No quería ver esta miniserie de Netflix, pero me la recomendó una amiga y he acabado recuperando la fe en el amor

No me gustan las películas románticas. Ni de comedia ni de drama, así que mucho menos se me pasa por la cabeza invertir mi tiempo en una serie de este estilo. Sin embargo, uno de mis propósitos de año nuevo es abrirme de nuevo al amor tras un tiempo recuperándome de malas experiencias y leyendo sobre feminismo para adquirir herramientas. Así que, ahora que las tengo, me da un poco de pereza volver a exponerme y una amiga me ha recomendado que empiece a abrir boca a través de la ficción.

Más concretamente, me vendió tan bien 'Siempre el mismo día' (o 'One Day' en inglés)que no he tenido más remedio que hacerle caso. Se trata de una miniserie de 14 episodios que acaba de estrenar Netflix. Se basa en la novela homónima de 2009 de David Nicholls y en la adaptación cinematográfica del mismo nombre de 2011, aunque pocos recuerdan esta película olvidada de la filmografía de Anne Hathaway.

La historia sigue las vidas, en común y por separado, de Emma y Dexter, dos estudiantes que se conocen en el último día de universidad. A partir de ahí iremos descubriendo qué les pasa a lo largo de 20 años, dese 1988 hasta el 2007, en una relación que se mueve en una zona gris entre la amistad y el amor.

Emma Morley es una chica estudiosa y con intereses políticos que pertenece a la clase media, todo lo contrario que Dexter Mayhew (Leo Woodall, a quien recordarás de la épica segunda temporada de 'The White Lotus'). Él es un ligón de clase alta que no tiene ningún interés en lo que pasa fuera de su mundo. A pesar de ello, acaban hablando y bebiendo juntos toda una noche. Y siguen conversando durante la mañana siguiente, mientras pasean. Después sus caminos se separan pero seguirán su peculiar amistad reencontrándose una vez al año.

De este modo, cada episodio se centra en cada uno de los encuentros que se producen el 15 de julio, todos muy distintos entre sí, y con los años 90 casi como un personaje más. Además, como tienen una duración de 30 minutos, no se hace pesada en ningún momento e incluso te la puedes terminar en un fin de semana, como he hecho yo.

Es una serie que tiene algo de 'Normal People' por el largo recorrido que muestra de una relación entre dos personas y de cómo esta y sus vidas van cambiando. Pero también, la comparación con la saga 'Antes del amanecer' de Richard Linklater es inevitable por eso de verse solo una vez cada mucho tiempo. Además, a pesar de ser de género romántico, no es una pastelada. De hecho,es bastante realista con las dificultades y los bandazos que llega a dar la vida.

Es más, aviso que el final de 'Siempre el mismo día' es cualquier cosa menos alegre... Eso sí, nos deja un buen sabor de boca al recordarnos que las historias de amor tienen muchos formatos distintos y que lo importante es haber tenido la suerte de encontrarte con alguien con quien has conseguido conectar.

Fotos | Netflix

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