Cuando estamos en una relación suelen aparecer retos a los que tenemos que enfrentarnos: la primera discusión, las diferencias de gustos, aprender a comunicarnos, o simplemente aprender a repartir el tiempo entre tu relación y tu vida individual.
Sin embargo, uno de los retos más habituales, pero que menos nos esperamos, es el de perder el miedo a que esa relación se termine. Y es que, en ocasiones, ese miedo empaña tanto la relación que puede llegar a ser la causante de que esta se acabe.
La importancia de una buena autoestima en una relación
Los problemas de autoestima están altamente relacionados con este miedo que podemos sentir a ser abandonados y dejados. Personalmente, he sufrido de este miedo a ser dejada en casi todas las relaciones que he tenido en mi vida.
Durante mucho tiempo, no estaba segura de mi propio valor como persona y como mujer, por lo que no sabía lo que me merecía en una relación. Es más, en algún punto creo que llegué a pensar que no merecía nada. Por ello, cada vez que iniciaba una relación esta era inevitablemente asimétrica.
En todas estas relaciones, me sentía inferior a la otra persona. No solo porque en los primeros meses de una relación tendemos a exagerar las virtudes de la otra persona, sino porque realmente tendía a creer que yo no era suficientemente buena para ellos.
Eso implicaba que todo el tiempo sentía la necesidad de cambiar quien yo era para ser mejor, para estar a su altura. En general, me introducía a mí misma en relaciones en las que me sentía insegura y ansiosa todo el tiempo. Y, por supuesto, vivía con miedo de que esa persona se diera cuenta de que no estaba a la altura o conociera a otra persona mejor que yo, y me dejara.
El miedo a ser abandonada envenena la relación
Y ese miedo a ser abandonada por alguien que te importa, envenena toda la relación y la dinámica entre las dos personas. Te encuentras a ti misma sintiéndote insegura cada vez que te habla de otra persona - y por muy bien que creamos disimular, se nos nota -.
Nos ponemos a la defensiva, interpretamos cualquier reacción de la otra persona como una confirmación de que nos va a dejar, y todo se tiñe de miedo, inseguridad, ansiedad y pasivo-agresividad.
En psicología hay un término que se conoce como "sesgo de confirmación". Este sesgo se basa en que los seres humanos nos comportamos de tal manera que las expectativas previas que teníamos se acaban haciendo realidad.
Es decir, si acudimos a una reunión social con gente nueva y pensamos que no vamos a caer bien o nos van a mirar mal, seguramente nos comportemos de una manera defensiva que puede generar que caigamos mal. Además, seguramente interpretemos la información que recibamos de una manera que confirme nuestros temores.
Esto también ocurre cuando tememos que nos abandonen. Si estamos convencidas de que al final nos van a dejar, lo más probable es que nos dediquemos a reunir la información que confirme este temor y que nos comportemos en concordancia con ello. En definitiva, la relación acaba siendo de todo menos saludable.
Querernos a nosotras mismas para que nos quieran y podamos querer bien
En otras ocasiones hemos hablado de la importancia que tiene buscar personas que nos quieran bien y aprender a querer de forma saludable. Pero esta necesidad empieza en nosotras mismas. Y es que, hasta que nosotras no aprendamos a querernos, no podremos querer bien. Y tampoco buscaremos personas que nos quieran de forma saludable.
Y es que, si ni tú misma sabes cuánto vales y todo lo que te mereces, si siempre estás dudando de tu valor como persona, no podrás encontrar a alguien que te lo dé.
El amor empieza por el que nos tenemos a nosotras mismas
Cuidar de nosotras, aprender a querernos por lo que somos y tal y cómo somos es el primer paso para mejorar nuestra autoestima y pedir lo que merecemos en una relación. Y es que, por el simple hecho de ser personas, merecemos ser respetadas y tratadas bien.
Cuando sepas cuánto vales, serás capaz de reconocer cuánto mereces y, cómo decía Frida Kahlo, no te demorarás donde no puedas querer y ser querida. Una vez que aprendamos a querernos a nosotras mismas y a estar felices con nuestra persona, dejaremos de intentar convencer a quien no nos quiere ni valora, y buscaremos y apreciaremos a quien sí lo haga.
Trabaja en tus creencias irracionales
Todos los seres humanos tenemos creencias y pensamientos irracionales. Esa pequeña vocecita en nuestra cabeza que, a veces, nos dice que todo va a salir mal, que no caemos bien a nadie y que nuestra pareja nos va a dejar. En el caso de algunas personas, esa voz aparece muy de vez de en cuando y tal solo es un susurro.
Para otras personas, sin embargo, esa voz puede ser una constante. Trabajar en estos pensamientos y ser capaz de reconocer cuáles son irracionales es muy importante. Puede ser un buen truco apuntar estos pensamientos en un papel y analizar si tenemos motivos objetivos reales para creer que puedan ser verdad o no.
Si no tenemos motivos, podemos apuntar al lado los motivos objetivos que tenemos para creer que ese pensamiento es irracional. De esta manera, conseguiremos una visión más objetiva de la realidad, en vez de dejarnos arrastrar por nuestros propios miedos.
Nuestra visión del amor
Crecemos creyendo que por amor hay que hacerlo todo, que debemos esforzarnos incluso aunque suframos, porque el amor todo lo puede. Creemos que de amor - o de desamor - se puede uno morir. La realidad es que el amor debería hacernos más felices y no menos.
Si una relación te hace sufrir, probablemente no sea una buena relación. Y, como todas sabemos, nadie se muere de amor. Se sufre cuando una relación se acaba, pero con el tiempo se supera. No hay absolutamente nadie sin quien no podamos vivir.
Los seres humanos somos resilientes: superamos los tiempos dolorosos e, incluso, podemos salir reforzados de ellos. Y es que, por muy especial e importante que sea una relación y una persona, éramos felices antes de conocerla y, si al final la relación no sale bien y se acaba, volveremos a ser felices después de ella.
Y es que la llave de nuestra felicidad la tenemos nosotras. Ser conscientes de que podemos ser perfectamente felices solas y de que, si una relación no sale bien, seremos capaces de seguir adelante, nos dará una gran tranquilidad y confianza que alejará el miedo.
Imágenes | Sex and The City, Giphy
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