Razones para esperar: los motivos del porqué practicar el celibato no es tan mala idea

Tomarse una pausa de la vida sexual no tiene nada de malo, aunque tendrás que evaluar los pros y los contras de llevarlo a la práctica

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El celibato ha sido una práctica que ha sido parte de diversas culturas y religiones a lo largo de la historia, sin embargo, en un contexto actual, la práctica de la abstención voluntaria de la actividad sexual puede ser tomada por razones que van más allá de una creencia arraigada.

Si bien el ritmo de vida acelerado de la actualidad nos obliga a dejar de lado actividades que no consideramos relevantes o para las que no tenemos demasaido tiempo, el celibato no tiene porqué ser considerado como una prohibición personal del ejercicio de la actividad sexual, sino que debe verse también como una elección en la que factores importantes, como el de la salud están en primer lugar.

La abstención de las relaciones sexuales es vista por muchas mujeres como una pausa en su vida personal para brindarse la oportunidad de enfocarse en su crecimiento personal y la exploración interna; dejando de lado las distracciones y demandas de una relación íntima, para dedicarse un tiempo a conocerse a sí mismas, e identificar las prioridades de su vida.

Si bien desde la pandemia por Covid-19 en 2019 el comportamiento sexual de las personas cambió debido al aislamiento social obligado en todo el mundo, un estudio revela que la abstinencia sexual no voluntaria provocó efectos negativos en la salud mental de muchas personas, sin embargo, el practicar el celibato de forma consciente puede tener ciertos beneficios.

Acerca del tema, el cantante Lenny Kravitz ha declarado practicar el celibato desde hace nueve años, y es que para él: "Es algo espiritual”, comenta para una entrevista en The Guardian, en donde afirma que le encantaría tener una relación ahora, pero cree que podría tener dificultades al respecto: “Me he vuelto muy firme en mis costumbres, en mi forma de vivir”.

Celibato y asexualidad, ¿es lo mismo?

Aunque son dos términos que se suelen confundir y utilizar para definir la ausencia de actividad sexual en una persona, lo cierto es que no son sinónimos: el celibato es una elección personal de abstenerse de las relaciones sexuales, generalmente por motivos religiosos, culturales o personales. Esta decisión no está relacionada con la orientación sexual de una persona y puede ser practicada por personas de cualquier orientación.

Por otro lado, la asexualidad es una orientación sexual que se caracteriza por la falta de atracción sexual hacia otros, independientemente del género. Las personas asexuales pueden no sentir ningún deseo o interés en el sexo, o pueden experimentarlo en mucha menor medida que la mayoría de la población.

El celibato como una forma de reducir el estrés

No decimos que el dejar de tener relaciones haga que tu ansiedad salga de tu cuerpo al instante, sino que, como muchas personas en el mundo en pleno auge de su edad reproductiva, seguramente te has visto abrumada por la búsqueda de una pareja o de un encuentro sexual, lo que genera un desencadenante de ansiedad debido al miedo al rechazo y las complicaciones emocionales que pueden surgir en las relaciones.

Por si fuera poco, las personas que buscan encuentros sexuales (tanto con una pareja estable como con aventuras de una noche), siempre tienen presentes los riesgos de un embarazo o de una enfermedad de transmisión sexual, consecuencias que buscan prevenir alejándose por completo de la práctica del sexo con otras personas.

Celibato en pareja, ¿es posible?

Adentrarse al mundo del celibato en pareja puede ser todo un desafío, pero con comunicación abierta, honestidad y respeto mutuo, puede ser una experiencia enriquecedora para ambos, y es que, como se ha confirmado en algunos casos, es la solución a, junto con tu pareja, superar traumas o inseguridades que hayan provocado encuentros o experiencias sexuales anteriores.

Propiciar una conversación sincera y abierta sobre sus deseos y necesidades individuales en cuanto a la intimidad sexual es fundamental: una pareja puede basar su relación en gestos románticos y de cariño, y no sólo valerse de la actividad sexual para mostrarse afecto.

Para lograr un acuerdo que a ambos satisfaga, se pueden explorar alternativas que beneficien a ambos: si la abstinencia total es difícil, considerar la posibilidad de reducir la frecuencia de las relaciones sexuales, establecer límites o explorar otras formas de intimidad física y emocional puede ser la solución.

El celibato es una elección personal que puede ofrecer una variedad de beneficios, como el crecimiento emocional y espiritual. Si bien no es para todos, aquellos que eligen esta práctica pueden encontrar en ella una fuente de equilibrio en la que no significa alejarse del sexo por completo, sino saber encontrar una pausa para poner en orden las prioridades de cada uno.

Foto de Maddi Bazzocco en Unsplash

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