La sexualidad es una parte fundamental de las relaciones de pareja, y su dinámica puede influir en la conexión emocional y la satisfacción mutua. En un mundo donde el ritmo de vida es acelerado y las responsabilidades diarias pueden interferir, muchas parejas se preguntan si agendar encuentros sexuales puede ser beneficioso. Expertos en sexología ofrecen diversas perspectivas sobre este tema.
Agendar encuentros sexuales puede proporcionar una estructura que facilite la intimidad. Para algunas parejas, especialmente aquellas con agendas ocupadas, establecer un tiempo específico para la intimidad puede ayudar a asegurar que ambos se dediquen tiempo mutuamente. Según la psicóloga y sexóloga Laura Berman, la planificación puede reducir la ansiedad asociada a la falta de tiempo y asegurar que ambos estén mentalmente preparados para el encuentro.
"Las películas y la cultura popular nos han enseñado que el sexo sucede de forma espontánea en donde sólo te dejas llevar, y eso es increíble, pero el sexo agendado tiene grandes ventajas, sobre todo cuando tienes más responsabilidades como madre de familia", explica en su podcast, donde afirma, como parte de su propia experiencia y de las parejas que acuden a terapia con ella, que, aunque pueda parecer poco romántico, planificar el sexo ayuda a las parejas a priorizar su conexión emocional y física.
Como puntos a favor de este tipo de prácticas en pareja, discute el cómo esto puede reducir el estrés, aumentar la comunicación y mejorar la satisfacción en la relación, ofreciendo consejos sobre cómo hacerlo de manera efectiva y mantener, a pesar de tener marcada la fecha en el calendario, la emoción de un encuentro sexual.
Entre las ventajas que Laura Berman enumera acerca del sexo agendado, es el hecho de que "toda la semana previa a un encuentro sexual puedes fantasear sobre tener relaciones, por lo que los encuentros son más apasionados". También comenta que, en el caso en donde ambas partes de la pareja comparten un ritmo de vida ajetreado, ayuda a llevar una buena relación con la otra persona, porque, al hablar sobre las responsabilidades que ambos tienen, se crea una mejor conexión entre los dos y entienden por qué el agendar una sesión de sexo es parte de una relación sana y consensuada por ambas partes.
Si, también hay puntos en contra
Así como una moneda tiene dos caras, este tipo de planeación de actividad sexual en pareja también tiene sus puntos negativos, el principal es aquel en que el sexo puede tener el riesgo de convertirlo en una tarea más, lo que podría restarle espontaneidad y deseo.
La terapista familiar Elisheva Liss advierte que, si bien la planificación puede ser útil, es importante mantener un equilibrio entre seguir rigurosamente una fecha en el calendario y, de vez en cuando, saltarse la regla de cumplir con la agenda: "una de las grandes preocupaciones en las parejas es que podría crearles presión adicional y ansiedad por el desempeño sexual que sus contrapartes esperan en la noche de sexo programado".
También se puede sentir una inevitable frustración si, por alguna razón (como una emergencia médica una visita inesperada) se tiene que cancelar el encuentro sexual, lo que no sólo arruina los planes de una pareja para toda la noche, sino que afecta significativamente su vida sexual.
¿La solución? Hablarlo
La clave para que agendar encuentros sexuales funcione es la comunicación abierta: las parejas deben discutir sus deseos, expectativas y preocupaciones, tal como lo comenta la terapeuta sexual Melinda deSeta, que destaca que la planificación puede abrir un espacio para conversaciones sobre la sexualidad que, de otro modo, podrían evitarse, lo cual no solo fomenta la intimidad emocional, sino que también puede llevar a una mejor conexión sexual.
Es crucial que el enfoque sobre este tipo de planeaciones sea flexible: las circunstancias pueden cambiar, y la presión de cumplir con un horario rígido puede generar estrés en lugar de placer, por lo que los expertos sugieren que las parejas deben estar dispuestas a adaptar sus planes según cómo se sientan en el momento, ya que la espontaneidad puede surgir de la estructura, siempre que haya espacio para el cambio.
Foto de Claudia Love en Unsplash
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