Si hay un órgano potente de cara al deseo sexual ése es el cerebro. Libres de ataduras y normas, en nuestra imaginación todo es posible. Pero a pesar de que cada persona es un mundo, y de que para gustos los colores, existen unas cuantas fantasías clásicas-básicas, algo así como el “Little black dress” de nuestro imaginario sexual . Te contamos las fantasías más frecuentes… y alguna otra.
Se considera que la amplia mayoría de la población fantasea, ha fantaseado o fantaseará al menos alguna vez a lo largo de su vida. Viva y bravo por todas estas personas, porque fantasear es absolutamente sano, estupendo y beneficioso para nuestra vida sexual. Concretamente, por ponerle cifras, según los resultados obtenidos en el "Proyecto Tabú", en España solo el 0,91% de los hombres y el 2,19% de las mujeres nunca fantasea.
Y es que el deseo no es algo autónomo, autosuficiente y que se alimente del aire. El deseo, el pobre, necesita carburante, un poquito de leña que mantenga la llama, vamos.
Hay dos tipos de combustibles especialmente efectivos para nuestro deseo. Si estuviéramos hablando de alimentación en seres humanos estos dos elementos estarían en la base total de la pirámide alimenticia. No son otros que “Hacer” y “Pensar”. Dicho así sé que no parece muy espectacular, pero esa la magia del sexo: a veces las cosas no son tan complicadas como pensamos.
Cuanto más hago, más quiero. Esto es de cajón: si tengo buen sexo voy a querer más sexo.
Si pienso en… voy a querer más… Pues eso, cuanto más presente tengamos el sexo, cuanto más lo trabajemos en nuestra mente, más ganas tendremos. Y aquí es donde entran en juego las fantasías.
¿Cuáles son las más frecuentes?
Establecer cifras concretas sobre esto es complicado, sin embargo la mayoría de profesionales que trabajan en el campo de la Sexología coinciden en que hay unas cuantas que se dan más habitualmente. Veámoslas por categorías, por poner algo de orden:
Lugares. En la playa, en un avión, en el probador de una tienda de ropa… o en la sección de carnes del súper. Este grupo de fantasías se caracteriza porque lo que pone, lo que indoma, es que la práctica sexual tenga lugar en un sitio atípico o público.
Dos no, mejor tres Esto es el clásico más clásico de los clásicos: el trío. Dos hombres y una mujer, dos mujeres y un hombre, tres mujeres, tres hombres… Siempre se le ha otorgado la patria potestad de esta fantasía a los hombres, pero la realidad es que hay muchas mujeres que suspiran, y bien, al imaginarse en semejante escenario.
Nada de “Petit comité”, hagamos una fiesta multitudinaria. Orgías, sexo en grupo… 9 de cada 10 personas que vieron Eyes Wide Shut aún no tienen claro de qué iba la peli, pero sí que recuerdan con alegría las escenas de sexo multitudinarias.
¿Por dónde? Hablamos de practicar o que te practiquen sexo oral o anal. A pesar de que en el pasado eran "muy atrevidas" y ahora cada vez más habituales, siguen estando en el Top 5 de las fantasías sexuales.
Control y experiencia. Que te dominen o dominar, enseñar o que te enseñen. De manera tradicional se daba con más frecuencia en el caso de las mujeres fantasías en las que eran dominadas (sin que por ello quisieran, ni de lejos, ser forzadas en la vida real, ojo), mientras que en el de hombres la tendencia era a dominar. Esto obviamente está relacionado con los roles que imperaban (y que imperan). Sin embargo esto está cambiando y las fantasías, que son libres, y las mujeres, que ahora se permiten fantasear con lo que les apetece (nunca mejor dicho) están cambiando. De hecho es habitual encontrarnos con mujeres a las que “enseñar a un jovencito más inexperto” les pone, y mucho, por ejemplo.
Otras fantasías en cifras:
Georgina Burgos, sexóloga, realizó hace algunos años un estupendo estudio (denominado Proyecto Tabú) sobre las fantasías, en el que, entre otros, se extraían estos datos:
El 52,87% de los hombres y el 32,92% de las mujeres se imaginan a su vecino, compañero de trabajo, en alguien con el que se ha cruzado por la calle o con desconocidos.
El 25,08% de los hombres y el 19,18% de las mujeres fantasea con su/s ex/s. Ahora no vayáis a interrogar a vuestra pareja. Enfurruñarse por esto no tiene sentido: primero porque cada uno hace lo que quiere en su mente y segundo porque las fantasías sexuales son eso, fantasías, no acciones, así que tampoco hay que tomárselo a la tremenda, ¿no?
Dicho esto, y para calma de algunos/as, el 49,62% de las mujeres y el 44,81% de los hombres fantasean con su pareja. Claro que esto indica que la otra mitad también fantasea con… Ahí lo dejo.
¿Sexo o romanticismo? Solo el 9,56% de las mujeres y el 2,88% de los hombres incluye en sus fantasías elementos románticos. Estamos cansadas ya de escuchar que las mujeres necesitan del romanticismo para excitarse. Noticia de última hora: esto no es así.
Estas son algunas de las fantasías más frecuentes pero, insisto, hay tantas como personas. Juguemos al “1, 2, 3” y por 25 céntimos la respuesta, tipos de fantasías: por temáticas (Egipto, Star Wars, campestre o rollo doncella…), por acciones o uso de objetos concretos (meter, sacar o usar tal o cual cosa, desde un plug anal al cepillo de dientes), con comida, con tipos de personas (mayores que nosotros, más jóvenes, de otra raza, con el pelo rojo o sin pelo…), etc. Las posibilidades son infinitas y el cerebro nuestro mejor amigo sexual, así que deja libre tu imaginación y fantasea, que es estupendo.
Fotos: Pixabay.com
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