El amor es una fuerza compleja y poderosa que influye en nuestras vidas de diferentes maneras a nivel emocional, cognitivo y social.
Cuando queremos a alguien, nos emocionamos ante su presencia y tenemos una serie de pensamientos (o cogniciones) sobre dicha persona que, junto con nuestras experiencias anteriores, darán forma a nuestras expectativas sobre las relaciones. Por ejemplo, si crees en el amor a primera vista, es [más probable que lo experimentes][1].
Pero utilizamos el amor en muchos contextos diferentes. Puedes decir que quieres a tu pareja, a tu familia, a tu mejor amigo, o incluso que amas tu trabajo o tu coche. Está claro que usando el término de diferentes maneras podemos ver las diferentes dimensiones del amor.
Los antiguos griegos creían que había [varios tipos diferentes de amor][2]. Siguiendo el ejemplo de los griegos, el sociólogo y activista Alan Lee ha sugerido que [existen seis estilos generales a la hora de amar][3].
Hay que tener en cuenta que estos "tipos de amor" no son necesariamente [incompatibles entre sí][4]. Puede que tengamos un estilo de amar predominante y que también tengamos elementos de los otros tipos.
De forma parecida, puede que nuestro estilo de amar cambie con el tiempo según nuestras experiencias y cómo interaccionamos con nuestras parejas.
Eros
Esta forma de amar normalmente se corresponde con el amor romántico de cuento de hadas. La belleza física es importante en este tipo de amor y la atracción es intensa e inmediata ("perdidamente enamorados"). Cuando una persona quiere a otra de esta manera, siente una [necesidad urgente][5] de profundizar en la relación tanto a nivel emocional como físico.
Debido a que a estas personas les encanta sentirse enamoradas, defienden la monogamia y son fieles a una relación siempre y cuando les siga pareciendo emocionante y entretenida; de lo contrario se buscarán una nueva pareja con la que volver a experimentar esas sensaciones.
Storge
Las personas que sienten este tipo de amor suelen tener relaciones estables, [valorando][6] el compañerismo, la cercanía a nivel psicológico y la confianza. Para estas personas, las relaciones amorosas pueden surgir a partir de una amistad, por lo que el amor llega sin avisar. Este tipo de amor es duradero y las personas que lo sienten suelen tener relaciones largas.
Ludus
Para las personas con un estilo de amar lúdico el amor es un juego en el que van a ganar y donde incluso hay espacio para varios jugadores. A las personas lúdicas no les importa que en las relaciones haya decepciones y manipulación porque no suelen comprometerse y muchas veces son distantes a nivel emocional.
Dado que a las personas lúdicas les importa más el futuro cercano, tienden a darle más importancia a las características físicas de su pareja a diferencia del resto de tipos de amor. También son [más propensas][7] a tener relaciones sexuales esporádicas.
Pragma
Para este tipo de amor lo más importante es la funcionalidad y se basa en la lógica para determinar la compatibilidad y las perspectivas de futuro. Esto no significa que las personas con este tipo de amor no tengan sentimientos o que solo sean calculadoras, sino que le [dan mucha importancia a la compatibilidad en una posible pareja][6] para satisfacer sus necesidades.
Dichas necesidades pueden ser sociales o financieras. Los amantes pragmáticos puede que se cuestionen si su posible pareja va a ser bien vista por su familia o sus amistades, o si se les da bien gestionar su dinero. También puede que valoren activos emocionales; por ejemplo, si su posible pareja va a poder permanecer tranquila en situaciones de estrés.
Mania
Se refiere al estilo de amor obsesivo. Estas personas tienden a ser emocionalmente dependientes y necesitan consuelo constante en una relación. Una persona que ame de de forma maniática probablemente experimentará altas dosis de alegría o rachas de tristeza, dependiendo del nivel en el que su pareja se pueda acomodar a sus necesidades.
Debido a las características posesivas de este tipo de amor, [los celos pueden ser un problema][10] para estas personas.
Ágape
Las personas con un tipo de amor altruista son muy atentas y afectuosas y se centran en las necesidades de su pareja. Se trata de un amor desinteresado e incondicional. Si tu pareja ama de forma ágape te querrá por tu forma de ser, pero también valorará mucho los actos de atención y cariño [que reciben][6] por parte de su pareja.
Quizás debido al nivel de aceptación de estas personas, suelen tener unos [niveles muy altos][11] de satisfacción en sus relaciones.
La verdad sobre el amor
El tipo de amor que sentimos hacia esa persona especial es [probable que cambie con paso del tiempo][12]. Al principio de la relación siempre tenemos ganas de ver a nuestra pareja y nos ponemos nerviosos cada vez que quedamos.
Se trata de las sensaciones emocionantes que asociamos con la idea de estar enamorados y son muy características del amor romántico. Pero en casi todas las relaciones estas intensas emociones nunca son para siempre y se van perdiendo con el paso de los años.
Los sentimientos pasionales se verán reemplazados por una conexión más profunda a medida que ambas partes de la relación se vayan conociendo de verdad. Esta fase es la que se conoce como "amor consumado" y puede durar toda una vida (o más).
Por desgracia, mucha gente no se da cuenta de pasar del amor romántico a una relación basada en el compañerismo es algo normal e incluso sano. Cuando los ardientes sentimientos de adoración desaparecen, a veces las personas piensan que ya no están enamoradas, cuando la verdad es que la intimidad y la cercanía de este tipo de amor puede ser algo muy poderoso si le damos una oportunidad.
Es una pena porque dichas personas puede que nunca lleguen a experimentar el nivel de satisfacción asociado con el amor consumado.
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