déjame decirte que una de las cosas que más me llamó la atención de verla fue que a la hora de plantear la cinta, la idea fuera presentarla en una sola escena, es decir, en un plano secuencia, ya que pienso que es algo que transmite al espectador el ritmo trepidante, agobiante e incluso agotador que están viviendo los protagonistas de la historia.
Por otra parte, todo el trabajo de fotografía y composición son igualmente brutales. La paleta de colores de cada plano son inconfundibles y hacen que todo te envuelva a pesar de estar muy lejos, por suerte, de haber pisado trinchera alguna.
Por cierto, su presupuesto se vio casi cuadriplicado en taquilla, recaudando más de 394 millones de dólares en todo el mundo.
Además de los logros económicos, el largo ganó tres Oscars en las categorías de Mejor Fotografía, para Roger Deakins; Mejor Sonido, para Mark Taylor y Stuart Wilson; y Mejor Efectos Visuales para Guillaurme Richeron, Greg Butler y Dominic Tuohy. Estuvo nominada originalmente en 10 de ellas.
Igualmente, ganó dos de los tres Globos de Oro a los que aspiraba, haciéndose con los galardones de Mejor Película de Drama y Mejor Director y siete BAFTAs.
La historia dentro de la historia: 1917
En el caso de que por lo que sea aún no hubieses hilado, 1917 nos lleva a la Primera Guerra Mundial. En el frente occidental el general inglés Erinmore (interpretado por Colin Firth) les ordena una misión en la que no tiene fe alguna debido a su dificultad a los cabos Schofield (George MacKay) y Blake (Dean-Charles Chapman).
¿Pero en qué consiste la tarea tan complicada? Al fin y al cabo es solo entregar un mensaje decisivo y muy urgente, un trocito de papel que en concreto va destinado al coronel MacKenzie (Benedict Cumberbatch). Pero claro, el quid de la cuestión es que para ello han tienen que salir de su trinchera durante el día y atravesar el campo de guerra francés que ocupan los alemanes.
Guau, se nota, se siente la presión está en el ambiente. Y oye, que si querías un pelín más, tranquila, que la hay: si no logran cumplir el objetivo pondrán en juego la vida de 1600 soldados. Venga, ahora sí, ¡a cerrar sesión!
Una vez más, lo épico del viaje del héroe y de esa camaradería que se loa tanto en las situaciones extremas, ¡pero qué bien contado!, ¡qué bien todo!
Fotos | Netflix y Universal Pictures
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