Hablar de street style sin pronunciar su nombre es casi un sacrilegio. El blogger y fotógrafo americano Scott Schuman se ha ganado a pulso el título de documentalista de la moda del siglo XXI. Charlamos con el maestro cazador de tendencias sobre street style con motivo de la publicación del libro sobre la vida de Bill Cunningham "Una carrera en la moda" (el creador de la fotografía de street style tal y como la conocemos). Nadie como él, con más de diez años a la espalda registrando la influencia de la calle, para comentar el momento presente del estilo en las calles.
"Solo son niños y niñas monos que hacen fotos de sus looks y no saben nada de moda".
Scott es considerado una de las cien personas más influyentes del mundo del diseño según la revista Time y tiene una opinión muy definida en lo que a influencia respecta: "creo que hay muy pocas personas que realmente tengan influencia real". Para él la microinfluencia es una jungla, "hay mucha gente para elegir, lo cual es bueno, pero no creo que haya muchas personas que tengan una influencia importante". Siente que "el mundo de las redes sociales está un poco perdido" y que "todos corren tratando de salvar sus trabajos, explicar lo que hacen y ganarse la vida". Y lo compara con la época en la que él empezó "la principal diferencia a cuando yo comencé el blog es que las personas que eran influyentes o bloggers en ese momento, solo eran personas realmente apasionadas porque costaba más trabajo hacer un blog. Kim Kardashian y otras famosas no tenían un blog porque era mucho trabajo. Pero ahora es muy fácil". Su competencia en ese momento eran personas que realmente sabían de moda "salieran o no bien en las fotos". Ahora, tal y como nos comenta, "solo son niños y niñas monos que hacen fotos de sus looks y no saben nada de moda. No tienen nada interesante que decir sobre moda y es un poco aburrido. Una lástima".
"Para los editores cuantas más imágenes y más clicks, mejor."
El que fuera el único junto a Bill Cunningham fotografiando a las asistentas a los desfiles ya no lo es más. Pero eso no significa que ahora forme parte de ese círculo de fotógrafos que se concentran alrededor de todos los influencers o celebridades para fotografiarles, apunta al mencionar el tema. Lo que le lleva a mostrarse crítico con el trabajo de los medios: "Para los editores cuantas más imágenes y más clicks, mejor". Y a sostener que "la edición de moda es muy pobre ahora porque en lugar de buscar la calidad y lo mejor, solo ponen un millón de fotografías de un millón de personas muy mal vestidas porque quieren clicks". Algo que, como poco, es paradójico pues según cómo lo mires, el mero hecho de editar la representación de estilo de las calles podría coartar la mirada que llega a los lectores. Pero este es un debate interminable similar al que existe entorno al hecho de editar o no las entrevistas en el periodismo. Hablemos de fotografía de street style.
Así ha evolucionado la fotografía de street style
Fue allá por el año 1800 cuando por primera vez en la historia alguien tuvo la idea de fotografiar personas bien vestidas. El street style, como muchas de las cosas más curiosas de esta vida, nacía por casualidad impulsado por la afición que Edward Linley Sambourne tenía de capturar mujeres elegantes en las calles de Londres sin que ellas lo supieran. La perspectiva más voyeur de este tipo de fotografía surgía con el pasatiempo de este dibujante profesional, aunque no consiguió arraigarse ni ir a más. Hasta Bill Cunningham. Bueno, si nos ponemos exquisitos podemos señalar algún resquicio de fotografía de street style entre uno y otro, pero es innegable que fue con Bill y su documentación de la moda en las calles de la ciudad de Nueva York con quién comenzó a desarrollarse de una vez por todas.
Pero desde los 60 en los que Cunningham recibió su primera cámara hasta hoy las cosas han cambiado. Y el blog de fotografía que creó un padre que disfrutaba haciendo fotos a sus hijos pequeños (Scott Schuman) ha tenido un papel importante en este cambio. La fotografía de moda callejera ha pasado por muchas fases. Los dos grandes genios asociados a ella han tenido visiones diferentes. Y ahora los expertos hablan de un punto de inflexión que se ha desviado hacia la parodia.
