El sexo no es solo orgasmo, pero a nadie le amarga un dulce. Hay muchos factores que influyen en la intensidad del orgasmo femenino y que hacen que sea más suave o de los que viene con luces y sonido estéreo. Puestas a pedir, pidamos la luna… O mejor, un orgasmo que nos lleve allí y nos traiga de vuelta. Aquí van algunos tips para ponernos en órbita.
¿Excitada? Cuanto más, mejor
A mayor excitación más probabilidad de tener un orgasmo, y un orgasmo potente además. Todo eso que (mal)llamamos “preliminares” tienen una enorme utilidad (además de ser sexo, con todas las letras, y de proporcionar placer en sí mismos): y es que incrementan la excitación. Poner en práctica fantasías, estimular manualmente el clítoris (tú misma o tu pareja), sexo oral… y en general todo lo que nos resulte excitante es (muy) bienvenido.
Atención y concentración para entrar en acción
Hoy en día pocas nos libramos de ser “multitasking”, por ejemplo podemos (y de hecho solemos) ver nuestra serie favorita mientras vemos y comentamos en Instagram el último y minúsculo modelo de la Kardashian. Pero esto de "estar en misa y repicando" para el sexo no vale: porque un placer estratosférico requiere toda nuestra atención. La interferencia de pensamientos nos “sacará de la escena” y hará que placer y excitación desciendan.
Los sexólogos hablamos del “Efecto del espectador” en esas situaciones en las estamos más pendientes de todo lo externo que del encuentro sexual que estamos teniendo. Esto correlaciona con dificultad para obtener orgasmos.
Si de pronto te pillas pensando en las tareas que tienes pendientes del trabajo, en si se te ve o no el pecho caído en esta postura, o en ese Whatsapp que acaba de llegar... déjalo ir, no lo intentes evitar. Acto seguido procura centrar tu atención en qué sientes a nivel físico, qué te gustaría hacer a continuación, etc. “Focus, focus” es el lema.
Practica a solas
Es tu cuerpo y nadie mejor que tú para saber qué necesita, cuándo y cómo. Además, la masturbación, al ser en solitario, favorece la concentración y evita las distracciones que pueden darse en pareja, con lo que puede hacer que sea más sencillo alcanzar el orgasmo.
Pon a tono tus músculos "del amor"
Practica los ejercicios de Kegel (y cualquier tipo de ejercicio en general que tonifique el suelo pélvico): un mayor tono de los músculos de lo que llamamos el suelo pélvico hace que el orgasmo sea más intenso. Y es que durante el orgasmo se produce la contracción de estos músculos, así que a mejor tono, más intensidad de contracción y más placer.
Mantén una buena autoestima en general, y una buena autoestima sexual en particular
Un estudio (entre otros muchos) realizado por la Universidad Johns Hopkins encontró que factores como una buena autoestima y una alta capacidad de empatía correlacionaban con un mayor placer sexual.
Lo mejor de todo es que esto es una dinámica que se retroalimenta (para nuestro placer): un estudio de la Universidad de Radford determinó que las mujeres que se masturban de manera habitual tienen una mejor autoestima. De manera que cuanto más practiquemos una más mejorará la otra y viceversa… así que manos a la obra.
Orgasmos cósmicos con nuestra pareja
Sé un poco egoísta. Ver cómo disfruta nuestra pareja es uno de los afrodisíacos más potentes del mundo, pero para favorecer el orgasmo debemos centrarnos no sólo en hacer disfrutar a nuestra pareja o en observar y saborear su placer: también tenemos que centrarnos en el nuestro, en qué sentimos.
Toma el control: nadie mejor que tú para saber si necesitas acelerar el ritmo, aumentar o disminuir la intensidad de los movimientos para favorecer la llegada del orgasmo (y el placer en general).
Comunicación, comunicación, comunicación: cómo nos gusta, dónde, con cuánta fuerza, durante cuánto tiempo… Nuestra pareja no es adivina, así que la mejor manera de garantizar que obtenemos lo que queremos en cada momento es pedirlo. Y sí, las capacidades amatorias del otro influyen en esto, pero aun así si hay una buena comunicación y ganas de pasárselo bien podemos conseguir "mejorar" juntos.
Hay posturas y posturas...
La estimulación del clítoris es clave para el orgasmo. Podemos hacerlo manualmente durante el coito, y con ello hacer uno de los combos ganadores: penetración + estimulación del clítoris.
"La cucharita": los dos de lado tumbados en la cama, tu pareja detrás de ti, de manera que ambos tenéis acceso con las manos a tu clítoris.
La famosa (pero de nombre horroroso) postura del "perrito": con un poco de habilidad y equilibrio puedes apoyarte sobre la cama (o la superficie que sea) con una sola mano para acariciarte con la otra, o bien puede extender un poco su brazo y estimularte esa zona.
Pero también existen algunas posturas en las que es el propio cuerpo de nuestra pareja el que estimula el clítoris. Te pongo dos ejemplos:
Sentada a horcajadas encima: de esta forma el clítoris se estimula con su hueso púbico a cada movimiento que hagamos.
La postura conocida como “The tight master”, algo así como “el señor del muslillo” (con permiso de todas las filólogas y traductoras de la sala). ¿Cómo se hace? Tu pareja tumbada con una pierna extendida y otra flexionada, con la rodilla hacia arriba. Tú sentada a horcajadas sobre su pierna flexionada, de manera que con ella se produzca un maravilloso roce al moverte.
Sean de 10 o de 5, haya no haya orgasmos, la verdad es que el sexo es de lo más placentero. Y oye, todo lo que sea I+D en la cama seguro que es para bien: como mínimo te garantiza pasar un rato divertido. ¡Disfruta!
Fotos: Pixabay.com, Giphy.com
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