Es posible que uno de tus propósitos de año nuevo fuera no volver a usar Tinder. El mío sí y, seis meses después, lo sigo cumpliendo a rajatabla. Aunque no fue una decisión motivada por la pandemia, conozco a otros usuarios que sí se han borrado la app por el virus. También los hay que, como yo, se cansaron de encadenar citas aburridas y carnicerías emocionales. El caso es que, sea cual sea la razón por la que ya no confíes en la red para ligar, no estás solo.
Tinder y la mercantilización emocional
Libros como El algoritmo del amor (Contra, 2019) o Love me, tinder (Temas de hoy, 2019) han explicado, en los últimos años, cómo la célebre app de citas influye de forma nada halagüeña sobre nuestro comportamiento, autoestima y forma de entender las relaciones.
Todos conocemos a alguien que conoce a alguien para quien Tinder fue el inicio de una bonita historia. Sin embargo, levantas una piedra y te salen cinco interacciones de ghosting y terror. Gracias a diversos pensadores e investigadores, como Eva Illouz o la periodista Judith Duportail, sabemos que, en gran parte, esto se debe a la mercantilización emocional y las relaciones efímeras que promueve Tinder (y otros servicios similares), a través de una ideología que se aleja del progresismo que vende y cuyo corazón es un algoritmo que otorga una "nota de deseabilidad" a cada usuario.
No obstante, volver a buscar sexo y amor de otra forma empieza a parecer una causa perdida. En 2018, la plataforma se jactaba de haber promovido más de un millón de citas por semana entre sus más de sesenta millones de usuarios. Unas cifras desorbitantes que se han visto incrementadas desde el confinamiento, especialmente en España.
Es cierto que un virus que se puede contagiar de forma asintomática, la soledad del teletrabajo, las cuarentenas y todas las medidas de distanciamiento social son el peor contexto posible para buscar métodos alternativos. Pero no es imposible y tomar el control sobre la forma en la que queremos conocernos e intimar con otras personas es a la larga mejor que 100 matches en una app que se lucra con tus anhelos.
¿Conoces a Ted?
Cuando lo futurista falla, es el momento de volver a los básicos. Las fiestas de cumpleaños, cenas, barbacoas, etc., eran las redes sociales analógicas con las que todavía llegábamos a conocer nuevas personas prepandemia. Los límites de aforo se lo han cargado por ahora pero hay algo que sí podemos hacer y que es muy sencillo: presentar a nuestros amigos entre sí en petit comité.
Parece obvio pero vengo a dar el empujoncito. Si tienes amigos solteros que crees que podrían gustarse, hazlos coincidir en alguna terraza. Puedes ocultar tus intenciones casamenteras con la excusa de unas birras, a ver qué pasa, o decirles algo como: “Tengo muchas ganas de que conozcas a mi amigo Fulanito. Es el mayor fan de (inserte serie/grupo de música/algo en común)”. También, simplemente: “Te quiero presentar a esta persona porque creo que os vais a caer muy bien”.
En el caso de que el soltero seas tú y a tus amigos no se les esté ocurriendo lo de jugar a la Celestina, sugiéreselo tú con toda la naturalidad del mundo. Cuando salga el tema o veas una buena oportunidad, pregúntales si no conocerán, por casualidad, a alguien que te puedan presentar.
En sitios en los que compras habitualmente
El amor puede surgir en cualquier parte así que una cadena de supermercados alemanes propone a los solteros que vayan a hacer la compra los viernes de 18 a 20 horas. Aunque algo así no ha llegado todavía a España, las tiendas son espacios en los que coincidimos de forma habitual con otros desconocidos. Ya sean dependientes o vecinos.
Esta opción requiere de cierta espontaneidad y arrojo pero, si ves a alguien que te gusta y que parece majo, puedes acercarte con la excusa de la música que esté sonando o de algún producto que busques. Esa puede ser la primera semilla para hablar otro día y otro un poco más hasta que en algún momento puedas pedirle sus redes sociales.
Muchos días no te atreverás pero no te frustres porque puede que uno de esos de eyeliner perfecto, sí. Otra alternativa sino es mandar miraditas y poner ojitos esperando a que la otra persona dé el primer paso.
Clases online
Ya sea de forma presencial, cuando acabe la pandemia, o virtual de momento, apuntarnos a cursos y talleres de temas que nos interesen sigue siendo una buena forma de conocer personas afines. Esto nos hace salir de nuestra rutina diaria, en la que ya sabemos que no hay los peces en el mar que buscamos.
No es una apuesta segura porque puede que no sientas conexión con el resto de alumnos de la clase o que solo salgan una amistad. Sobre todo, aunque no te atraiga otro alumno de primeras, cuando hablamos de ligar es muy importante conocer gente nueva constantemente. Establecer vínculos abre nuevas puertas a conocer a más personas a través de ellos. Nunca sabes quién acabará presentándote a tu próximo romance. Y lo mismo se aplica para las salas de estudio virtual.
Sal a la calle sin auriculares
Aunque es una pasada salir a caminar escuchando música o un podcast, convertir en hábito llevar siempre los auriculares puestos nos acaba aislando del mundo que nos rodea. Algo que no es malo si es eso precisamente lo que buscamos pero que no contribuye a la causa que aquí se aborda. Déjalos en casa para evitar tentaciones. Si te cruzas con tu próximo ligue y quiere decirte algo, llevando auriculares lo más probables es o que no lo escuches o que opte por no hablarte.
Retoma viejos contactos
Este es un buen momento para recordar a viejos amigos y conocidos con los que perdimos el contacto o a los que nunca tuvimos la oportunidad de conocer en la profundidad que nos hubiera gustado. Podéis, quedar y llevaros a un par de amigos cada uno.
Vuelta a la discoteca
Tras un año de discotecas y locales cerrados, ya llega la nueva normalidad al ocio nocturno. Es decir, que vuelve la música a todo volumen, las luces intermitentes y la gente bailando con Bad Bunny y Karol G. Este entorno ofrece una buena oportunidad de establecer contacto con desconocidos de forma fácil y sin que quede fuera de lugar (siempre que se haga con empatía y respeto, muy importante).
Para llamar la atención de alguien en quien te hayas fijado, intenta establecer contacto visual. Para ello, acércate al lugar donde está la persona y transmite seguridad con tu lenguaje corporal aunque por dentro te estés muriendo de los nervios. Una vez conseguido y repetido el intercambio de miradas, invita a la persona a unirse en un baile contigo con un gesto.
Fotos | Netflix, CBS y Hulu
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