Hace unos meses Úrsula Corberó fue entrevistada por AISGE. Se ve que en la entrevista nos contaba muchas cosas interesantes, como por ejemplo lo duro y machista que es el mundo del cine o lo difícil que es conseguir que te tomen en serio si eres una niña mona.
Pero como suele pasar, la única cosa que le llamó mucha atención a los medios y a las redes sociales es su declaración sobre el sexo desenfadado y buenrollero que habían tenido todos los actores de “Física y Química” entre ellos. Citémosla, va: «Fueron cuatro años de mucha explosión hormonal: diez jóvenes guapos, con trabajo, dinero y fama, imagínese. Los fines de semana alquilábamos una casa en Segovia y Javi Calvo se disfrazaba de botones y nos escribía historias de miedo. Luego follábamos todos con todos y nadie se enfadaba. Había mucha empatía.»
Al principio uno piensa: pues oye, qué guay, ya nadie se estresa porque alguien hable de sexo. Con qué naturalidad lo cuenta, qué sencillo resulta ser el mundo cuando el sexo sólo es eso: sexo.
Poco me ha durado la “alegría”. Bueno, la entrevista salió a la luz en mes de enero. Resulta que no es que nos parezca bien que se hable de sexo sin tapujos, sino que, simplemente, nadie se había enterado de “esa cosa tan fuerte” de la que no habló Úrsula. Ahora, que todos los medios ya están al tanto, las redes sociales arden con miles de comentarios de todo tipo. Y claro, Úrsula ha tenido que aclarar las cosas: «Éramos jóvenes y libres y lo pasábamos genial. Pero de ahí a decir.... Nada de orgías. No hubo ninguna orgía, por el amor de Dios. Éramos una chupipandi. No hay nada más que decir. Se ha hecho una montaña de esto.»
A mí me gustaría dirigirme a Úrsula. Probablemente jamás va a leer esto, tampoco me importa, pero tengo algo que decirle.
Úrsula, a mí me parece estupendo que follaras tanto con todos tus compañeros. Es más, me parece entrañable que lo contaras con tanta naturalidad aunque a mí, personalmente, me da absolutamente igual tu vida sexual, pero puedo entender que a alguien le debe de interesar el tema. Ya ves el follón que se ha montado de golpe.
Eso sí, algo ha fallado en tu discurso. Y ese algo no tiene nada que ver con tu sexualidad, sino con la vida sexual de tus compañeros que, hasta donde yo sé, es su intimidad y que quizás son ellos los que deberían hablar de ella, no tú. Entiendo lo molesta que pudo sentirse Angy Fernández por haberla metido en el mismo saco (eso sí, espero que “el mismo saco” de Angy no tenga nada que ver con pensar que follar mucho es de frescas. Rezo por ello).
No sé, Úrsula, a mí me gustó tu declaración sobre el machismo en el mundo de cine, aunque, varias líneas después hayas patinado un poco: «¡Uf! A ver, las tías en ese aspecto pueden ser muy pesadas…» dices, refiriéndote a las envidias que despertabas cuando eras novia de Velencoso.Las tías pueden ser pesadas, dices. Bueno, Úrsula, no pasa nada, todas, sin excepciones, hemos caído en los tópicos alguna vez y somos muchas las que nos sentimos confundidas cuando hablamos de machismo. No nacemos enseñadas.
En fin, Úrsula, que te deseo todos los éxitos. Pero te aconsejaría que la próxima vez pensases más (en los demás) y generalizases menos. Eso sí, sigue reivindicando, nos hace falta. Y habla de sexo, claro que sí. Hasta hartarte. Pero no para crear polémica (como hacen muchos), sino para que la gente se acostumbre a ello.
Y es que nos hace falta que algo se tome con naturalidad algo tan natural como es el sexo. Que ya nos vale.
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