En las últimas décadas, el cine ha evolucionado de manera significativa, reflejando y moldeando las normas y expectativas culturales de las sociedades en las que se produce. Sin embargo, una tendencia reciente está captando la atención de críticos y cineastas por igual: la Generación Z parece mostrar un notable desinterés en las escenas de sexo en las películas.
Este fenómeno es el resultado de una confluencia de factores culturales, tecnológicos y sociales que han configurado las preferencias y sensibilidades de esta generación sobre el contenido de índole erótico que se ve en las películas.
La Generación Z, nacida entre mediados de los 90 y principios de los 2010, ha crecido en un entorno mediático saturado y omnipresente. La influencia de las redes sociales, el acceso instantáneo a contenidos digitales y la exposición a una variedad de perspectivas han transformado la forma en que esta generación consume medios y aborda temas relacionados con la sexualidad.
Si bien esta generación tiene a su disposición una gama impresionante de contenidos en plataformas de streaming y redes sociales, esta saturación de facilidad de acceso al contenido ha hecho que las escenas de sexo en el cine se perciban como una parte menos relevante de una narrativa más amplia.
Con una oferta de entretenimiento que abarca desde contenido educativo hasta experiencias interactivas, las escenas explícitas se sienten cada vez más como algo que podría ser visto en otro lugar.
De acuerdo a un reciente estudio realizado por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) los resultados sobre el consumo y aceptación de la Generación Z de contenido erótico en pantalla demostró que la mayoría de los encuestados prefiere ver menos escenas de sexo en las películas y programas de televisión.
De los 1,500 jóvenes encuestados, el 51% expresó su deseo de ver más contenido enfocado en relaciones platónicas y amistades, mientras que el 47.5% consideró que las escenas sexuales "no son necesarias" en la mayoría de las producciones, además, un 44% opinó que el romance está "sobreexplotado" en las historias actuales.
Pero no solo eso, se descubrió que también la Generación Z tiene una baja tolerancia a los estereotipos raciales en las producciones de entretenimiento, haciendo que cualquier representación negativa de personas de color, como villanos o personajes con rasgos poco deseables, sea ampliamente rechazada por este grupo generacional.
Si bien la sexualidad ha dejado de ser un tabú en gran parte de la sociedad, la conversación abierta sobre esta temática ha derivado en una desensibilización frente a las escenas de sexo en el cine, que ya no se consideran tan impactantes o novedosas. Además, las representaciones de la sexualidad en los medios de comunicación han evolucionado hacia una mayor diversidad y realismo, lo que ha desplazado las representaciones estereotipadas y exageradas que alguna vez dominaron la pantalla.
El desinterés de la Generación Z en las escenas de sexo en el cine es un reflejo de un cambio cultural más amplio que está redefiniendo cómo se representa y se consume el contenido.
Mientras el cine continúa adaptándose a estas nuevas expectativas, es probable que veamos una evolución en la forma en que se abordan los temas de sexualidad, buscando resonar de manera más auténtica con una audiencia cada vez más consciente y exigente con este tipo de contenido.
Foto de The Mirror
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