Infidelidades han existido toda la vida, aunque las estadísticas dicen que van en aumento. La figura de "la otra" ha cambiado a lo largo de los años, pero sigue existiendo ese papel de amante intermitente que tan mala prensa tiene, aunque el compromiso lo tenga la persona que está casada. ¿Qué lleva a una mujer a estar con un hombre casado o comprometido? Cuatro mujeres nos los cuentan.
Hemos recogido cuatro testimonios de mujeres que han tenido aventuras con hombres casados. Los nombres son seudónimos para proteger el anonimato.
Virginia
En el caso de Virginia, se trata de la relación con un ex novio que se fue a trabajar a otro lugar. Él en poco tiempo hizo su vida allí (conoció a otra persona, tienen hijos, son pareja de hecho, tienen coche y planes en común) y los encuentros nunca dejaron de sucederse o bien allí, o bien en otras ciudades con escapadas, o cuando él vuelve a casa de vacaciones.
Cuando empezaron él estuvo ocultando que estaba casado hasta que las redes sociales (o conocidos sin querer) fueron desvelando los detalles de que había una historia muy seria por otro lado. Era imposible ya ocultarlo durante más tiempo por amigos en común, familiares, algún día se la tendría que traer a casa, los embarazos y los niños...
Virginia nos cuenta que "en este caso creo que lo peor es que sea un ex, porque es como si la historia no se hubiera cerrado nunca del todo y es una sensación muy extraña". Opina que en el caso de ser un desconocido lo peor es siempre el poder enamorarse de esa persona y saber que su familia, mujer y madre de sus hijos es ella y no tú. El papel de ‘la otra’ puede llegar a ser muy dañino si las cosas no se tienen claras desde el primer momento.
Como ventaja de tener una relación con un hombre casado Virginia cree que, en el caso de no querer compromisos, complicaciones o relaciones serias, el estar a gusto con esa persona sin ir más allá. Siempre se va a ir a su casa, con sus problemas a cuestas. Tú puedes escuchar y aconsejar desde el papel de amiga, pero no es cosa tuya.
Virgina cree que "la relación se termina cuando aparece alguien lo suficientemente importante como para empezar una relación seria, y ya no necesitas esos encuentros con él, que por otra parte no son más que eso. No sería cortar, sería explicar que las citas se acaban porque existe otra persona, y el tiempo libre pasa a ser para él."
Virginia también opina que son relaciones sin futuro: "Cuando hay una familia de por medio por su parte es muy complicado que vaya a dejar eso atrás, por no decir imposible. Además, no se puede pensar en futuro con una persona que estás viendo que es infiel a su familia y a su pareja (y no solo contigo). ¿Cómo se confía en alguien así?"
"Al principio sí se podía pensar en lo que pueden sufrir terceras personas, pero conforme van pasando los meses y ves que no hay daños por ninguna parte... supongo que una se olvida de estas cosas por muy criticable que pueda ser eso" se sincera.
"No fue bonito descubrir que existía una vida que se había 'olvidado' de contarme, pero dolía más la mentira y falta de confianza que el hecho en sí de que ya tuviera a otra persona. Supongo que depende de cada caso, y del grado de implicación emocional. Si se tiene todo muy claro, y no hay enamoramiento de por medio, no, no se llora."
También nos cuenta que "Cuando alguien lleva una historia así o directamente tiene dos números de móvil o borra las conversaciones al momento, además de guardar los teléfonos con otros nombres". Hoy en día es habitual mantener contacto en redes sociales: "claro que he entrado a cotillear sus perfiles, mentiría si dijera que no, pero no es algo que tenga por costumbre. No me voy a encontrar nada que no sepa ya, y es tontería".
Son relaciones que se suelen simultanear con otro tipo de encuentros, Virginia nos comenta que "en ningún momento he dejado de conocer a nadie por esos encuentros. Yo tengo mis historias aparte, más o menos importantes. Si hay tiempo se queda, si no hay tiempo y hay otros planes, o no se coincide, no se queda. No he renunciado a nada de mi vida por él, solo faltaría".
Alba
Alba nos cuenta que "le conocí en un bar saliendo con amigas, él se acercó a mi y empezamos a hablar. No sabía que estaba casado cuando empezamos, me enteré después". Afirma que lo peor de salir con alguien casado es no poder llevar una relación normal y tener qué esconderte. Y, por supuesto, "ser consciente de que se va cada noche a su casa con su mujer y tú estas sola". Además, afirma que lloró bastante y que "desde luego la soledad es peor desde su lado que desde el de él".
Para sus encuentros su pareja ponía como excusa que tenía que ir al gimnasio o que tenía reuniones de trabajo. Cuando estaba con él sí que cotilleaba sus redes sociales y alguna vez miró las de su mujer por curiosidad, para ver su foto y cómo era ella.
Alba no le ve ninguna ventaja a ser la amante. Para cortar una relación con un hombre casado recomienda "ser sincera, explicando todo lo que no te gusta de tu relación con él y queriéndote y valorándote a ti misma". No cree que este tipo de relaciones tenga futuro: "yo particularmente no confiaría en alguien que ha hecho eso a su mujer porque me podría hacer lo mismo a mí en un futuro". Corté la relación porque "estaba perdiendo tiempo de conocer a alguien que me quisiera de verdad".
Otro de los grandes problemas que plantea este tipo de relación es el daño que se puede causar a terceras personas, de hecho, como nos comenta, "ese fue uno de los motivos por los que terminé la relación, no me gustaría estar en la posición de su mujer y menos ser yo la causante del daño".