Bill Cunningham: una carrera en la moda
Cómo se puede leer en el libro publicado por Editorial Superflua, de joven Cunningham quiso ser diseñador de moda y tuvo éxito como sombrerero. Empezó una marca desde cero y en julio de 1949 presentó su primera colección a la prensa. Ya en aquella época llevaba la vida austera que relataba en 2010 en el documental Bill Cunningham New York y se dedicaba por completo a su trabajo.
"Bill era era tan excéntrico como las personas a las que fotografiaba" confesó Scott Schuman cuando le preguntamos por él. "Ahora se ha descubierto que tenía más de un millón de dólares en el banco. No tenía que vivir de esa manera."
Obsesionado por la moda desde una temprana edad, Cunningham vivió siempre en paralelo a ella. Y siempre tuvo las ideas claras. No hay más que ver el atrevimiento que muestra en el libro cuando califica de estancado a Christian Dior o cobarde a la forma de vestir de las mujeres de la alta sociedad.
Aún así, y como el propio Scott Schuman nos aclara, "Bill se tomaba muy en serio su trabajo y la gente olvida ese tipo de cosas. Lo ven como ese viejo tonto, pero sabía lo que hacía". Pero nada que ver. Schuman recuerda perfectamente cómo después de que el documental saliera, mucha gente se le acercaba y eso era muy frustrante para él "estaba intentando trabajar y la gente no paraba de interrumpirle. Vi a mucha gente alejarse porque no quería hablar con ellos".
Su inconfundible uniforme de chaqueta azul de trabajador francés, camisa blanca y pantalones beige y su bicicleta le acompañaron durante décadas mientras fotografiaba el estilo urbano para su trabajo en el Chicago Tribune, el Women's Wear Daily y posteriormente, en el New York Times. Aunque siempre como freelance, pues como bien señala en el libro "Una carrera en la moda", nunca quiso estar en plantilla porque quería ser libre.
Admiraba la moda en todas sus variantes y entre sus fotos se encuentran influencers, modelos y cualquiera que le inspirara. Pero si el te fotografiaba, formabas automáticamente parte de un importante grupo de la sociedad. “Todas nos vestimos para Bill” dijo Anna Wintour en el documental sobre él.
Lo suyo era la inmediatez. Fotografiaba con una cámara de carrete y sin una técnica demasiado pulida, siempre planos completos, pero tenía la capacidad de descubrir que era lo que se iba a llevar. Schuman nos cuenta que Cunningham amaba los zapatos y esa era la razón de ser de sus planos completos.
"Bill realmente nunca detuvo a las personas para tomar retratos" relata Scott Schuman cuando le preguntamos sobre él. Y tiene toda la razón, él capturaba momentos, su trabajo era improvisación pura. Pero a pesar de esta carencia de técnica fotográfica su trabajo es el mayor estudio antropológico cultural del vestir existente . Y Scott nos lo recuerda "tenía un catálogo de imágenes tan amplio que mostraba perfectamente la evolución de estilo de NY y París". Lo que Schuman tiene claro que fue su gran contribución al mundo y una gran influencia para él mismo. "Fotografió durante 50 años. Llegó a los 80 y seguía tomando fotos. Es difícil mantenerse motivado y seguir viendo de una manera fresca y abierta al cambio cualquier cosa que hagas durante tanto tiempo".
La aparición de Scott Schuman: la fotografía de street style 3.0.
La aparición de Schuman sumó un punto de vista nuevo. La fotografía ya no era casual, era más rígida, posada. Y este nuevo tipo de street style convivió durante muchos años con el de Cunningham."La primera vez no fue fácil. Las dos o tres primeras personas que paré dijeron que no pero luego descubrí cómo abordar a las personas", recuerda Scott.
