Canadá se ha inventado el día de San Valentín para los despechados: alimentar a un búho con una rata con el nombre de tu ex

A pocas horas de que dé comienzo esa celebración del amor que abrazan todos los comercios bajo el nombre de San Valentín, hemos ido desgranando fórmulas para gestionar el 14 de febrero, incluso sin etiquetas ni expectativas. En Canadá han ido un paso más allá, acordándose también de otro grupo que hasta hace poco celebraba el acontecimiento, y ahora no tienen con quién: los despechados.

Venganza con propósito. En un giro irónico del Día de San Valentín, un programa de cría de búhos en peligro de extinción en la Columbia Británica, Canadá, ha lanzado la campaña No regRATS. De fondo: ofrecer a quienes han sufrido desamores la oportunidad de nombrar una rata en honor a un ex o enemigo, antes de que sea devorada por un búho manchado del norte.

Con una donación mínima de 5 dólares canadienses, los participantes reciben una foto y un video del roedor y el búho que lo consume. Por supuesto, la propuesta ha generado tanto entusiasmo como controversia.

Salvar una especie. Los búhos manchados del norte alguna vez poblaron los bosques antiguos del suroeste de Columbia Británica con una población cercana a los 1.000 ejemplares. Sin embargo, la deforestación masiva ha llevado a la especie al borde de la extinción. A pesar de los intentos de activistas y de un anuncio en 2023 del ministro de Medio Ambiente de Canadá, Steven Guilbeault, sobre la necesidad de una orden de emergencia para proteger el hábitat de estos búhos, el gobierno rechazó la propuesta.

Con recursos limitados y fracasos en la reintroducción de búhos en la naturaleza, el programa de cría se ha convertido en la última esperanza para la supervivencia de la especie. Aunque han liberado búhos criados en cautiverio, estos no han sobrevivido mucho tiempo y se cree que la única hembra salvaje restante también ha muerto.

¿Una broma o una falta de respeto? La campaña ha provocado reacciones encontradas. Mientras algunos celebran la oportunidad de convertir su despecho en una acción con impacto ecológico, los amantes de las ratas (sí, los hay) han expresado su descontento, argumentando que estos roedores son animales nobles e inteligentes y que no deberían ser ridiculizados con comparaciones despectivas. En redes sociales, algunos sugirieron que la campaña en su lugar utilizara garrapatas o mosquitos.

Los organizadores han defendido la iniciativa, señalando que las ratas forman parte de la dieta natural de los búhos y que simplemente están aprovechando la oportunidad para recaudar fondos de una manera creativa. “Los búhos van a comer ratas de todos modos. Solo intentamos hacer esto divertido y recaudar dinero para seguir cuidándolos. No nos malinterpreten, también amamos a las ratas”, respondieron en redes sociales.

Éxito inesperado. A pesar de la controversia, la campaña ha encontrado un gran respaldo entre quienes buscan un desahogo emocional. Para muchos, la satisfacción de ver a una rata con el nombre de una expareja convertirse en alimento para una causa noble ha sido irresistible. “La satisfacción de nombrar una rata como alguien que te lastimó y ver cómo se la comen. Y encima recibir una foto. No tiene precio”, comentó un usuario en Instagram.

En última instancia, más allá de la controversia, la iniciativa ha logrado su objetivo: recaudar fondos para continuar con los esfuerzos de conservación de los búhos manchados del norte. En un contexto donde la destrucción del hábitat y la inacción gubernamental han condenado a la especie a la extinción, cualquier estrategia creativa para obtener apoyo financiero se convierte en una oportunidad de supervivencia.

Imagen | Anguskirk

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