Yolanda
Yolanda no ha tenido una relación seria con un casado pero sí un 'lío' de días esporádicos. "Nosotros fuimos pareja hace muchos años y nos reencontramos siete años después. Nunca habíamos perdido del todo el contacto pero no nos habíamos vuelto a ver salvo en tres ocasiones que nos encontramos por casualidad. Hasta que un día me llamó por teléfono y me dijo que quería verme. La primera impresión fue pensar que su matrimonio no iba bien, que me iba a decir que se iba a separar o algo así pero no, simplemente quería verme. Y pensé eso porque nuestra relación terminó por otros motivos no por falta de amor o de entendimiento."
"Sabía que estaba casado el primer día que nos liamos. Dudé mucho pero luego dejé de pensar y seguí para adelante pensando en el 'yo no tengo que dar explicaciones a nadie'. Aún no sé si si hice bien o mal". Para mantener el contacto lo suelen hacer a través del teléfono "no oficial", ya que él tiene dos teléfonos.
Yolanda afirma que cotillear en redes sociales en inevitable. "Cotilleaba, cotilleo y sé que cotillearé sus redes sociales, de hecho le sigo en todas. Me consta que el cotillea actualmente las mías (eso se ve en stories) pero no me seguía ni me sigue por su mujer (en su momento me comentó que cuando le daba a like le decía esta chica ya te ha dado a like, supongo que algún momento le diría que fuimos pareja). Y también cotilleo las de su mujer pero no stories porque se ve quien las mira".
Yolanda afirma que lo peor de salir con alguien casado es el tiempo, que nunca estaba disponible porque él tiene su vida. Si te apetece verle o simplemente hablar es imposible. Y la única ventaja es que el tiempo que pasaba con él era perfecto pero no suficiente, así que volvemos a la desventaja. "Siempre hemos tenido mucha química entre nosotros de hecho esa química creo que nunca se va a agotar".
Para finiquitar una relación de este tipo Yolanda cree que se puede hacer: "primero poniendo excusas de hoy no puedo quedar (cuándo él sí) y posteriormente hablando claro. O dejas a tu mujer o no nos volvemos a ver".
"A veces piensas que estás perdiendo tiempo precioso de conocer a alguien que de verdad te ponga en primer lugar, por eso lo mejor es dejarlo, además de otros mucho motivos. Pero también te digo que cuando estás en ello y no tienes a nadie que ocupe tu mente, en ese momento sólo existe él y no ves más allá".
"Una relación así tendría futuro si él no fuera un cobarde y dejara a su mujer. Pero como no fue así, no hubo futuro".
Yolanda cree que son relaciones complicadas para las personas implicadas: "Primero pienso en mí, en mi daño emocional y por eso es mejor terminar antes de que vaya a más. Cuando nunca dejas de querer a una persona es difícil esta situación. Quizá sea una actitud egoísta pero su mujer para mí está en segundo plano. Obviamente me pongo en su situación y no me gustaría".
"Yo nunca me sentí así de mal a modo soledad cruel, ya lo pasé demasiado mal cuando lo dejamos y los meses posteriores. Supongo que la edad ayuda. Pero sí que es verdad que había momentos en los que llegaba a casa, después de un mal día o de un buen día, y me hubiera gustado que estuviera ahí para compartirlo con él. En estos momentos te das cuenta que eso no iba a ningún sitio porque él no está".
Celia
Celia conoció a su amante por internet. "Al principio no me contó que estaba casado. Al no tener amigos en común y conocernos a distancia fue más fácil ocultarme que tenía una familia". Él ponía excusas en casa de reuniones y viajes para poder quedar conmigo y si no podía quedar conmigo era también porque tenía mucho trabajo.
Para ocultar el rastro en los móviles se borran mensajes, las fotos enviadas, o se utilizan aplicaciones de mensajería más discretas que el Whatsapp como Line o Telegram. Celia también confiesa que mira mucho sus redes sociales, las de él y las de su mujer, así descubrió que estaba casado. "Sin embargo, sé que no debería hacerlo porque para lo único que sirve es para es hacerme daño. Me hace gracia de todos modos cómo presumen de una relación idílica y llena de amor cuando yo sé la verdad".
Lo peor de una relación con un hombre casado es que sabes que no tiene futuro, no puedes involucrarte demasiado porque sino lo puedes llegarlo a pasar realmente mal. Y lo mejor son los encuentros fogosos e intensos, esa parte de aventura que a todos nos hace falta de vez en cuando. "Sí que he llorado bastante con la relación, al descubrir la mentira primero de que estaba casado, y segundo por ver que su relación principal era con otra y que tenía hijos y cómo me había engañado. Él dice que quiere a su mujer, pero que no hay pasión, que se conforma con ella".
En cuanto a los pensamientos acerca de la pareja oficial, Celia afirma que "intento no pensar en ello. Igual es egoísta por mi parte pero también para mí fue muy duro descubrir que tenía pareja". Cree que la relación se terminará tarde o temprano. "Al final, te cansas de las mentiras y ves que te lo puedes pasar bien como entretenimiento, pero no para nada serio". De hecho, es una relación que se simultanea con otras, aunque "siempre vuelves donde él porque sabes que va a estar ahí. Si encuentras a alguien que te importe más, desde luego, que la relación se terminará, pero mientras tanto..."
Al igual que en el resto de casos, esta relación solo la conocen dos o tres amigas muy cercanas "no es algo de lo que me guste hablar, pero a veces necesitas desahogarte con alguien".
Agradecemos la sinceridad de estas cuatro mujeres por hablarnos de este tipo de relaciones tan complicadas en lo que no todo es blanco y negro, sino con muchas tonalidades de gris. Todas las situaciones tienen dos caras y alguna vez nos puede tocar estar en cualquiera de los dos lados, lo que nos puede ayudar a comprender la posición de "la otra".
Foto | Atracción fatal, Closer
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