Las empresas tecnológicas han sufrido un duro golpe debido al descubrimiento sobre lo mal que protegen la información personal de sus clientes, incluyendo un detallado informe del New York Times donde se describe la capacidad de las aplicaciones de los smartphones para rastrear las ubicaciones de los usuarios. Algunas empresas, en particular Apple, han comenzado una campaña para defender que venden productos y servicios que salvaguardan la privacidad del consumidor.
A los usuarios de smartphones nunca se les pregunta explícitamente si quieren que se les siga la pista en todo momento de cada día, pero las operadoras, los fabricantes, los desarrolladores de aplicaciones y las empresas detrás de las redes sociales afirman que tienen el permiso de los usuarios para llevar a cabo una vigilancia personal casi constante.
El problema subyacente es que la mayoría de la gente no entiende cómo funciona realmente dicha monitorización y las compañías tecnologías apenas han hecho nada para educar a sus clientes sobre el tema. De hecho, estas empresas han ocultado intencionalmente detalles importantes para construir una economía de datos multimillonaria basada en una noción éticamente cuestionable del consentimiento informado.
Cómo hacer que los consumidores acepten
La mayoría de las empresas revelan sus prácticas de protección de datos en sus políticas de privacidad y en el caso de software la mayoría de los programas requieren que los usuarios hagan clic en un botón diciendo que aceptan los términos antes de usar el programa.
Pero no suele haber libertad de elección, puesto que se trata de un acuerdo en base a lo "o lo tomas o lo dejas" en el que un usuario sólo puede utilizar el servicio si está de acuerdo.
Cualquiera que realmente quiera entender lo que dicen dichas políticas se encontrará con que los detalles están enterrados en largos documentos legales incomprensibles para la mayoría, a no ser que se trate de los abogados que ayudaron a redactar este tipo de documentos.
A menudo, estas políticas comienzan con una declaración general del tipo "nos preocupamos por su privacidad". Sin embargo, los términos reales describen una realidad diferente. Por lo general, no es demasiado descabellado decir que la empresa puede básicamente hacer lo que quiera con tu información personal, [siempre y cuando te haya informado][14] al respecto.
La ley federal de EE.UU. no exige que la política de privacidad de una empresa proteja realmente la privacidad de los usuarios ni tampoco existe ningún requisito para que una empresa deba informar a los consumidores sobre sus prácticas en un lenguaje claro y no legal o proporcionarles un aviso sencillo.
En teoría, los usuarios tienen la opción de elegir por sí mismos y encontrar servicios similares en otra empresa con mejores prácticas de privacidad de datos. Sin embargo, este tipo de acuerdos a lo "o lo tomas o lo dejas" para herramientas tecnológicamente avanzadas limitan el poder de la competencia en casi toda la industria tecnológica.
Datos vendidos a terceras partes
Existen algunas situaciones en las que las empresas de plataformas móviles como Apple y Google han permitido que la gente tenga cierto control sobre la recopilación de datos.
Por ejemplo, los sistemas operativos para móviles de las dos compañías permiten a los usuarios desactivar los servicios de localización, como puede el seguimiento por GPS. Idealmente, serviría para prevenir que la mayoría de las aplicaciones recojan datos sobre tu ubicación, pero no siempre ocurre así. Además, no sirve de nada si tu operadora revende la información sobre la localización de tu teléfono a terceros.
Los fabricantes de aplicaciones también pueden persuadir a los usuarios para que no desactiven los servicios de localización, de nuevo con notificaciones del tipo "o lo tomas o lo dejas". Cuando se gestionan los privilegios para aplicaciones en iOS, los usuarios pueden elegir si la aplicación puede acceder a la ubicación del teléfono "siempre", "mientras utiliza la aplicación" o "nunca".
Pero cuando el usuario cambia su configuración puede aparecer un mensaje molesto: "Necesitamos la información de su ubicación para mejorar su experiencia de usuario", dice una aplicación. A los usuarios no se les hacen otras preguntas importantes, como si están de acuerdo con que la aplicación venda su historial de ubicación a otras empresas.
Y muchos usuarios no saben que cuando su nombre e información de contacto se elimina de los datos de localización, incluso un historial de localización sencillo puede revelar sus direcciones y los lugares que más frecuentan, ofreciendo pistas sobre su identidad, su estado de salud y sus relaciones personales.
Por qué la gente no se rebela
Las páginas web y las aplicaciones hacen que para la mayoría de los usuarios sea difícil, e incluso imposible, negarse a las prácticas agresivas de vigilancia y recopilación de datos. Me dedico al estudio sobre la interacción entre personas y ordenadores y una de mis especialidades es el poder de las configuraciones por defecto.
Cuando las empresas establecen una opción predeterminada en un sistema, como puede ser "servicios de localización activados", es poco probable que la gente lo cambie, especialmente si no saben que tienen otras opciones.
Además, cuando el cambio de los servicios de localización resulta incómodo, como ocurre actualmente en los sistemas iOS y Android, es aún menos probable que la gente opte por no utilizar la recopilación de la ubicación, incluso cuando no les guste que ocurra.
Estas políticas de privacidad de las empresas basadas en "o lo tomas o lo dejas" y las opciones predeterminadas de configuración de privacidad de los usuarios han creado un entorno en el que las personas no son conscientes de que sus vidas están siendo sometidas a una vigilancia minuto a minuto.
Tampoco son conscientes en su mayoría de que la información que podría identificarlos individualmente se revende para crear publicidad cada vez más personalizada. Sin embargo, las empresas pueden, a nivel legal e incluso ético ,alegar que todo el mundo está de acuerdo.
Superando la configuración estándar
Los expertos en privacidad saben que a la gente no le gustan estas prácticas y que muchos dejarían de usar estos servicios si comprendieran el alcance de la recolección de datos. Si una vigilancia invasiva es el precio de usar servicios gratuitos, muchos preferirían pagar o por lo menos ver cómo se aplican regulaciones más estrictas de recolección de datos a dichas compañías.
Las empresas también lo saben, por lo que, en mi opinión, utilizan una forma de coerción para garantizar que los usuarios sigan utilizando sus servicios.
Hasta que los EE.UU. tengan regulaciones que, como mínimo, requieran que las compañías pidan el consentimiento explícito de los usuarios, estos necesitarán saber cómo proteger su privacidad. Estas son mis tres sugerencias:
- Comienza por aprender a desactivar los servicios de localización en tu dispositivo iPhone o Android.
- Activa los servicios de localización solamente cuando utilices una aplicación que claramente necesita una localización para funcionar (como puede ser un mapa).
- Evita aplicaciones como Facebook Mobile queindagan en todo tu teléfono para obtener la mayor cantidad de información personal posible y en su lugar utiliza un navegador con modo privado,como Firefox.
No dejes que la configuración por defecto revele más datos sobre ti de lo que te gustaría.
Autor: Jen King, Stanford University
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí
Traducido por Silvestre Urbón.
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