En invierno entro en un eterno dilema: hay días en que quiero ir bien arreglada pero me da miedo a que el abrigo me quede espantosamente mal y me arruine el look. O hay días en que me apetece ir abrigada hasta la médula y me digo a mi misma: no te preocupes Charlie, ande yo caliente ríase la gente. ¡Error! Y es que se puede estar perfecta, estilosa y abrigada a la vez. ¿Necesitas pruebas visuales?
Si eres de las que pasa mucho, mucho, muchísimo frío no dudes en enfundarte una bufanda o un gorro de lana. Sí, ambos accesorios pueden ser chic y pueden sentar genial con tu look final.
Me gusta la combinación de minifalda con chaquetón grueso de tweed: una buena alternativa para aquellas que tienen que ir a la oficina arregladas pero no quieren congelarse por el camino.
Para este año una de las tendencias que llega con más fuerza en cuanto a lo que abrigos se refiere es el estampado a cuadros: grandes y en colores apagados hará que no llames mucho la atención. Si lo buscas con un cuello de pelo o de borrego, éste además cumplirá la función de bufanda: 2×1 fashionista.
Aunque para material de abrigo lo mejor es el pelo: como si de un animal emuláramos, los abrigos de pelo son los más calentitos. Si no te atreves a lucirlos, puedes combinar el pelo con la tela y éste se hará mucho más discreto.
Esta vez nadie se va a reís de mi.
Fotos | Kayture, The Blonde Salad, Columbine Smille, Jestem Kasia, Fash ‘n’ chips
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