¿No es el Día de los Enamorados un invento de los grandes almacenes? ¿Por qué celebrar el amor el 14 de febrero y no todos los días del año? Ahora que he superado la cuesta de enero, ¿tengo que romper el cerdito y comprar un dichoso regalo a mi Antonio? ¡Ay, Antoñito mío! Si tú más que celebrar el amor, lo que necesitas es un flechazo… pero en el trasero.
Cuando llevamos compartiendo vida y obra con “nuestro Antonio” es bastante habitual que los cumpleaños, los aniversarios, San Valentines y “San Calentines” pierdan su encanto. Incluso, en muchas ocasiones y aunque nos dé vergüenza reconocerlo, nos olvidamos de todos ellos.
Para justificarnos nos decimos a nosotras mismas que no son más que convencionalismos y que lo importante es quererse en el día a día (argumentos que, por otra parte, son absolutamente ciertos).
De alguna manera, nos estamos colocando una venda en los ojos para no ver que en ese día a día somos engullidas por la rutina y que hace siglos que no compartimos una cena romántica con nuestra pareja, que no recordamos la última vez que le dijimos "te quiero" y que el sexo… En fin, el sexo se ha convertido en moda iso: nos quitamos la ropa, tocamos las teclas clave, un ratito de mete-saca, tenemos un orgasmo (o no) y hasta la semana que viene, baby. Tiempo récord: 13 minutos.
Estarás conmigo en que la escena vista desde fuera es un poco triste. Bastante triste. Entonces, ¿por qué no romper con la rutina? ¿Por qué no avivar de vez en cuando la llama de pasión?
Tips para un San Calentín ardiente.
1. Regálate una fantasía.
Nuestro órgano sexual más poderoso es el cerebro. Seguro que en esa cabecita tuya albergas un montón de fantasías hot que te gustaría cumplir pero que en la rutina del día a día, cuando te metes en faena, te entra un PEREZOOOOOÓN…
Sí. Llámalo pereza o cansancio, pero cierto es que ni te apetece rebuscar a última hora de la noche el dichoso corsé en ese agujero negro (el canapé). Ni estás por la labor de pelearte con mil corchetes. Ni te hace especial ilusión estrangularte el muslamen con unas medias de red. Además, todo ese sacrificio ¿para qué? ¿Para 13 miserables minutos de placer?
Pues bien, quizá “San Calentín” es el día de agitar las perlas, hacer uso de tu imaginación y montar una puesta en escena mejor que la del Circo del Sol. Aquí te dejamos algunas ideas:
-Por ejemplo, podéis fingir que sois dos desconocidos que se conocen en un bar y se lo montan en la parte trasera del coche (¡Ay, Antonia, ¡qué recuerdos!).
-Tu Antonio es un pobre marine herido en Pearl Harbor y tú la enfermera que le va a quitar las penas.
-O él es él, tú eres tú, pero estáis concursando en el programa de Máster Chef-Sex. (Y ojito con el caramelo líquido, que cuando se enfría en ciertas partes trae muchos disgustos).
2. Esa noche tira la cama por la ventana.
Sí, estamos de acuerdo en que la cama es el lugar más cómodo y propicio para el sexo, pero ¿qué tal hacer una excepción por un día? ¿Por qué no jugar a los exploradores? La mesa del salón es una opción. La ducha es otra. Bajo una docena de mantas en el jardín de casa puede ser muy divertido. Y luego está el clásico aquí te pillo, aquí te mato… contra el suelo, ¡bellaco!
3. Dominando la escena.
Dicho por los propios hombres, una mujer activa en la cama con un punto dominante es de las cosas que más puede excitarles. Esto no significa que tengas que armarte de fustas y grilletes y atizarle en el trasero (excepto que os ponga calentitos, claro está). Pero sí que puedes llevar la batuta y exigirle qué quieres y cómo lo quieres. O ser tú la que hace y deshace y no permitirle que te toque hasta que el pobre Antoñito esté a punto de calcinarse.
4. ¿Y si te pones tontorrona por teléfono?
Dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero este tópico no siempre funciona en el sexo. Las palabras pueden esconder dulces promesas. Las palabras pueden ser tus dedos explorando su cuerpo, caricias en su piel o una melodía erótica. Las palabras pueden ser sucias y excitantes a la vez.
Una llamada improvisada al trabajo para contarle las cosas que le vas a hacer cuando vuelva a casa; o una conversación algo picante mientras estáis metidos en un atasco te permitirá calentar el terreno y poder disfrutar de un San Calentín de órdago. Y lo mejor de todo es que las risas están aseguradas.
5. Añade el ingrediente secreto.
En el arte culinario la mano del cocinero y su ingrediente secreto es el plus que le da al plato un sabor excepcional. Pues bien, en el sexo sucede lo mismo. Variar, probar y saborear nuevas recetas hará de vuestra noche un plato inolvidable.
Investigar el último juguete erótico del mercado también puede darle el puntito de sal y pimienta a vuestras noches de lujuria y desenfreno. Para este “San Calentín”, Lelo (una de las empresas de juguetería erótica más prestigiosas) recomienda el Tiani 24 kilates: el Ferrari de los dildos.
Y para ellos, ni más ni menos que un esmoquin para el pene. Sí, como lo lees: ya puedes jugar a vestir y desvestir a "su Ken".
Como has podido comprobar, las posibilidades de “San Calentín” son infinitas. Solo tienes que poner toda la carne en el asador y echar a arder. Eso sí, como medida preventiva, deja el teléfono de los bomberos en la mesilla. ¡Feliz “San Calentín”!
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