Mientras unas mujeres disfrutan haciendo una felación tanto como el hombre recibiéndola, a otras les sucede lo contrario, no les gusta nada, les resulta agresiva. “En la consulta vemos un gran número de chicas con un cierto reparo, que no les acaba de gustar la práctica, y otro grupo que realmente lo disfruta y, de hecho, lo proponen como iniciativa propia porque las resulta excitant, afirma Héctor Galván Flores, psicólogo clínico, sexólogo y director del Instituto Madrid de Sexología.
Según este experto, los motivos para que a ellas no les guste son "la inseguridad (debido a que no saben cómo realizarla), la falta de higiene y los prejuicios sociales".
No sentirse obligada, sin consentimiento nada
Si este es tu caso, no te sientas obligada a practicarla. Tu pareja sexual debe respetar que no quieras. “Si a alguna persona no le gusta, no se hace y ya está. Porque si se hace obligado, entonces se vinculan las relaciones sexuales con algo negativo y eso luego afecta al deseo sexual”, explica María Esclapez, psicóloga, sexóloga y autora del libro “Inteligencia sexual”.
Tampoco debes sentirte en la obligación de hacerlo: “Hay mujeres que piensan que como están casadas o en pareja es su obligación darle placer. Y luego vienen los miedos y las inseguridades y no tiene por qué ser así. Si no te gusta, no te gusta y punto”, subraya Esclapez.
Así que el primer consejo para disfrutar de una felación es que haya un consentimiento. Si no lo hay, podéis gozar con muchas otras prácticas sexuales. “Si lo que no te gusta es el sabor o el olor, puede camuflarse con lubricantes, preservativos de sabores o con unos polvitos que dejen un poco de aroma”, recomienda Esclapez.
Comunicación antes y durante
La sexualidad es comunicación en la práctica. Hablar sobre qué le gusta a él y cómo te gusta a ti realizarla es básico. Tanto la persona que la recibe como la que la da deben comunicarse. Si a la chica no se le dice cómo le gusta, no lo puede adivinar. “Puede estar atenta al lenguaje no verbal, pero a veces es más importante lo que él te diga que lo que esté expresando. Porque puede estar sintiendo placer pero realmente puede que no sea lo que le gusta”, señala la experta.
A veces no se hace bien porque no habéis conversado sobre qué os gusta. Esclapez recomienda hablarlo antes de la relación sexual. Y también durante, pero no en el sentido de que te pares y te pongas a hablar, sino de que el hombre guíe a la mujer (por ejemplo, diciéndole "marca el ritmo así" o "hazlo de esta manera"). Se trata ir guiando con instrucciones sencillas. Y luego, fuera del encuentro, hablar de sexo como de cualquier otra cosa.
Los testículos y las manos existen
No olvidarse de acariciar esta zona. Porque "hay quien se centra solo en el pene y los testículos y el escroto también aportan mucho placer cuando se estimulan. Y mueve tus manos a la vez que la lengua", afirma Esclapez. O incorpóralas para descansar si te duele la boca.
Variar ritmo, intensidad y profundidad
"Que no sea siempre lo mismo porque caes en la monotonía. Pero siempre teniendo en cuenta sus gustos. Porque hay hombres con el glande muy sensible y si se aprieta mucho, les puede doler", aconseja Esclapez.
Ir de menos a más
Vamos, que no empieces directamente con una garganta profunda. “La respuesta sexual va de menos a más. Empieza con el deseo, la excitación y luego ya llegan la meseta y el orgasmo. Mientras viene el orgasmo, que es un poco lo que queremos obtener, aunque no es lo principal, es importante empezar poco a poco. Si comienzas directamente con lo que más placer da, te vas a cansar rápido, porque entonces qué te queda por dar”, aclara Esclapez.
Mírale de vez en cuando. Saber que le estas observando le pondrá mucho. Aunque no a todos los hombres les vuelve locos, así que pregúntale.
El control lo tienes tú
Para Galván Flores es “fundamental que el control durante la realización de esta práctica lo lleve absolutamente la mujer. Que sea ella la que decide si prefiere un ritmo u otro o más o menos profundidad en la penetración. El chico nunca debe forzar que haya un ritmo u otro o cierta cantidad de penetración. Todo esto hay que hablarlo”.
La mayoría de problemas que este experto ve en la consulta tienen que ver con personas que sienten una presión tremenda creyendo que si se hacen o no ciertas prácticas se juegan la relación de pareja. “Esto hay que suavizarlo. Nosotros casi siempre decimos que es una justificación para dejar la relación. En 20 años nunca he visto una separación que realmente haya sido por el acople sexual. Sí puede haberlo por falta de deseo”, explica el sexólogo.
Pon entusiasmo
Ambos expertos coinciden en que poner ganas y motivación son importantes. Vamos, que te guste lo que haces. Solo verte disfrutar a ti le pondrá muchísimo.
Recuerda que practicar una felación puede conllevar riesgos para la salud, como explican desde la web Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. Por ejemplo, el contagio de alguna enfermedad de transmisión sexual, como herpes, gonorrea, clamidia o el virus del papiloma humano, entre otras. De ahí que resulte muy importante la protección utilizando un preservativo.
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