Aún así, ambos tenían un punto importante en común como bien asegura Schuman. Ellos decidían a quién fotografiar. Y ambos hacían que la gente se frustara cuando no les fotografiaban. "Yo sé lo que me gusta y lo que no me gusta. No tengo que fotografiar todo y no fotografío a todos los influencers o famosos. Pero creo que respetan lo que hago" asegura el fotógrafo.
Y los dos han hecho un magnifico trabajo a la hora de retratar el cambio que ha ido sufriendo con el paso del tiempo la moda en las calles. En el caso de Schuman, incluso de La India (país en el que ha basado su último libro) o la moda masculina (en lo que está trabajando ahora). "Cada vez la moda es más deportiva y pienso que todas esas cosas que hemos estado usando durante los últimos 100 años evolucionarán a este tipo de vestimenta".
Schuman tiene claro que sus fotos son muy diferentes a las de Bill tanto en el estilo del disparo como en el tipo de personas a las que fotografía "el prefería personajes realmente excéntricos y yo suelo elegir looks más sutiles" y considera que eso ayudó a que su blog creciera rápidamente. Internet tuvo mucho que ver con su rápido aumento de caché, de eso estamos seguras.
¿El secreto de su técnica? El maestro lo resume en una frase. "No busco la moda cuando estoy haciendo fotos y no me gusta decir que una persona está de moda o no. Aprecio a las personas que comunican su estilo."
Al contrario que Bill, muchos de los disparos de Scott son primeros planos o detalles. "Tal vez solo me gusta el cabello o las joyas. Intento comunicar lo que me gusta de algo". Fruto de su mayor convivencia con el fenómeno influencer, este ha desarrollado un olfato diferente a la hora de seleccionar a las "víctimas de su objetivo".
Cunningham decía ser capaz de diferenciar a las mujeres vestidas con ropa prestada en sus memorias y Schuman asegura saber cómo identificar a las que solo buscan la foto."Por lo general, las personas que quieren ser fotografiadas se visten demasiado exageradas", asegura el neoyorquino. Y aunque a él no le importa que la gente lleve ropa prestada en sus fotografías "dentro de 100 años, no vas a saber quién es esa persona, por lo que no sabes si es su verdadero estilo" pero es consciente del problema "la gente que toma ropa prestada luce al ser gente guapa con ropa bonita, pero no sé si son interesantes estilísticamente hablando. Es el diseñador quien les está poniendo el sello para que se vean bien, y simplemente no tienen ese algo especial que tienen las personas con estilo real".
Por eso, la evolución natural le ha llevado a fotografiar de una forma diferente "la gente ahora se viste para ser vista, pero simplemente no saben por quién". Ya habíamos dado vueltas antes a la teoría de que hoy en día las mujeres ya no buscan llevar ropa para verse elegantes sino que deciden sus looks pensando en sus seguidores y el planteamiento de Scott va en esta línea.
"Fotografío de forma diferente durante las Semana de la Moda", nos aclara durante la conversación. Lo que nos hace pensar automáticamente en las declaraciones de la que fue su compañera Garance Doré: "Lo que llamamos street style no es en realidad street style, es estilo de Semana de Moda".
El futuro incierto del street style
Puede que la fotografía de street style evolucione hacia una representación más auténtica y cruda de la vida que evite las instantáneas, perfectamente iluminadas que hicieron famoso a Scott. Un nuevo tipo de autoexpreción, moda y estilo menos pulidos como el que vemos en los últimos trabajos de Schuman y se abre a un enfoque más sincero.
Schuman terminó su conversación conmigo manteniendo una visión optimista: "La moda es cíclica. Ahora estamos en la parte baja del ciclo pero en un par de años espero que tengamos una nueva energía, una nueva visión y eso será la moda del futuro". Y esta es la idea que ronda por mi cabeza. Esta es la renovación que necesita la fotografía de street style, en la que Schuman está trabajando y la que esperamos ver en su próximo libro sobre India (a cuya presentación en Madrid nos ha invitado). El auténtico estilo urbano aún existe, solo que es más difícil encontrarlo.
Fotos | Scott Schuman, NY Times, Instagram
Una carrera en la moda: 5 (Moda y memoria)
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