Cuando el pasado otoño Facebook anunció su nueva política orientada a luchar contra la difusión de "fake news" en Instagram no imaginamos que, además de los beneficios de reducir la desinformación, esto pudiera hacer desaparecer las fotos retocadas tan comunes en la red social. Y es que la plataforma ha procedido recientemente a ocultar una imagen artística por estar alterada digitalmente, algo que ha hecho saltar las alarmas de los medios internacionales.
Lo ha descubierto Toby Harriman, un fotógrafo de San Francisco que, mientras hacía scroll en la red social, se topó con una advertencia que le impedía ver la foto de un hombre en unas montoñas con los colores del arco iris. Esta imagen, subida a la cuenta de MIX Society y acompañada de una pregunta: "¿Preferirías estar aquí?", había sido cubierta por un pop up negro en el que se advierte de que un verificador de información independiente la ha marcado como "Información falsa".
Esta iniciativa se puso en marcha con el objetivo de evitar campañas desinformativas de cara a las próximas elecciones de Estados Unidos, después del escándalo de Cambridge Analytica. Este escándalo destapado por la prensa estadounidense puso a la empresa de Mark Zuckerberg contra las cuerdas por haber permitido que la consultora usara Facebook para manipular psicológicamente a los votantes en las elecciones de 2016 en las que Donald Trump fue elegido presidente.
Es por eso que en mayo Instagram, y su matriz Facebook, empezó a trabajar con 45 verificadores de información externos de todo el mundo que están certificados mediante la organización no partidista International Fact-Checking Network. Ellos son los encargados de revisar la información detectada como falsa en las plataformas de Mark Zuckerberg a nivel global.
Para determinar qué contenido la plataforma ha de enviar a los verificadores de información para ser revisado, se usa una combinación de feedback de la comunidad y tecnología. Los propios usuarios podemos denunciar una publicación si la consideramos información falsa y esta denuncia, junto con un software de aprendizaje automático que toma como referencia publicaciones revisadas en el pasado son los que hacen saltar las alarmas a los verificadores sobre una publicación determinada.
La decisión de estos verificadores, además, ha de quedar siempre justificada en un informe y es de dominio público. Como estas publicaciones no infringen las normas comunitarias de estas plataformas, cuando son catalogadas como falsas o parcialmente falsas no se eliminan sino que se limita su distribución y dejan de aparecer en la sección de "explorar" y en los hashtags.
Además, una etiqueta avisa al usuario de su condición de noticia falsa para que quede a su discreción verla, creérsela e incluso compartirla. Por último, si hay una cuenta que repetidamente comparte este tipo de publicaciones se le impide anunciarse o ganar dinero a través de la red social.
Como en las normas comunitarias de Facebook no aparece especificado en ningún momento qué será considerado como "información falsa" y qué no para la plataforma sino que recurre a "varios tipos de indicios, como los comentarios de nuestra comunidad, para alimentar un modelo de aprendizaje automático que detecta qué historias podrían ser falsas", la puerta podría estar abierta a que se incluya material alterado con propósitos artísticos o incluso estéticos.
De momento, Facebook no se ha pronunciado al respecto y no se han denunciado otros casos similares al expuesto por Toby Harriman, por lo que podría tratarse o de una nueva ampliación del concepto de "información falsa" por parte de Instagram o de un simple error.
Fotos | Instagram de Amazon.
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